Él, el otorgador de títulos

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El título de los inmortales - Parte 1

Título original: He, the granter of titles (The title of the inmortals)

Resumen: En medio de la nada aparece la primera gran creación de los dioses. Sin título y sin propósito.

Y por sobre todo, sin nombre.

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Él era la creación de un dios.

Había existido desde casi el inicio de los tiempos, cuando las cadenas del mundo se estaban creando, cuando no existían humanos en la tierra que pudiesen adorar a los dioses, cuando los servidores todavía no existían y los animales recién estaban siendo creados.

Él era la creación de un dios, pero no era un dios, y tampoco era algo más.

Su creador apareció ante él, con sus vestimentas de un tono similar al sol, pero más oscuro, más triste. Un trozo de piedra, de cuarzo, cubría su cara, con unos extraños rasguños sobre la blanca piedra.

"Mi pequeña creación, pronto tendrás un propósito" Había dicho, y luego se había desvanecido.

Él era la creación de un dios, pero no tenía nombre, y tampoco tenía un propósito.

El primer mundo fue creado, terrenos rocosos que llegaban hasta el horizonte, grandes plantas del mismo tono que portaba su creador y que triplicaron su tamaño, animales diversos que recorrían las tierras sin un motivo más que existir.

El Overworld estaba terminado. Un mundo de todos los tonos posibles, lleno de vida y muerte, un mundo que tenía un nombre y un propósito antes que él.

La diosa de la muerte, siempre vestida de oscuridad pero tan radiante como las estrellas y tan cálida como el fuego, le pidió al dios de la vida que creasen otro mundo.

La diosa creó un arco de piedras tan oscuras como su atuendo, de sus manos brotó el poder y el arco retumbó. Los dioses cruzaron a través del poder que giraba en remolinos y desaparecieron.

Él se quedó esperando, inquieto por saber que habría en ese otro mundo que planeaban crear, fascinado por los remolinos azulados que brotaban del imponente arco de piedra oscura. No supo cuánto tiempo esperó, el sol venía de un lado al otro constantemente, la llamada luna (así es como la diosa había dicho que se llamaba) también aparecía, cambiando su forma poco a poco cada vez que el sol desaparecía.

Finalmente aparecieron los dos dioses, le sonrieron (al menos la diosa lo hizo, él no podía ver el rostro del otro dios) y le invitaron a pasar.

El otro mundo era mucho más cálido, excesivamente caliente, con mares de fuego y roca, brillando como el sol, con tierras del mismo color que el líquido espeso que salía de él cada vez que se rompía. Habían tierras de un tono similar al del agua que fluía, pero más apagado. Y criaturas extrañas similares a uno de los animales que vagaban por el Overworld. También había grandes seres que flotaban o se hundían en la lava como si nada. Y una de las cosas más diferentes del primer mundo era que este mundo (Nether, había dicho el dios) no tenía cielo, todo sobre ellos era tierra.

Otro mundo había sido creado, y él todavía no tenía nombre ni propósito.

Finalmente decidieron, él todavía no sabe por qué, que crearían un tercer mundo.

Para este tercer mundo construyeron grandes estructuras extrañas, no se parecían a los grandes montones de tierra y roca, o a los horizontes en donde el agua y la tierra chocaban, no se parecían a los helechos gigantes que brotaban del suelo tampoco.

En uno de los costados de aquella extraña estructura los dioses crearon otro arco, este no brotaba del suelo como el arco del Nether, en cambio se elevaba sobre el fuego y la roca, completamente de costado. La diosa rasgó un trozo de su atuendo, lo extendió sobre el arco y el poder se extendió.

Los dos dioses volvieron a desaparecer otra vez mientras el sol y la luna cambiaban sobre él. Él cree que esta vez incluso pasaron más soles y más lunas que antes.

Cuando volvieron a aparecer él se sorprendió al saber que no podía visitar este nuevo mundo.

"Solo tienes una forma de salir" dijeron los dioses "Cuando haya otro mundo de estos lo podrás ver".

El tercer mundo, el End, como dijo el dios que se llamaba, estaba listo, y él no podía verlo. El tercer mundo estaba listo y él seguía sin tener nombre ni propósito.

Los mundos siguieron existiendo cada uno aparte del otro, pero los dioses no estaban contentos. Las criaturas del Overworld no podían apreciar la complejidad del Nether y a su vez las criaturas del Nether no eran conscientes de la belleza del Overworld. No había criatura en los 3 mundos que pudiese apreciar el poder de su creación.

Ninguna excepto él.

Así que los dioses crearon a otros como él, pero menos poderosos, menos divinos y más animales. Los llamaron humanos.

Junto con los humanos los dioses dejaron conocimientos especiales, conocimientos sobre los cuales el humano podría aprender algún día, para crear otros mundos (Servidores, habían dicho los dioses, copias del mundo original que existían individualmente el uno del otro) y para modificarlos como pudiesen. Junto con los humanos vino el conocimiento para poseer el poder de los dioses.

Junto con los humanos vino su propósito.

"Vive entre los humanos, guíalos hasta este conocimiento que dejamos, y otorgarles títulos a aquellos que estén destinados a cambiar la historia, aquellos que como tú, vivirán para siempre. Solo después de eso serás libre" Había dicho el dios.

"Tu nombre estará en nuestros escritos, tu espíritu será indomable e inquebrantable, serás el primero en cambiar la historia, cumple tu deber y otórgate un nombre, pequeña creación" Dijo la diosa.

"ᓭ⚍ᒷñ𝙹 ↸ᒷ ↸╎𝙹ᓭᒷᓭ" Respondió él.

Ahora existían los humanos y él tenía un nombre y un propósito.

Los InmortalesWhere stories live. Discover now