Capítulo 26

51 6 11
                                    

Keyla

La luz del día golpea mi cara haciendo que maldiga eternamente al sol, los ruidos de afuera y la maldita puerta siendo azotada al abrirse hace que odié tener oídos en estos momentos.

—¡Vamos arriba holgazanas! —grita la voz de Félix.

Suelto un gemido de dolor, mi cabeza va a estallar en cualquier momento y mi estómago arde como la mierda.

—Mierda Félix ¿puedes irte y cerrar la maldita puerta? —habla Renata con voz rota.

Tapo mi cara con la almohada tratando de amortiguar la voz de mis queridos amigos que están siendo como martillazos a mis oídos.

—No lo siento Reni, ya tienes que levantarte —contesta el — ya son las dos de la tarde.

Saltó en mi cama al escuchar la hora, pero rápidamente me arrepiento.

—¡Mierda mierda mierda mierda! —sollozo sobando mi cabeza.

Siento a alguien sentarse al lado mío.

—Pobre pitufina, esta acabada a tan solo horas de haber cumplido los veintes—me acaricia la espalda.

Lo miro.

Mierda, hasta me cuesta enfocar a la gente por el maldito dolor de cabeza.

—Pero aquí esta tu salvador —dice extendiendo una botella de agua que al parecer esta fresca y dos pastillas.

—¿Para que son las dos pastillas? —preguntó agarrando las cosas, me meto una pastilla en la boca y la trago junto con el agua.

—Una es para el dolor de cabeza y la otra para el tremendo dolor de estómago que te debes cargar —contesta mientras sonríe—Feliz cumpleaños Pitufina.

Me guiña un ojo.

Definitivamente lo amo, me a salvado.

Terminó de tragar la última pastilla, tapo la botella y miro a Renata que también acaba de tomar una.

—¿Dormiste aquí? ¿Rachel y Rubí dónde están? y...

Mi amiga hace una seña de que pare de hablar.

—Deja de hacer tantas preguntas por dios —me contesta refunfuñando.

Ruedo los ojos, yo fui la que se tomo veinte shots, no ella.

—Si ella durmió aquí y con Rubí —es mi amigo quien contesta, lo miró — y cierta peli-roja se fue a darse una ducha, en cuanto Rachel debe estar durmiendo aún con Esteban.

Frunzo el ceño.

—¿Me estas diciendo que solo dormimos ellas dos y yo? —pregunto señalando a la chica que esta muriendo lentamente.

Félix asiente.

—¿No recuerdas nada de cuando llegaron aquí? —preguntó arqueando una ceja.

—No, podrías refrescarme la memoria y decirme como llegue aquí y por favor dime que no vomite —digo preocupada.

El suelta una carcajada.

—Quédate tranquila que no llegaste a vomitar, pues como soy tan inteligente te di de tomar mucha agua y eso ayudo a que no fueras una máquina de vómito —hago una mueca de desagrado, el continúa— y bueno quién te trajo fue Owen, resulta que intentaste ponerlo celoso con...

Pequeños flashback llegan a mi.

Muevo mis caderas al compas de la música, mis manos viajan por todo mi cuerpo al ritmo de la canción.

Almas Heridas [TERMINADA]Where stories live. Discover now