I HATE YOU, BETH ♕ [ᴛʜᴇ Qᴜᴇᴇɴ'ꜱ ɢᴀᴍʙɪᴛ] ♕

𝔼𝕩𝕥𝕣𝕒 𝟙

●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●

Nᴀᴠɪᴅᴀᴅ ᴄᴏɴ Hᴀʀʀʏ

●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●●

𝟷𝟿𝟽𝟹 (𝟸𝟻 𝑎𝑛̃𝑜𝑠)

Rose decoraba el árbol de Navidad de su salón al ritmo de música navideña. Eran las primeras navidades que celebraría en su nuevo apartamento de Nueva York.

Le daba un poco de pena no celebrarlas con Harry, como había estado haciendo los últimos años, pero Rose acababa de recibir una oferta de trabajo en una editorial muy importante de esa ciudad.

Hasta la fecha, Rose había estado trabajando en un periódico local de Kentucky, corrigiendo las faltas de ortografía o fallos de redacción en los artículos. Pero su nueva vida comenzaba y su sueño empezaba a cumplirse.

Rose se sobresaltó al escuchar el timbre de su casa sonando, puesto que hacía poco tiempo que vivía ahí, no había escuchado ese sonido aún.

Se apresuró a abrir la puerta y esbozó una amplia sonrisa cuando vio a Harry al otro lado, con un gorro y una bufanda que le cubría hasta la boca.

    —¡Harry! —exclamó Rose extremadamente feliz.

    —Feliz Navidad, Rose —respondió éste mientras le mostraba una enorme caja que sostenía entre sus brazos.

Rose, sorprendida, destapó la caja para descubrir un pequeño cachorro color ceniza que parecía estar tiritando. La chica soltó un pequeño grito de emoción y cogió al pequeño animal.

    —Ven aquí, chiquitín —dijo Rose mientras lo abrazaba para darle calor.

    —Iban a sacrificarlo —dijo Harry. Cosa que sorprendió a Rose, no podía creer que alguien fuese capaz de querer acabar con la vida de un cachorro—. Está enfermo, tiene problemas para respirar y, al parecer, nació con algunos órganos malformados. Pensé en coger a algún perro de pura raza. Los habían, pero luego recordé que hace unos años me dijiste que te gustaría poder salvar a todos los perros que pudieras.

    —Gracias, Harry —dijo Rose con sinceridad—. Te prometo que lo cuidaré y mimaré para que disfrute de la mejor vida. —Harry sonrió— Pasa, no te quedes en la puerta.

En cuanto el chico entró, Rose le rodeó con un brazo y le dio un beso en la mejilla. A continuación, Harry se quitó la bufanda y el gorro y los colgó en el perchero de la entrada.

    —Yo no tengo nada para ti… —protestó Rose— No pensaba que vendrías.

    —No te preocupes, solo quería pasar la Nochebuena contigo.

Rose sonrió y se sentó en el sofá con su nuevo perro en brazos. Harry se sentó a su lado mientras los miraba a ambos con una sonrisa.

    —¿Cómo lo llamarás? —preguntó él.

    —¿Harry? —El chico rio como respuesta— No, Harry no. Lo llamaré… Josh.

    —¿Josh? —preguntó Harry sorprendido.

    —Sí, Josh.

    —Qué nombre tan extraño para un perro.

    —A mí me gusta.

Rose apoyó al cachorro en su pecho para que el mismo se acomodara para dormir. Notaba cómo éste hacía extraños sonidos con su hocico, como si le costase respirar, pero estaba completamente tranquilo.