Capítulo Diecisiete: Lexi

117 2 0
                                    


¿Dónde estoy? Fue lo primero que pensé cuando comencé a tomar conciencia del dolor que sentía en todo mi cuerpo. El auto. Eso fue lo segundo que recordé ¿Había tenido un accidente? Ese auto no se había detenido y eso era todo lo que recordaba. Intenté abrir mis ojos, pero no podía, había una fuerza que era mayor, que no me dejaba abrirlos, por más que lo intentara; luego intenté moverme, intentar descubrir donde rayos me encontraba, pero tampoco funcionó. No podía mover absolutamente nada. Luego comencé a sentir sonidos ¿eran mis latidos? Si eso era, comencé a concentrarme en ellos, estaban muy tranquilos, como si hubiera estado descansando un muy buen tiempo. No había rastros de que estuviera agitada por el accidente ¿Acaso había sido un sueño y ya estaba en mi casa durmiendo? Pero, ¿Por qué no me podía mover? Eso era muy raro. De repente, comencé a sentir voces a mí alrededor. Era una voz masculina, pero no podía entender lo que decía, pronto me rendí y decidí seguir durmiendo, era imposible seguir intentándolo, mis ojos no se abrían, mi cuerpo no respondía, lo único que sentía eran mis latidos y esa voz masculina que balbuceaba a lo lejos.
No sé cuánto tiempo habría pasado, pero volví a despertar, esta vez sentía mucho menos dolor, pero seguía doliendo, especialmente en mi columna, era insoportable, como si me hubieran pateado miles de veces allí. Intenté abrir mis ojos nuevamente, pero seguían sin responderme, por más que lo intentara. Intenté imaginarme donde podían estar mis dedos e intenté moverlos, y sentí que podía hacerlo, aunque era difícil y me costaba. Una voz se interpuso en mis intentos por mover mis dedos.
- ¡Doctor, doctor!

Gritó esa voz masculina, que me parecía conocer muy bien, era distinta a la primera que había escuchado. Esta sonaba preocupada y se me hacía muy conocida.

-Lexi movió sus dedos, venga rápido a verla.

- Déjenme ver- dijo otra voz masculina que seguramente era ese doctor- pero sigue sin despertar, seguramente fue un acto reflejo. No quiero que echen sus esperanzas, pero ella está en coma, y por ahora no podemos saber cuándo va a despertar, va a ser difícil, después de tremendo accidente. Solo pueden dar gracias a Dios que solo se quebró un brazo y las piernas y no la columna, podría haber quedado invalida. Si me permiten tengo que retirarme.- dijo el hombre y comencé a sentir sus pasos alejarse.

Así que no había sido un sueño, había tenido un accidente, y me había quebrado las dos piernas y un brazo, y estaba en coma, pero si estoy en coma ¿Por qué puedo escuchar todo? No lo entiendo, simplemente no lo entiendo ¿Cuándo mis ojos y mi cuerpo me van a obedecer?
- No puedo verla así- dijo esa voz masculina extremadamente conocida para mí.
- Tranquilo, Noah. Mi hermana es fuerte, yo sé que se va a despertar.

 Así que era Noah el que estaba a mi lado, y mi hermana. Eso me puso feliz, saber que ellos estaban a mi lado ahora pero ¿y los conciertos de Noah? ¿Mi hermana no tenía que estudiar? Lo estoy arruinando todo.
- Pero va así dos días, ya no sé qué hacer, estoy desesperado. Quiero verla abrir esos ojos, quiero verla sonreír otra vez, mírala como está ahora, cansada, parece triste y adolorida.
- A mí lo que me preocupa son mis papás, todavía no puedo creer que sean así, siguen trabajando, como si su hija no estuviera en coma.
- No digas eso, sin ellos, Lexi no estaría en la mejor clínica de Los Ángeles, atendida por los mejores médicos. Tu papá estaba muy preocupado, se pasó horas llorando.
- Mi papá. Pero ya sabes, mi mama es tan fría con ella, todavía no entiendo por qué.- dijo ella suspirando y el no dijo nada.
En ese momento me puse a pensar, ellos estaban dejando todo por mí, tenía que despertarme, ya era la hora de abrir mis ojos, era la hora de ver a Noah y a Maggie. Alejarme de esta oscuridad que me invadía completamente, tenía que recuperarme, seguir con mi vida. ¿Qué habría pasado en realidad esa noche? Ya habían pasado dos días de ese momento y se sentían como minutos. No podía dejar que pasaran más. Con todas mis fuerzas intenté pensar en donde se podría encontrar mi boca. Intenté buscar fuerzas para gritar, para decirles a mi hermana y a mi novio que estaba bien, que estaba luchando por despertarme y que ellos debían seguir su vida normal. Grité, pero nada salió de mi boca, absolutamente nada. Fue muy frustrante, cuando sentí a Maggie hablar nuevamente.
- ¿Qué va a pasar con los conciertos?
- He cancelado cinco por ahora, no puedo salir a cantar con Lexi así. No me dejaron cancelarlos todos, ya que eso significaría una pérdida muy grande, pero si Lexi no despierta, juro que no iré.
- Noah, es tu carrera. Tienes que ir a cantar, ella se va a mejorar, no puedes hacerle eso a tus fans.
- No puedo dejarla a ella así.

Tu ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora