Amor marino |Luca|

Capítulo 10

Un par de días pasaron después de los acontecimientos en la torre, las cosas entre ambos chicos no cambiaron mucho, aquel casi beso pareció haber sido algo inexistente para Alberto

Sin embargo, aquel suceso no logró salir de la cabeza de Luca, su mente parecía no querer olvidar la sensación tan nueva y extraña que sintió estando a centímetros de Alberto, a sus propias palabras pareció que su cordura escapó y solo actuó por instinto

"Dicen que cuando estás enamorado de alguien sientes mariposas en el estómago, además de querer estar con esa persona" aquellas palabras alguna vez dichas por Giulia regresaron a su mente, causando un mayor conflicto en él

Sabía que en algún punto de su vida se enmoraría de alguien, jamás llegó a pensar aquella persona sería su buen y querido amigo Alberto, se supone que eso implicaría ser algo que lo alegrará, pero en el fondo estaba algo asustado

Había visto muchos hombres estar con mujeres en Génova, en prácticamente en todos lados, desde la televisión, la calle, la escuela, incluso en varios libros detallaban como los chicos siempre se interesaban en chicas

Eso fue lo que lo hizo sentir raro, jamás había escuchado de una relación entre dos chicos o dos chicas, no sabía si era porque eso era algo anormal o algo que no debía pasar, y aunque sabía que no resolvería nada por si mismo, prefirió no pedir ayuda

– ¿Todo está bien, Luca?

– Si... Eso creo

La luz del sol poco a poco se iba marchando dejando ver la tenue luz de la luna y las estrellas, el escondite de Giulia ahora solo albergaba a dos personas, Alberto se encontraba ayudando a Massimo con las redes de pesca

– Sabes que puedes decirme lo que quieras ragazzo

La pelirroja estaba algo preocupada por la actitud tan rara de su amigo, sabía que algo no andaba bien con él

Luca miró a su amiga quien él había dado una sonrisa sincera, muchas veces le ha confiado secretos y confesiones algo vergonzosas ya que confiaba en ella, sin embargo esto era algo que no compartiría tan fácil, no por ahora

– Lo sé Giulia, gracias

El chico devolvió la sonrisa

– Cuando quieras decirme estaré ahí ¿Okay?

Luca asintió mirando hacia el cielo, estaba feliz de poder tener a Giulia como amiga, agradecía el hecho de haberla conocido al igual que a Alberto

– ¡Ya llegué!

Y como si Luca lo hubiese invocado, Scorfano habló desde abajo de la pequeña "casa" del árbol, rápidamente escaló hasta llegar donde sus amigos

– ¿De qué hablaban?

Preguntó acostándose al lado de Luca, este notó su cercanía sin despegar la mirada del cielo nocturno, en su mente pedía que Giulia no le dijera que estaba actuando raro o algo así ya que Alberto también lo interrogaria y esta vez no cree poder guardarse su pequeño secreto

Giulia notó la preocupación del castaño y decidió inventar un tema aleatorio

– De los "peces"

La pelirroja soltó en un tono algo juguetón mirando a Scorfano

– Por qué siento que te burlas de mí...

Alberto miró con las cejas fruncidas a la pelirroja, ella solo lo miró burlonamente

– Para nada, señor anchoas luminosas en el cielo

Scorfano soltó un bufido

– A mí me gusta más la idea de que sean peces en lugar de bolas de fuego