BORDEANDO EL AMOR

ÚLTIMO CAPÍTULO - DESTINO

Lo aprendí amar apunta de besos robados y sueños entrelazados

...

La tarde se me hizo eterna a tal punto que los libros ya no me entretenían. Mi mente daba vueltas en él, en Steven y en todo aquello que no debía tener mi atención.

-Señorita, la madre del señor está en el apartamento y quiere verla.

- ¿A mí?

-Sí

- ¿Por qué querría hacerlo?

-No lo sé.

- ¿A dónde está?

-En la sala.

Al bajar las escaleras Belmont me esperaba en la entrada de la misma, su semblante era frío y sabía que estaba tenso. ¿Qué es lo que quería su mamá?

Él me tomó por la cintura como otras veces, empezaba a creer que esa era su manera de hacerme entender que estaba allí, que me acompañaba en todo esto.

Al entrar a la sala su madre estaba mirando la vista que tenía el apartamento, ella ignoró nuestra presencia hasta que Belmont hizo un ruido con la garganta.

-Hijo.

- ¿Sigues molesto? -La cara de la mamá de Belmont era indescriptible, tenía un semblante poco amigable y destilaba odio.

- ¿A qué viniste? - Pero él no se le quedaba atrás.

-Hablar con tu mujer o bueno la mujer de la familia.

Belmont me soltó la cintura y caminó cerca donde estaba su madre, mientras que sentía como el mundo se me venía abajo, ¿la madre de Belmont sabía que estaba saliendo con Steven?

-Sal Jane...

Belmont tenía su mirada clavada en su madre, ella retrocedió, algo impaciente al ver que la rabia de Belmont cada vez era más notable.

-Thierry... -Esta vez la voz de la mujer comenzó a aplacarse.

-Jane... -Sabía que él estaba obligándome a ir.

-No es necesario que se vaya. -Dijo la mamá de Belmont un poco más calmada.

- ¿No?

- ¿Quieres que Jane escuche?

-Thierry... -La voz de su madre ya parecía más una súplica.

-Quieres que escuche lo mucho que dependes de mí, lo mucho que te puedo hundir si te metes en mi vida.

-Thierry no es necesario que ella sepa...

-Discúlpate.

- ¿De verdad quieres que me disculpe con esta mujerzuela? ¿Estás loco? ¿Acaso no sabes que está saliendo con el cuñado de tu hermano?

-Discúlpate...

-No me puedes estar hablando en serio.

-Se me está agotando la paciencia mamá.

Ella lo miraba aterrada. -Disculpa Jane... -Por la manera en la que decía cada palabra me hacía entender que estaba tan sorprendida como yo.

-Ahora, quiero creer que no viniste hasta acá para decirnos esta estupidez.

-No. -Ella lo dijo secamente.

- ¿Entonces?

-Tu papá quiere que vayan en dos días a París...