Capítulo 8.

167 20 15
                                    

Louis tenía el rostro pálido, sus manos secretaban demasiado sudor, aunque las secara con su ropa seguía sintiéndolas húmedas, casi pega un grito al ver la escena.

Harry se bajó del entarimado, su entrenador le palmeó el hombro dos veces consolándolo.— Aún te quedan dos intentos Harry, ¿quieres que te bajemos el peso?

—No, no es eso, no fue eso, en los entrenamientos suelo subir más, tú lo sabes.

—Claro que lo sé, pero no te presiones, ahora lo importante es clasificar, ya luego demostrarás que puedes más.

—No, yo puedo con esto.— espetó antes de beber un sorbo de agua, Zayn le masajeaba los hombros quitándole la tensión.

—Vamos, ve y demuestra quién eres.

Harry volvió a subirse a la plataforma, tenía en mente que su primer intento al no haber sido exitoso, fue nulo, sin punto, tendría que pasar de 7 en ambos intentos que le restaban para clasificar.

Se posicionó, esta vez con más determinación, como si la vez anterior no hubiese fallado, fue más directo, no pensó mucho. Arrancó, ambos miembros flexionados y... lo logró, sus músculos se tensaban, todo el cuerpo le temblaba debido al esfuerzo de haber estirado su cuerpo con todo ese peso en brazos, una vena de su yugular resaltaba, mantuvo el peso 2 segundos, lo suficiente, luego soltó la pesa, y dirigió sus verduzcos orbes hacia los jurados, conversaban entre ellos. Se dirigió nuevamente hacia Zayn para beber algo de agua, tenía la garganta sumamente seca, al cabo de dos minutos su puntaje se pudo visualizar en la enorme pantalla, 7.5.

—Bien Harry, bien, no fue muy limpio y lo sabes, pero bien. El último debe ser espectacular, ¿subimos el peso?

Harry asintió.

—¿Cuánto?

—Dos kilos de cada lado, no preguntes si estoy seguro, sólo da la orden.

Eso fue exactamente lo que hizo, conocía el potencial de Harry, eso no era nada para él, quizá el muchacho sólo estaba algo nervioso, al ser su primera vez era normal.

                                 ~•~•~

Louis estaba temblando en su asiento, tenía pleno conocimiento de que de esa levantada dependía la clasificación de Harry a la siguiente ronda. Ni siquiera se preocupó en disimular su nerviosismo, a ese punto sólo quería ver un 9.9 en la estúpida pantalla.

Carl notó el fanatismo de su colega. —No sabía que te apasionaba la halterofilia, Louis.

—No me apasiona.

—¿Entonces?

—Shhhhh. Ahí viene Harry, de esto depende todo.

Acababa de callar a su jefe, y no le podía importar menos en dicho momento.
Harry se hallaba en posición, el tiempo corría, Louis sentía como se le cerraba la garganta, su estómago se contraía, sus manos sudaban, sus orbes fijos en Harry.

Entonces lo consiguió, de vuelta levantó el peso, el esfuerzo era tanto que se notaba el temblor de su cuerpo entero, le temblaban las piernas y no podía evitar que se movieran, soltó la barra una vez pasó el tiempo suficiente con ella arriba.

Louis dirigió pronto su rostro hacia la pantalla con una velocidad tal, que parecía que alguien lo hubiese golpeado el rostro para que mirara en esa dirección, anhelando un puntaje alto, Harry lo había hecho genial, debía tener un puntaje elevado.

8.1... Lo que significaba que Harry quedó. Louis no pudo evitar levantarse de su asiento con el entusiasmo visible en cada uno de sus movimientos, tampoco pudo evitar soltar el grito que tenía atorado en la garganta desde hacía un buen rato.
—¡JODER, SÍ! ¡YO SABÍA QUE PODÍAS, HARRY!— se hallaba dando saltitos y aplaudiendo con ostensible euforia.

                               ~•~•~

Entre todo el alboroto del público, los aplausos y la felicitación de Zayn, Harry pudo discernir un grito proveniente de las gradas, él no trajo a su familia, y en el público en gran parte se encontraban extranjeros, gente que venía a apoyar a otros atletas de otros lugares, asi que se dispuso a buscar quién estaba celebrando su logro con tanto júbilo.

Al cabo de unos segundos sus orbes esmeraldas lograron divisar a Louis a lo lejos, pegando saltitos dignos de un infante contento, análogo a un niño con un juguete nuevo, como si acabaran de darle la mejor noticia de la historia.

De pronto sintió como la alegría del momento se triplicó, sentía su corazón hinchado de tanta beatitud. Parecía que el logro en sí no tenía tanto peso por sí sólo, aquel muchacho que en las gradas estaba hacía que todo se sintiera más ubicuo.

Peripecias grávidas. (L.S.)Where stories live. Discover now