Había una vez cuatro dioses: Sute, dios del fuego, Airea, diosa del aire, Ura, dios del agua y Lurra, diosa de la tierra. Estos cuatro se unieron para formar a una población variada en especies con grandes habilidades.
El dios Sute, deseando que sus hijos encarnaran su personalidad carismática y noble, reunió las llamas más puras y ardientes de lo más profundo de su corazón. A partir de estas llamas moldeó figuras a su imagen y semejanza, infundiendo en ellas su esencia, dándoles vida a los elfos. Mujeres y hombres trabajadores, especialistas en la carpintería y la panadería, demostrando su dedicación y habilidad en cada obra que realizaban.
La diosa Airea guió el polvo de estrellas fallecidas hacia la tierra y lo hizo caer con delicadeza sobre las flores de los árboles dándole vida a sus creaciones: las hadas. Estas eran criaturas delicadas, dotadas de gran belleza y magia, las cuales habitaban en comunidades sobre las ramas de los árboles, donde habían más mujeres que hombres, especialistas en magia que une comunidades y preservadoras de la vida por encima de la tierra.
El dios Ura creó a las sirenas y a toda la vida marina usando una melodía mágica que resonó con las vibraciones del océano entero. Con ella invocó a las corrientes más poderosas, creando una esfera de agua resplandeciente. Dentro de esta esfera se encuentra la esencia del océano y el poder divino de Ura, esta combinación empiezó a formar nuevas vidas las cuales gradualmente evolucionaron a lo que son ahora. Estos seres protegen el mar y son conocidos por sus habilidades en la decoración con corales y por tener uno de los mejores ejercitos de todo el océano.
Y por último, la diosa de la tierra, Lurra, ella creó a los híbridos entre humanos y diversos animales terrestres a partir de figuras talladas de minerales encontrados en lo más profundo de sus montañas. Sus favoritos serían los gatos domésticos, estos viven en cuevas en las montañas, especializados en tallar piedra y crear bellas joyas. Su habilidad para trabajar con estos materiales es una manifestación de la conexión profunda entre su origen mineral, siendo muy devotos a su diosa gracias a la vida que les otorgó.
Mientras avanzaba el tiempo se crearon pequeñas aldeas donde vivían criaturas de todo tipo, las cuales lograban casarse y tener descendientes diferentes a los demás. Este mundo nunca había visto algo así y por eso las opiniones eran variadas, pero como estas uniones tenían lugares propios las otras comunidades no las molestaban.
Esta vez no hablaremos sobre toda la historia del mundo, nos enfocaremos en la historia de cuatro chicos de las diferentes regiones de los elementos que se conocerán por casualidades de la vida, ¿Qué les sucederá? Con calma les narraré.
