24°

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Scarlett.

Joseph bajo del auto e intento hablar con los policías, esperando a que no quisieran revisar el auto.

-Cuidado... - Murmuré. - Mantén tu pie en el acelerador... Uno está desenfundando el arma.

-¿Cuál?

-El más bajo... - Murmuré y revisé las balas del revolver. - No permitiré que le hagan daño...

-Scarlett. - Elizabeth me detuvo. - No bajes... Sabrán que eres tu, hay carteles de ti por todos lados. Iré yo, soy su esposa.

-Elizabeth, no... - Murmuré.

-¿Cuál es el seguro? - Preguntó y lo medité unos segundos.

-Cariño. - Dije rápidamente. Ella sonrió ante aquél apodo, no eran buenas circunstancias y sin embargo era el momento perfecto. - Promete que solo dispararás en caso de ser necesario y no harás ninguna estupidez, metelo en tu corsé.

Le indiqué el seguro y como quitarlo, lo demás debía adivinarlo ella...

Suspiró y bajó del auto dejándome con el corazón en la boca, deseaba verlos caminar a ambos con rapidez al auto, los escuché sus voces charlando amenamente con los policías.

Ésto era extraño...

Algo no cuadraba, observé con detalle cada actitud... Cada respiración y cada pequeña expresión en el rostro de los policías que veía a lo lejos.

Elizabeth reía mientras Joseph tomaba su cintura, ambos actuaban normal, pero la conversación con los policías no parecía tener sentido alguno... ¿Por qué estarían aquí si no sabían? ¿Por qué pretendían charlar sí en un inicio iban a dispararle a Joseph?

Continuaron la charla sin mayor inconveniente sin embargo... Algo estaba fuera de lugar, algo no correspondía en lo absoluto a ésta tétrica escena que suspendía nuestros corazones en el aire. Notaba el nerviosismo con el que Joseph y Lizzie se sostenían.

Se despidieron y llegaron al auto sin mayoress problemas, Joseph puso el auto en marcha y continuamos nuestro camino.

-Ésto no tiene sentido, ellos saben... Van a seguirnos. - Murmuró. - Es una emboscada, lo presiento.

-¿De qué hablas? - Preguntó Elizabeth. - Nos dejaron ir.

-No. - Dije rápidamente. - Nos dejaron ayudarlos a atraparnos... No miren hacía atras, vienen dos autos... -Murmuré. - ¿Dónde hay un corte en éste camino?

-Es recto, camino liso y recto. - Dijo Joseph tembloroso. - Bien... Sí algo me pasa... Cuiden de Theodore, diganle que lo amo.

Elizabeth me observó y luego a Joseph, sostuvo la mano de ambos por dos segundos.

-Saldremos de ésta juntos... Cueste lo que cueste. No podría vivir sin ustedes a mi lado, son mi familia.

-Y ustedes la mía... - Murmuró Joseph. - Pero sí uno debe morir, he de ser yo...

Continuamos en silencio y Joseph suspiró analizando lo que quedaba de camino.

-Detendremos el auto, está lloviendo... Podrán correr por los viñedos de aquél terreno, son de la cosecha de Balbina. - Murmuró. - Detendremos el auto por ahí y saldrán rápidamente... Intentaré detenerlos con mi arma y ustedes corran... Si no llego en diez minutos y escuchan pasos cerca, huyan hasta el río del final de camino... Sí siguen recto llegarán hasta una zona rocosa, tomando el camino a la derecha está escondido mi antiguo carruaje, junto a mis caballos... Podrán llegar al tren sin ser descubiertas...

Medievales ; scarzzie. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora