Capítulo 10

632 57 5
                                    


Nos sentamos en una barra y pedimos una botella de vino tinto, también unas tapas, dicho en argentino: una picada.
Comimos algo y copa va, copa viene, el alcohol hizo un poco de efecto, antes de seguir embriagándonos puse en marcha mi auto, obviamente teniendo precaución, después de estacionarlo en la puerta de mi edificio quise seguir animándolo a Peter, estaba mejor, pero no con la misma energía fe siempre, lo invité a pasar a mi departamento.
-Tengo vino-le sonreí sacando la botella de mi heladera.
-¿Una botella no es mucho ya?-se rió, negué con la cabeza- ahora quién es la mala influencia..
-Nunca dije ser una santa, menos una virgen-cuando solté esas palabras Peter elevó sus cejas, estaba conteniendo para no reírse en mi cara, pero no pudo evitarlo-¿te crees que acaso no tengo vida sexual?
-Nunca dije eso, no pongas en mi boca palabras que no dije-él esbozó una pequeña sonrisa, me guiñó un ojo.
Serví dos copas, le di una.
-Seguro pensaste eso..-bebí y solté un suspiro- la Mariana angelical quedó en el pasado.. -me quedé pensativa, haber viajado me había abierto la mente, me había hecho vivir muchas cosas nuevas, experiencias.
-Entonces, ¿ahora sos una fiera?-su pregunta me descolocó, Peter me sonrió y se le achinaron los ojos.
-Puede ser... No lo se, no suelo hablar con las personas después del sexo, no me importan sus opiniones, solo soy como una sirena que con su canto atrae turistas a su cama y después los devuelve al mar-le respondí con algo de diversión, él elevó sus cejas sorprendido.
-Soy un turista-no perdió la oportunidad para molestarme- y me pareció escuchar tu canto.. ¿Puede que sea el elegido de hoy? Estas embriagándome, tal vez me queres en tu cama
Peter terminó haciéndome reír.
-Te recuerdo que te auto mandaste a la frienzone, te lo advertí, de eso no se vuelve-le saqué la lengua, terminé el vino de mi copa
Peter se acercó hasta donde yo estaba parada y me acorraló contra la pared.
-Se puede volver.. ¿Te lo puedo probar?-me miró intensamente a los ojos, eso me logró intimidar-igual.. Lali, no quiero ser un pesado, podes ponerme un límite y decirme que no sea tan denso..
-Así que te asumís denso-me reí divertida.
-Yo usaría la palabra coqueto, seductor.. Esta en mi sangre.. Solo sé muy bien lo que quiero-eso me lo dijo en un susurro.
-¿Si te digo sí vas a perder tu interés en mi? ¡Cómo no se me ocurrió antes!-puse mis ojos en blanco entre risas, él también se rió.
La verdad es que no estaba padeciendo la noche, ¿cuando hablar y tontear con Peter Lanzani se había vuelto cómodo?
-No lo se Marianita, lo que sí puedo decirte es que ahora, en este momento, y en este presente me tenes loco-terminó de decirme todo eso justo después de que acortó nuestra distancia.
Instintivamente miró mi boca, eso me hizo perder la cordura, quién esta vez lo hizo fui yo.
Le agarré la cara con mis manos dando inicio a un beso algo torpe, me mordió la boca haciendo que olvide lo mucho que me negué a esta especie de momento, eso me encendió, cuando llevó su boca a mi cuello cerré mis ojos, él puso su mano debajo de mi remera, acarició mi cintura, pasó su mano hasta mi espalda.
Agitada decidí dejar de pensar, Peter Lanzani me cargó hasta la cama entre besos, rocé mi boca contra una de sus mejillas para terminar besándosela.
Cuando Peter quiso desnudarme paré, me puse muy nerviosa por mi pasado, no tenía esos prejuicios con otras personas, solamente con él, todavía dolía, todavía había una herida por sanar.
Cuando Peter terminó de sacarme el sostén me abrazó contra su cuerpo y escondió su cara en mi cuello.
-Perdón por.. Por todo lo que pude haber dicho..-ese gesto me sorprendió, apartó su cara mirarme a los ojos- fui y tal vez siga siendo tarado..
Mis ojos se llenaron de lágrimas al instante, él fue quitándolas de mi cara, cara que llenó de besos para que dejara de hacerlo, cuando estaba parando de llorar besó mi boca con la suya, no de manera pasional como antes, lento, con dulzura.
-¿Puedo?-me preguntó para ver si podía seguir, completamente aturdida por la situación terminé aceptando, asentí con la cabeza.
Yo también me deshice de su ropa, él quedo sobre mi y recién ahí empecé a hacer una serie de recorridos con mis manos sobre su piel, mientras, el momento se volvía más intenso, fuerte, pasional.
Entrelazamos nuestros dedos mientras sentía un placer increíble, quería, necesitaba más.
Cuando nuestras respiraciones fueron normalizándose me pregunté porque fui tan estúpida en no haberme permitido que pase antes.
Peter levantó mi cara con su mano para que lo mirara a los ojos.
-Podemos hablar..-me miró elevando sus cejas- digo, ya que nunca hablas con las personas que pasan por tu cama, podemos romper esa tonta regla
Sus palabras me sorprendieron, él hizo una caricia en una de mis mejillas mientras estábamos aún recostados.
-¿De que te gustaría hablar?-pregunte por preguntar, nunca esperé su respuesta.
-Acerca de que quiero que esto se repita todas las veces que quieras hasta que te vayas a otro país-todo eso me lo dijo mirándome a los ojos, sin pestañear.
¿Qué?
-Siento que si mi respuesta es no vas a intentar seducirme por el tiempo restante que tengo en España-me reí.
-Vamos conociéndonos mejor-ahora se puso a jugar con mi pelo.
-Entonces no
Supe enseguida que estaba iniciando un nuevo juego entre nosotros, uno de seducción, uno del cual podría salir quemada, pero en el momento ni lo pensé, vi a años luz el que eso ocurra.
-Me gustan los desafíos-Peter soltó una carcajada- ahora es el momento en el que me das una patada en el trasero para que me vaya, ¿no?
-Estas en lo correcto-se lo susurré, el  giró dejándome nuevamente debajo de su cuerpo, apresándome- no vas a terminar pasando eso, ¿cierto? No vas a irte,,
-Estas en lo correcto-terminó de acercar su cara hacia la mía, mordisqueó mi boca para terminar de encenderme nuevamente, lo abracé por el cuello besándolo con algo nuevo, hambre, mucha hambre.

Sonó mi teléfono y con los ojos aún cerrados quise estirarme para apagar la alarma, no pude hacerlo, no podía estirarme.
Tuve que abrirme los ojos para darme cuenta de que Peter Lanzani estaba abrazándome semi dormido, semi porque el despertador también lo había despertado.
¿Qué mierda hice?
-Tengo que darme una ducha-me escapé rápidamente sus brazos, me di una fría para intentar calmar a mi cuerpo que se había revolucionado al sentir nuevamente su piel desnuda, su roce junto al mío cuando me abrazo.
Me cambié frente a Peter porque ya había perdido la timidez que en un momento tuve.
-¿No pensas desayunar conmigo?-él había hecho tostadas.
-Estoy atrasada, tendría que estar trabajando-le respondí nuevamente escapándome.
Rápidamente le di indicaciones para que nos fuéramos, una vez en el auto se sentó a mi lado, lo llevé hasta la playa en la que siempre trabajaba.
-Si crees que de ahora en más vas a evadirme estas equivocada-me tomó del brazo una vez que nos bajamos del auto- nos vemos-besó detenidamente mi mejilla, eso me hizo sentir un cosquilleo.
Me aleje de Peter sintiéndome revolucionada de pies a cabeza.
-Tierra llamando a Lali-Candela me nombré y recién ahí le presté atención- llegaste tarde y estas en Júpiter
-¿Hoy estas en el planeta tierra?-Eugenia también me llamó la atención-¿que anda pasando? También tenes carita de cansancio, ¿dormiste bien?
-Dormí.. Dormí poco-no entre en detalles.
-¿Me pareció a mi o viniste en tu auto junto a Lanzani? Él suele venir por la tarde, recién son las once de la mañana-Vero se metió en nuestra conversación, se encogió de hombros- espero que se tome enserio el cuidarte bien, sos de esas personas que valen oro
-Eso mismo-Eugenia elevó sus cejas mirándome- tene mucho cuidado
Tomé aire y después lo solté lentamente.
-Es solo... Solo un polvo como dicen en España
-Así que tuvieron un encuentro eh, finalmente-Candela se rió de mi- repito lo mismo que dijo Eugenia, tene cuidado, se nota que es de esos que.. La clase de hombre que come por todos lados..
-¿Acaso me enamoré de algún turista que pasó por mi vida?-las miré una por una, ninguna me respondió- solo es pasarlo bien, solo eso, ¡una alegría!
Agarré una bandeja con comida para llevar a una de las mesas, si bien tenía la cabeza en cualquier lado intenté en volver a la realidad, tenía que dejar de volar y volver al planeta tierra.

La-liberalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora