Capítulo 2.

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"Cuando alguien asesina, el legado de la víctima busca asesinar, porque todos somos vengativos en cierto punto."

Desperté agitada y extremadamente sudorosa. Mi respiración hacía eco en la silenciosa habitación. Llevé mi mano derecha a mi pecho para sentir los desbocados latidos de mi corazón.

Hacía ya una semana desde la tragedia sucedida. La voz de mi padre me perseguía en sueños, pero eso no era lo que más me atormentaba. Me aterrorizaba la frase, esa que tanto escuché durante su vida y a la cual en su momento no había prestado demasiada atención, hasta que ahora, el le otorgaba sentido.

Me levanté de la cama y me arreglé como todas las mañanas. Salí de la habitación para encontrarme con mi madre.

--¿Cómo vas con tu proyecto? --preguntó sin siquiera mirarme.

Había estado trabajando en algo muy importante. No quería que mi madre supiera de mi trabajo, por lo que había cubierto el área con una lona y usé la excusa de que quería darle una sorpresa. A esas alturas le importaba poco lo que hiciera mientras no la molestara.

--Bien, en un mes lo tendré listo --mentí, intentando sonar convincente.

Sonreí inocentemente, pero ya no tenía caso, mi madre estaba enfocada en su programa favorito. Me hizo gestos para que siguiera mi rumbo cuando se dió cuenta de que seguía ahí y eso hice.

Caminé hasta el lugar y entré por debajo de la lona, asegurándome de cerrar bien el agujero. Observé lo bien que avanzaba mi trabajo, ese día terminaba la última fase y mañana mi plan se llevaría a cabo.

Pasé el día entero cavando, sin comer nada, justo como había sido toda la semana. Había bajado bastante de peso debido a que solo comía por las noches, pero era por una buena causa, o al menos eso quería creer.

Entré en casa al atardecer, satisfecha por haber terminado. Me metí en el baño para ducharme y así quitar de mi cuerpo toda la tierra acumulada durante el día. Una vez limpia y fui hasta la cocina.

--Madre, cocinaré yo esta noche. --Intenté sonar lo más amable que pude.

--¿Y eso? --cuestionó ella, extrañada.

--Tenemos que seguir adelante. --Encogí los hombros restándole importancia y comencé a preparar la cena.

Hice lo primero que encontré en la alacena y serví dos platos. Rebusqué en uno de los cajones las pastillas de mi madre y saqué tres del bote. Las trituré con una cuchara hasta que quedaron hechas polvo. Las eché en la comida de mi madre y la mezclé para que no se vieran.

Puse todo sobre la mesa y actúe con normalidad mientras veía a mi madre comer. Una vez terminó me agradeció por la cena y se fue a su habitación. Me alimenté pacientemente en la soledad de la casa y luego lavé la losa como cualquier día.

Entré en mi habitación y tomé asiento frente al escritorio. En una hoja de papel comencé a escribir la carta que ya tenía planeada. Una hora después doblé el papel a la mitad, dando por terminada mi labor. Lo dejé en el centro de la mesa y me levanté.

Todo estaba listo, llevaría a cabo mi plan sin inconvenientes. Fui a la habitación de mi madre y la observé por unos segundos, tan inocente en los brazos de Morfeo.

Rodé su cuerpo de la cama y cayó al suelo con un ruido seco. Agarré sus piernas y tiré de ella, arrastrándola hasta la cocina. Senté a mi madre con dificultad en una silla colocada en el mismo sitio en el que ella había asesinado a mí padre. Me aseguré de que no se moviera atándola con unas cuerdas que había encontrado en el sótano.

Luego de eso me acosté a dormir. Estaba segura de que esa noche sí lograría descansar.

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Holi cositos.

Ufff, se está calentando.

¿Qué creen que sucederá a continuación?

¿Qué opinan de las actitudes de los personajes?

¿Qué les pareció el cap?

Espero que estén disfrutando de esta historia corta. Sé que está enredada y por ahora no se entienden muchas cosas, pero todo de va a aclarar próximamente.

Besitos 💋💋💋.

HomicidaWhere stories live. Discover now