"10 ᴛʜɪɴɢs ɪ ʜᴀᴛᴇ ᴀʙᴏᴜᴛ ʏᴏᴜ".═ᴀ. ʙɪᴇʀsᴀᴄᴋ

×chapter seventeen.

ALLISON STRATFORD

Me dirigía hacia la puerta del salón de detención, estaba pensando en que carajos voy a hacer hasta que desde la ventanilla mire a Mr. Morgan, maldita sea.

─Adiós a mi dignidad...─susurre antes de poner mi mano sobre la manija de la puerta, gire de ella un poco abriendo la puerta.

Asomé mi cabeza un poco para ver quienes estaban, eran pocos alumnos e incluyendo a Andrew y además estaba Mr. Morgan.

Mr. Morgan se sentó en el escritorio, pero tan pronto lo hizo, se levantó causando las risas de los castigados y al parecer le hicieron una broma, se acercó a Dean quien se notaba algo intimidado. Pues le confiscó una bolsita con producto dudoso y luego se da la vuelta para ir hacia el escritorio, de camino recogió una bolsa de frituras que estaba en uno de los pupitres.

─Señor Morgan.─dije entrando al salón para luego caminar al escritorio─ ¿me daría un segundo?.

─Señorita Stratford, que grata sorpresa, ¿también está castigada?.─pregunta Mr. Morgan al verme, Andrew levanto la cabeza al verme entrar.

─Tengo algunas ideas para mejorar el equipo femenil de fútbol.─dije y Mr. Morgan puso ambas manos en su cadera.

─¡Genial!.─exclama él─pero no ahora.─se giró dándome la espalda.

Gire mi cabeza hacia Andrew y él me sonrió levemente, le hice algunas señas con mi mano diciendo que se acercará a la ventana, Mr. Morgan me volteo a ver.

─Ya sabe que viene el juego con los lobos...─dije y luego tome su brazo─ ¡wow!, ¡su bicep es gigante!.─exclame fingiendo sorpresa, Mr. Morgan me miro raro.

Andrew recogió sus cosas mientras se ponía de pie, dirigiéndose a ventana del salón.

─Señorita Stratford... -lo interrumpí.

─¡Ah, y el otro es aún mayor!.─grité y Mr. Morgan me dio una sonrisa─ ¿no toma asteroides ciertos?, porque oí que los asteroides pueden llegar a desintegrar sus... partes, bueno... no es que esté pesando en sus partes.─los alumnos comenzaron a reírse─ no me importan.─afirme mientras veía a Andrew quien trataba de abrir la puerta.

─Espero que no.─dijo Mr. Morgan algo sonrojada ante mis palabras, iba a girar su cabeza en dirección a Andy pero lo evite.

─El punto es que, hemos perdido todos los partidos de cada año y estuve pensando en una estrategia que finalmente nos dará la victoria.─dije mientras Andy trataba de salir por la ventana.

─¿Y cuál es?.─pregunta Mr. Morgan, trato de ver que pasaba en el otro lado del salón pero lo impedí.

─Lo que nos enseñó.─dije rápido.

─¿Oh si?, ¿que cosa?.─pregunta Mr. Morgan confundido.

─¡El engaño!.─exclamé.

─¿Enseñe eso?.─Mr. Morgan estaba aún más confundido.

─Si usted, o tal vez Mr. Guillies... lo que sea eso, no importa.─dije y él giro su cabeza de nuevo─ pero piénselo.─agarre su rostro con una de mis manos para que me prestara más atención─ primero nos ven por aquí.─movía su cabeza a un lado─ después llegamos por allá.─hice lo anterior, pero ahora a otro lado─ ¡bien otro gol, y ganamos!.─sonreí.

─Entiendo, pero, ¿cómo hacer que nos vean por ahí?.─pregunta Mr. Morgan algo interesado, Andrew hizo un ruido haciendo que el profesor quiera saber que ocurría.

─Ah... así. Esto.─dije atrayendo su atención y levante mi blusa.

Todos comenzaron a ovacionar mientras aplaudían, Andrew me sonrió y luego salió del salón por la ventana. Mr. Morgan abrió los ojos hasta el tope poniéndose algo rojo del rostro.

─Bueno... ahora que ya vio el plan.─baje mi blusa─ yo correré a mostrar el plan a alguien más.─dije sonriendo, me di la vuelta para caminar hacia la puerta mientras tapaba mi rostro con mis manos, estaba ardiendo en vergüenza.

{•••}

─

Nunca me imaginé que hicieras eso y menos enfrente de Mr. Morgan.─dijo el tatuado, mientras seguía pedaleando.

─Yo menos.─dije y ambos reímos.

─Te agradezco que me hayas sacado de detención.─dice Andy sonriéndome─ gracias.

─Olvídalo.─dije dándole una pequeña sonrisa─ era lo menos que podía hacer luego de que por mi culpa te castigaran.

─No fue nada, además yo te lo debía.─dijo él─ fue una disculpa por las cosas horribles que te dije en el vestidor de chicas.

─Disculpa aceptada.─le sonreí divertida.

─Estaba seguro de que me iba a ver por la ventana.─contó él─ ¿cómo pudiste distraerlo?.

─Ah... yo lo encante con mis... ojos.─dije mientras pedaleaba en el bote.

─Sí por ojos te refieres a... ya sabes pues te diré que a mí también me encantaste.─dijo en modo seductor.

Ambos nos reímos mientras mirábamos el mar, después el silencio se hizo presente entre los dos.

─Y bien... ¿cómo has estado luego de que mi papá casi te matara?.─rompí el silencio que hace unos minutos se había instalado entre los dos.

─Bien, gracias y si no fuera por tú hermana, ahora mismo estaría muerto y enterrado a 6 metros bajo tierra.─dijo en tono dramático.

─Papá no es malo, solo que... es muy especial con nuestras amistades.─dije.

─Entiendo.─contesta él─ ¿y cuál es tu excusa?.

─¿Para qué?.─pregunte sin entender a lo que decía él.

─Para actuar cómo lo haces.─dijo él.

─Mmh... no hago lo que el mundo espera.─admití─ no cubriré otras expectativas que no sean las mías.─dije negando con la cabeza.

─Los decepcionas primero y luego lo arreglas todo, ¿no?.─pregunto.

─Sí, puede ser.─hice gestos mientras sonreía.

─Fallaste conmigo.─dijo él y fruncí las cejas.

─¿Cómo que falle contigo?.─pregunte con cierta curiosidad.

─Bueno, a mí no me decepcionaste.─dijo él dándome una sonrisa amistosa─ me gusta como eres la verdad.

Le di una sonrisa... rara a mi parecer.