[Parte 1] Capítulo 7: "Te quiero para mí".

1.3K 107 7
                                    

Sally.

Antes de ir a la clase que debía asistir por petición del chulquero, tendría que pedir que por favor me llevasen a ver a mi madre.

No sabía que todo esto terminaría de una manera extraña.

-¿Me llevas a ver mi madre, Kim? -pregunté confundida amarrando los cordones de los botines negros con tacón que acompañan mi vestido de puta.

-La orden es llevarte con Jimin, no al hospital -formuló con rectitud.

-Te tomas en serio las órdenes de ese hombre -me levanté de la silla cuando mis zapatos estaban correctamente colocados.

-Todos se tomarían en serio las órdenes de alguien que tiene una pistola escondida en su cintura, ¿Tú no? -cuestionó con una ceja levantada y una sonrisa que demostraba ironía.

-Jeon Jungkook, alias el "chulquero malavado" no me tocará ni un pelo, te lo aseguro -formé una pequeña sonrisa con mis labios.

-Una niña tonta segura de si misma es gracioso, peor si sabe que sus circunstancias apestan -me extendió la mano para ayudarme a caminar, los tacones no eran cómodos-. Dices "no me tocará ni un pelo", cuando te va a romper la segura tanga de encaje negro que cargas hoy.

Solté su mano incrédula y me detuve.

-Es protocolo del jefe decirles a sus chicas con que vestirse, y los días sábados es una tanga de encaje de color negro, aseguro que mañana es blanca, y el lunes será roja. Anota -con su dedo índice apuntó su cabeza.

-Asegúrate que lo anotaré y el lunes veremos si "malvado" no te ha volado la cabeza con la pistola se su cintura -dije amenazante.

-También veremos el lunes si el jefe aún no te ha metido su pistola -asintió con una sonrisa divertida, mientras que yo simplemente apretaba mis manos molesta.

No me meterá su verga.

Te lo prometo.

Bajamos los escalones como si se tratase de una asquerosa princesa y su mayodormo, observando en la planta baja al chulquero con un saco puesto, parece que había salido.

Una vez abajo, noté ese claro detalle de sus ojos pegados a la desnuda piel de mis caderas.

Es un morboso y un asqueroso.

-Veo que el vestido te queda bien -abrió su boca tratando de no sonreír, sabía que no me tenía contenta haciéndome vestir de esta manera.

-Veo que le gusta que sea una puta -solté con fastidio y sentí el apretón a mi mano que proporcionó Kim Taehyung haciéndome saber que debería cerrar la boca para seguir con vida.

-¿Puta? Vestirse de manera provocativa no es ser puta, princesa -rió un poco, apreciando lo bonito que se veía, ¿existe la perfección en el físico de alguien?

Sí.

Pero era un chulquero, asesino morboso

-Tengo muchas ganas de... -interrumpí al instante al saber lo que diría.

-¿Follarme? -vi como su rostro se iluminó y asintió repetidas veces con una sonrisa como si fuera un niño.

¿Qué putas?

-¡Me lees la mente, te amo! -gritó, asustándome cuando tomó mi rostro y me acercó a él, uniendo sus labios con los míos.

No me moví ni un centímetro, pues trataba de asimilar el "te amo" que había logrado captar con mis oídos.

Se separó de golpe, al parecer solo quería darme un beso, no que nos besaramos.

-Espero poder hacerlo esta noche, mocosa -su rostro rápidamente se oscureció y su mirada me hizo tambalear en mi puesto.

Tragué duro cuando sentí su mano azotar mi trasero con fuerza sin importarle mucho que todos nos estuviesen mirando, pues estaba Kim, y las personas que realizaban el complicado trabajo de la limpieza.

-D-dijo que no me iba tocar -aguanté las ganas de llorar pues yo no había dado mi permiso, para que me pegara y mucho menos ser besada.

-Sorpresa, sorpresa, me paso tu petición por mi pene gigante -se tocó de manera asquerosa, seguido a eso mordí mi labio inferior evitando llorar.

No era juego, podía salir violada en cualquier momento.

-¿Quieres llorar? Espero que no se te olvide quien soy yo, una petición es como darme una orden, siento que es una patada en el culo, no es agradable -se cruzó de brazos e hizo un movimiento con la cabeza que logró que todos los presentes se fueran del salón.

Esperé a que todos saliesen para abrir mi boca llena de coraje.

-Que te nalguen y te besen sin permiso tampoco es agradable - solté odiando por completo la lágrima que sentí caer.

-Sally, ¿uno pide permiso para tocar sus cosas? -preguntó mordiendo la punta de su pulgar tratando de esconder su sonrisa.

-Yo no soy una cosa...

-Responde la pregunta-. Ordenó.

-No, señor.

-¿Qué dijiste? -alzó la ceja incrédulo. Dió un paso acercándose y respondí como pude mientras mi corazón latía con fuerza, asutada.

-N-no, señor -sentí el fuerte agarre que proporcionó en mí mandíbula apretando con sus dedos mis mofletes contra mis dientes haciéndome daño.

-¿Qué te dije sobre la palabra "señor"? -preguntó con detenimiento pegándose lentamente a mí, como si tratara de que yo no lo notara.

Pegué un brinco cuando el vestido había sido subido en la parte de atrás, dejando ver todo mi trasero ya que esa mierda de tanga no cubría ni verga. Él no esperó nunca mi consentimiento, era un morboso y un aprovechado que el toque que tenía su mano con la piel desnuda de allí que me hizo querer llorar, pero no me di el lujo de verme patética ahora, estas son mis circunstancias.

La sonrisa que este hombre mantenía era inexplicable, solo se que no me daba nada de tranquilidad verle, sabía que me haría algo, podía sentir su aire de enfermo posesivo.

-Eres mía, yo te compré. Sinceramente una de mis mejores inversiones -dió un casto beso en mi frente antes de soltarme la cara y darme media vuelta pegando su anatomía con mi parte trasera-. Si recuerdo que en la noche entrelazaste tus dedos con los míos, dormiste tranquila a pesar de que era tu primera vez durmiendo con un extraño, ¿te gustó? Porque te puedes quedar conmigo para siempre... ¿Dirás que sí? -su aliento chocando con mi oreja izquierda me traía mareada podía sentir algo extraño allá abajo, hormigueo constante. Cuando pude sentir algo húmedo tocar la parte trasera de mi oreja me exalté por el temblor excesivo que tenían mis piernas, parecía que el cualquier momento me caería al suelo.

El chulquero rió por lo bajo y sus fuertes brazos apresaron mi cintura en un agarre, uno que sólo logró más tacto entre su entrepierna y mis nalgas.

-Siénteme, Sally... Siente las ganas que tengo de poseerte, ninguna mujer me ha hecho sentir tan excitado con sólo olerla, es completamente imposible que salgas de aquí, me encantas, te quiero para mí.









Maratón: 1/4.

Préstamo [Jeon Jungkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora