Day Three

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Era un cálido día cuando una familia estaba saliendo de su casa con las bolsas de viaje de campo.

En eso un pequeño niño de cabellos castaños salía corriendo de su casa riéndose siendo seguido por una castaña junto con un pelinegro que también se reían.

— ¡Viole ten cuidado puedes caerte!

— ¡Pero mamá no me voy a caer!

Y como si la castaña hubiera visto el futuro el pequeño de cabellos castaños se cayó de rostro. Ante aquello los adultos se asustaron y se acercaron corriendo donde el pequeño.

— ¿¡Estás bien Viole!?

— ¿¡Te golpeaste muy fuerte!?

— Estoy bien Mamá, Papá.

El menor miro a ambos adultos con una sonrisa mientras se levantaba solo y se sacudía la ropa que se había llenado de polvo. Sonrió ante ellos para terminar de tranquilizarlos, aunque por dentro quería llorar porque le dolían sus rodillas.

Ante esto el mayor de todos sonrió antes de acercarse al chico acariciando sus cabellos con cariño.

— Mi pequeña estrella es todo un hombre ¿Seguro que no te duele?

— ¡Así es! ¡Ya que soy muy fuerte como papá!

— Ya veo, eso me alegra bastante. Así que ahora cuida a mamá unos minutos mientras saco el carro ¿Bien?

— ¡Claro! ¡Soy fuerte y puedo cuidar a mamá!

— Bien

El pelinegro miro a la castaña antes de guiñarle y caminar hacia la cochera de su casa para sacar el carro.

La castaña entendiendo la intensión del contrario y no pudo evitar reírse levemente.

Cuando el pelinegro se fue de la escena la castaña extendió su mano para acariciar la mejilla del pequeño.

— ¿Seguro que no te duele nada mi estrella?

— ...

— ¿Viole?

— ...

El menor miro a ambos lados viendo que su padre no estaba, las lágrimas que había retenido salieron mientras asentía.

— Me duele bastante mamá.

— Ay mi niño

La castaña atrajo al menor a sus brazos para abrazarlo con cariño y cuidado. Acarició su espalda para calmarlo, cuando lo noto más tranquilo lo cargo para poder ir a buscar en su bolso de viaje el botiquín.

De allí se sentó en el suelo con el niño entre sus piernas, saco las cosas para limpiar las raspaduras de su pequeño, luego le coloco una crema con cuidado.

— Sana, sana, colita de rana, si no sana hoy, sanará mañana.

Con ese canto calmó al menor aún más y luego les puso una bandita.

— No le digas a papá que llore.

— Bien, será un secreto entre nosotros

— ¡Si!

Justo cuando acababan de cerrar su secreto, salió el carro con el pelinegro manejando. Al terminar de sacar el carro se bajó y vio a su esposa con su hijo riendo.

— ¿Listos?

— ¡Si! ¡Vamos de campamento!

— Pero estrellita ¿Por qué tienes los ojos rojos?

Blue and Gold [ᴋʜᴜɴʙᴀᴍ ᴡᴇᴇᴋ2021]जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें