𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 28

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A las diez de la mañana en punto llegó Reggie por mí para irnos al aeropuerto, subió al departamento por mi maleta y una vez en la calle, el taxista la metió a la cajuela. Apenas había subido al vehículo su móvil sonó, el miró el identificador, pero no respondió la llamada y envió un mensaje.

Reggie: Perdón amor, parece que no todos en la oficina se enteraron que estoy de vacaciones – justificó mientras escribía.
Cheryl: No te preocupes.

"Llegamos al aeropuerto y se alejó un poco de mí para hablar por teléfono, ¿es que ni siquiera este fin de semana lo iban a dejar en paz? Empezaba a odiar su trabajo. Después de registrar las maletas me senté en la sala de espera mientras él seguía pegado al celular recargado en un muro. Más tarde tomó asiento a mi lado y me dio un beso en la frente y luego empezó a leer el periódico, fantásticas vacaciones iba a pasar, estaba a punto de regresarme a mi casa cuando anunciaron que subieramos al avión."

"Afortunadamente, en el último minuto había decidido llevar mi Ipod, así que cuando anunciaron que se podía aprender los aparatos me puso el mío, en tanto veía que Reggie ya tenía los ojos cerrados, claro él estaba sumamente acostumbrado a los aviones."

"Finalmente llegamos a nuestro destino, al subir al taxi le entregó un papel con una dirección, yo bajé la ventanilla del coche para permitir que el aire acariciara mi cara. Minutos después llegamos a un muy bonito vecindario y el taxi se estacionó frente a una hermosa casa con techo de dos aguas. El taxista bajó las maletas y las puso justo en la puerta. Reggie le pagó y después me tomo del brazo para caminar juntos, sacó unas llaves del pantalón y abrió la puerta, tomó el par de maletas y las dejó en la mitad de la sala. La casa era relativamente pequeña, pero muy espaciosa y con muebles rústicos de madera."

Cheryl: Reggie, ¿de quién es esta casa? – pregunté sentándome en el confortable sillón.
Reggie: De un cliente, me la prestó por este fin de semana, al parecer quiere venderla y la anda promocionando a ver si alguien se interesa por ella.

Cheryl: ¿Tú eres un posible comprador?

Reggie: Eso le hice creer con tal de que me la prestara, así nos ahorramos lo del hospedaje y lo gastamos en otra cosa, ya después le diré que no te gusto.
Cheryl: Francamente es muy linda – respondí entrando a la cocina – pero, no podríamos costearla, el rumbo parece muy caro.

Reggie: Lo es, así que mejor disfrutemos de la casa por estos días, subiré las maletas, para ir a comer y dar un paseo por los alrededores.

"Salí de la cocina para seguir explorando la casa, al fondo había una hermosa cantina, con las copas colgando del techo y varias botellas en los anaqueles, fui a curiosear y vi que había casi de todo, brandy, ron, whisky, vodka, tequila, pero todas estaban selladas, parecía que solo formaban parte de la decoración."

"Reggie bajó corriendo las escaleras y salimos. Caminamos un poco hasta llegar a la avenida principal y ahí tomamos un taxi. Comimos en un bonito restaurante y estuvimos platicando por un par de horas, como en los viejos tiempos, en el garaje de su casa, en el cual había sido nuestra primera vez, un día que su padre fue a casa del mío a ver un partido en la televisión, aquello parecía tan lejano."

"De regreso, pedimos al taxista que nos dejará en la avenida principal y bajamos caminando por el sendero, jugando y haciendo bromas, me había olvidado de todo eso, Reggie solía ser muy alegre y jovial antes de entrar a trabajar en aquella casa de bolsa que lo había convertido en un adicto al trabajo. Y no pude evitar sentir remordimientos por mi conducta, él matándose en el trabajo y yo enredándome con una mujer que, para completar el cuadro, era cliente suya, me pregunté que tanto se frecuentaban, pero decidí no expresarlo en voz alta."

"Al ir cruzando el caminito que llevaba a la entrada principal de la casa un aroma delicioso a comida que llegó a mi nariz, lo que me recordó que hacía mucho yo no cocinaba. Reggie abrió la puerta y al entrar a la sala escuchamos música proveniente de la cocina, ambos nos volteamos a ver y le mostré Ipod que lo traía en la bolsa de mi chaqueta. Así que, sigilosos y yo con un poco de miedo, caminamos lentamente hacia la cocina que tenía la puerta cerrada, Reggie la empujó con sumo cuidado y casi me da un infarto al ver a Vero y Toni cocinando y cantando como recién casadas. Volteé a ver a Reggie con cara de no dar crédito y él sólo se encogió de hombros sorprendido por verlas también ahí, carraspeó un poco y Vero volteó y nos miro extrañada, pero nos sonrió. Toni también volteó y la expresión en su rostro era inescrutable, no daba el menor indicio de lo que pasaba por su mente."

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