CAPÍTULO 22.

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 Escuchen la canción cuando aparezca  (pongan canción)

      🎶Run to you-Lea Michele

Esperaba que el día pasara sin más inconveniencias.

En un momento me encontraba vagando por el hospital sin estar en un lugar por mucho tiempo, una manera diferente de ver el hospital pero, sobre todo, la manera más segura de no encontrarme con gente indeseada.

Todavía en mi mente se reproducen los últimos acontecimientos y la piel me empieza a picar.

No lograba entender por qué siendo el primer día que esa doctora arriba en el hospital y al parecer, que fue lo que paso, ya quería meterme en problemas.

Ruedo los ojos y tiro en la papelera más cercana el vaso de café vacío.

Camino y me abrazo más a mí misma ya que empiezo a sentir un frio de los demonios.

Bajo por las escaleras y me dirijo a por mí chamarra en la sala de espera.

Paso al lado de algunos pacientes con los que me he familiarizado y han aceptado que los saque en mi libro, unos parecen demasiado entusiasmados.

Parece que al final del día les alegrara estar en el hospital.

-No se pierda mucho de vista señorita, tengo muy buenas anécdotas que contarle-me dice un señor encorvado caminando lentamente por el pasillo con el tubo que sostiene todos sus medicamentos.

-No lo hare, seguro que serán buenas anécdotas-le digo con una sonrisa, asiente y me regala una sonría honesta.

Continúo caminando con una sonrisa en mi rostro hasta que entro en la sala de descanso y me encuentro con una escena memorable.

Me encuentro a Anne acostada sobre el sillón con un libro extendido sobre su cabeza.

Al escuchar la puerta voltea el rostro y al verme se incorpora y me regala una sonrisa.

-Pensé que tendría que ir a buscarte-dice y yo la miro con el ceño fruncido.

-¿Te encuentras bien?-pregunto y tomo mi chamarra del reposabrazos de una silla.

-Mejor que nunca-dice y se levanta de un salto.

-Para, para un segundo-la detengo y me pongo enfrente de ella.

-Me tenías preocupada, te envié cientos de mensajes y ni uno de ellos respondiste, ¿por lo menos podrías explicarme que fue lo que paso allá arriba?-le pregunto cruzándome de brazos y ella me ve más arrepentida.

-No es nada-le resta importancia con su mano y yo niego con la cabeza.

-No, no me hagas quedar como una tonta, te cubrí las espaldas porque definitivamente te paso algo al ver a la doctora Irene-la mención con toda la intención de recibir alguna reacción.

-No...la...menciones-dice con los dientes apretados y los ojos se le prenden en llamas.

-Ahí lo tienes-la señalo con mis manos-. Ahora sí, me vas a decir que pasa o tendremos que continuar con este juego infantil-le pregunto y me siento en el sillón.

Ella se deja caer a mi lado y se toma el rostro con las manos.

-Bien, tú ganas-gruñe y me mira molesta pero yo no me inmuto.

-Te escucho-le digo y me pongo más cómoda en el sillón.

-Fuimos colegas en uno de los hospitales de los Ángeles, éramos amigas, grandes amigas pero cometí un error con un paciente que las dos teníamos, no le costó la vida, el paciente está bien pero hubo algo, en la manera en la que ella me trataba, me veía indiferente como si le diera pena trabajar conmigo, me lo recrimino, me dio que era pésima en mi trabajo y yo no me quede atrás, le conté sus verdades y que verdades-dice con una sonrisa y yo la miro con atención.

ENTRE SANGRE Y TINTA (TERMINADA) √Donde viven las historias. Descúbrelo ahora