chapter six

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❝but you keep my old
scarf from that very first
week, cause it reminds you
of innocence and it smells
like me❞


chapter six — ❝the red scarf❞
diciembre 2012 - amsterdam, países bajos


FRENKIE

Resoplo y me froto las manos para tratar de infundirles calor antes de tocar el timbre de casa de Florence

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Resoplo y me froto las manos para tratar de infundirles calor antes de tocar el timbre de casa de Florence.

Es oficialmente diciembre, lo que quiere decir que el mes favorito de todo el mundo está pintando la ciudad con guirnaldas, árboles, brillos y luces. Y no podía perder la oportunidad de mostrarle a mi novia mis cosas favoritas de la ciudad en esta época del año.

—Señor Frenkie. —Ana abre el portón y me regala una sonrisa que devuelvo.

—Buen día, Ana, ya te dije que no me llames señor, me hace sentir viejo. —le recuerdo— . ¿Florence está lista?

—Si, está despidiéndose de la señora. —me sorprende escuchar que la mamá de Flo está en casa— . Ahora sale.

—Gracias, Ana, mándale un saludo a Viviana de mi parte.

Conocí a los padres de Florence el mes pasado y fue... raro, porque nunca están en casa y tuvieron que irse a la mitad de la comida. Sin embargo, Viviana y Hugo me cayeron muy bien y yo también a ellos. Solo desearía que tuviéramos más tiempo para convivir como Flore lo hace en mi casa.

—Hey, extraño.

Salgo de mis pensamientos y sonrío cuando veo a mi novia de pie frente a mí. El día está helado, diría que a punto de nevar y siempre que hace frío si nariz se pone roja.

—Hola Rodolfo. —digo en broma, retorciéndole la punta de la nariz entre los dedos— . ¿Sabes que no vamos al polo norte, no?

Rueda los ojos pero sonríe. Casi que solo se le ven los ojos, tiene puesto un abrigo enorme color negro, un beanie blanco que le aplasta todo el pelo y una bufanda roja gruesa rodeándole el cuello. Eso sumado a su corta estatura la hace ver muy graciosa.

—¿A donde vamos? —cuestiona cuando ya comenzamos a caminar.

—Al centro, ayer inauguraron Ice Village.

—¿Ice Village?

—Está en la plaza de los museos, es como un mercado de navidad con juegos, tiendas, comida y lo más importante, la pista de patinaje.

Se detiene y me mira con el ceño fruncido.

—Frenkie, no sé patinar. —dice seria.

Río— . Ya lo sé.

Estiro mi mano derecha y después de darme una mirada desconfiada, la toma.

—Tienes suerte de ser lindo, idiota.

Suelto una carcajada y antes de que siga en dirección al metro dejo un suave beso en su mejilla.

—Me adoras.



(...)




—Me voy a ir de boca, Frenkie, no bromeo.

Trato de aguantarme la risa mientras tomo a Florence de la cintura para evitar que se caiga en el hielo. Ella por otro lado no hace más que empeorar la situación retorciéndose como gusano cada vez que pierde el balance. No mentía cuando dijo que era mala patinando.

—¡Flo, quédate quieta! —exclamo cuando vuelve a moverse de más— . Solo desliza, no intentes caminar, desliza a un lado y al otro.

—Perdóname si no me concentro mientras siento que me voy a partir la cara.

Río— . Mírame a mi, no al piso.

Suelta un resoplo frustrado que me saca una sonrisa pero me hace caso. Cuando sus iris azules se conectan con mis ojos se me corta la respiración brevemente, me pasa desde el primer día que la vi al otro lado del patio y me emociona que siga pasándome. Lo tomo como una señal de que ella es la indicada.

—¿Ves? Lo estás haciendo. —murmuro dándome cuenta que por fin está deslizando los pies.

—¡Lo estoy haciendo! —suelta emocionada.

Lo siguiente pasa en cámara lenta, suelto mi agarre para que siga sola. Lo hace los primeros metros sin problema, sin embargo, cuando se topa con un pedazo de hielo suelto comienza a frustrarse de nuevo ocasionando que su su pie se doble. La expresión de dolor se extiende por todo su rostro mientras cae.

—¡Te dije que iba a caerme idiota!

Quiero reírme pero la preocupación es superior así que me muerdo la lengua y la ayudo a levantarse con cuidado.

—¿Duele tanto? —me arrepiento al instante cuando me mata con la mirada por la pregunta idiota.

—Solo... llévame a casa, por favor.

Dudo en proponer si deberíamos ir a un hospital primero, no obstante creo que ya me odia lo suficiente por hoy y su paciencia conmigo está llegando a su fin, entonces solo sigo sus indicaciones. Pido un Uber y en menos de cinco minutos estamos de camino a casa.

En el camino se acurruca en mi pecho y casi se queda dormida, cuando llegamos pago y la cargo hasta el salón de mi casa. Mi mamá sale de la cocina como flash cuando nos ve entrar y rápidamente se pone a la obra con el montón de remedios caseros para mejorar el dolor. Pero primero, hielo.

Nos acomodamos en el sofá mientras esperamos y gracias al cielo, no parece más que un esguince de primer grado. Ayudo a que se despoje del abrigo enorme y la bufanda roja y cuelgo ambas prendas en la parte trasera del sillón.

Media hora después la hinchazón está significativamente más baja y ella está completamente dormida apoyada en mi hombro. Suelto un resoplo por lo bajo, definitivamente esto no es lo que tenía en mente cuando planeé este día.

La miro con una sonrisa en la cara, mi vida ha cambiado significativamente desde que ella se atravesó en el patio de mi casa, o más bien, desde que yo me atravesé en el patio de la suya. Definitivamente no cambiaría nada.

Entonces las dos palabras se vienen a mi mente, las he estado pensando varias veces estos días y de repente, siento las ganas de gritárselas a todo el mundo.

—Te amo, Flore.




...




Cap un poco aburrido, lol.
Pregunta: ¿sienten que los caps se están haciendo monótonos? yo siento que si un poco así que voy a acelerar la trama jaja.
Ojalá les guste, lo hago con mucho amor.

Voten y comenten, son lo mejor besties ❤️‍🔥

𝐀𝐋𝐋 𝐓𝐎𝐎 𝐖𝐄𝐋𝐋 | 𝐅𝐫𝐞𝐧𝐤𝐢𝐞 𝐃𝐞 𝐉𝐨𝐧𝐠 Where stories live. Discover now