Cartas a Manjiro [Manjiro Sano (Mikey) x Reader]

Mi corazón

"Hola, Manjiro, después de este par de días al fin puedo volver a entregártela yo, quizá no fue mucho tiempo pero realmente extrañaba sentir la emoción de entrar a tu salón a hurtadillas con miedo a toparte en el camino.

Me siento verdaderamente feliz hoy, mi corazón va a estallar por verte, si supieras todo lo que siento por ti, ¿Me corresponderías? De verdad podría ser capaz de ganarme tu amor.

A veces tengo miedo de ser rechazada por ti, su grupo no es conocido sólo por patear traseros sino también por romper corazones, de verdad desearía que no fuera mi caso pero algunos momentos me gana mi inseguridad, de igua forma quiero que sepas que eso no cambiara lo que provocas en mí, esa alegría verdadera y una sonrisa tonta tan sólo de pensar en ti.

Me gustas mucho Manjiro, todos los días puedo confirmarlo.

Con cariño la chica de las cartas"

***

¿Qué podía salir mal? pensaron ellos, quienes se encontraban pateando el trasero de un grupo de chicos ahora mismo, eran 100, no 200 al rededor de ellos y enfrente yacía __ tirada, ¿Qué fue lo que sucedió? Fácil.

El líder de esa pandilla era el ex novio de la hermana de __, quien para vengarse de esta mandó a chicas que la acosaran. Esa mano lastimada era de cuando la arrastraron fuera de la escuela. El que no se presentara porque la golpearon entre 10 personas, __ tenía que pagar algo que ni siquiera la involucraba.

Ellos ya la estaban esperando a la salida, se la iban a llevar para enviarle una foto a su hermana pero no contaban con que __ se había hecho amiga de la Tokyo Manji Gang en tan poco tiempo y que estos matarían a cualquiera que golpeara a uno de sus amigos, Mikey no la conocía, ni tenía idea de que era su chica de las cartas, él no sabía si fue ver que (Sobre todo Baji) los chicos se preocuparon cuando vieron que el tipo se la llevaba o si fue su intuición que le dijo que tenía que ayudarla. Ella lucía tan pequeña y frágil, ver sus brazos lastimados y sus ojos cerrados después de que aquel imbécil la golpeara para que dejara de moverse sólo le hervían la sangre.

Manjiro fue abriéndose paso uno a uno, sin ninguna dificultad, sus amigos se encargaban del resto moliéndolos a golpes con la misma ira dentro.

-Suéltala o te mato- dijo sin despegar la mirada de aquel.

-Y si no quiero, niñito tonto?-

-Estás dispuesto a morir entonces- Manjiro lo pateo con brutalidad pero calculando todo para no lastimar a la chica a quien tomo entre sus brazos y se la paso a Chifuyu para que la sacara de aquella masacre.

Manjiro estaba en modo berserk, la sangre del tipo salía a chorros, sí que lo habían subestimado, su cara no mostraba ningún sentimiento, se limitaba a golpearlo en donde pudiera, izquierdo, derecho, izquierdo, derecho, el rubio estaba sobre aquel tipo

-¿Por qué lo hiciste? Eres un enfermo- Murmuro, no parecía que fuera a detenerse y para este punto el tipo ya estaba más noqueado que nada.

-Mikey!- Draken lo sostuvo por unos minutos y este sólo lo abrazo, no sabía porqué se sentía así.

Luego de eso se reunieron todos para verificar que __ estuviera bien, Mitsuya le curaba las heridas que tenía que por suerte no eran muchas ni graves.

Mikey apenas podía verla a la cara, apenado por el presentimiento y por como se había comportado, esta otra al notar esto tomo su mochila y le extendió un dorayaki.

-Ten, comértelo te hará sentir mejor- La voz de ella era suave y calmada, como si no acabara de presenciar una batalla campal en directo, el rubio algo sonrojado lo tomo, mientras sus amigos sonreían porque no todo se había perdido.

-Llévala a casa Mikey, nosotros tenemos que irnos- Dijo Draken y le siguieron los chicos.

-Adiós __- se despidió Mitsuya con un beso en la frente, Baji imito a Takashi pero agrego un abrazo y un "Cuídate enana", Angry también la abrazo y Smiley le dio un par de vueltas sin lastimarla, Draken sólo le revolvió el pelo y les guiñó a los dos el ojo.

Mikey no sabía que hacer, nunca había hablado con ella antes, vio el rostro de la chica sumamente sonrojado y este se cerco, colocó una mano sobre su frente y la miro serio.

-Si te sientes mal dime, estás muy colorada, tal vez el exceso de adrenalina cause que te de fiebre- Tomo el dorayaki y lo partió en dos, ofreciéndole un pedazo a la chica quien se negó "Te lo di a ti" dijo susurrando y sin mirarlo. "Pues yo quiero darte mi otra mitad" respondió.