Hilo Rojo [Jenlisa] G!P

Prólogo

Seúl, Corea del Sur.

Mayo de 2009.

Hacía varios minutos que el coche de policía había desaparecido calle abajo, pero ella era incapaz de apartar los ojos de ese punto por el que se había alejado. La imagen de Taehyung saliendo de la casa esposado, con la ropa manchada de sangre, se había grabado en su cerebro y no lograba ver nada más. Había ocurrido. Lo que tanto temía, al fin, había pasado.

Desde que había descubierto las cosas horribles que tenían lugar en esa casa, había sabido que solo era cuestión de tiempo que alguien acabara muerto. Joshua Kim era un monstruo que había aterrorizado a su familia durante toda su vida y se había ganado a pulso su destino.

Sin embargo, Taehyung no merecía el escarnio al que se encontraba sometido.

La policía lo estaba tratando como si fuese un asesino, y nada más lejos de la realidad. Estaba convencida de que había actuado en defensa propia, por una cuestión de supervivencia. Pero toda aquella gente que se agrupaba en la calle, movida por una curiosidad morbosa, no lo sabía. Solo veían a un chico problemático que había golpeado a su padre con saña.

Si supieran la verdad. Si hubieran visto el cuerpo desnudo de Taehyung como ella lo había visto. Cada golpe, cada herida, y esa horrible quemadura. Si hubieran visto todo eso, no habrían permitido que se lo llevaran detenido y humillado de ese modo.

Jennie cerró los ojos y apretó los párpados con fuerza. ¡Dios mío, Tae!

Notó un dolor agudo en el pecho y las lágrimas pugnando por escapar de sus ojos. Jisoo le rodeó los hombros con el brazo y eso bastó para que se desmoronara. Se giró hacia ella y hundió el rostro en su pecho mientras unos sollozos descontrolados se apoderaban de su cuerpo, sacudiéndolo sin control. Se aferró a su camiseta y gimió con el corazón destrozado. Taehyung era lo único bueno que le había pasado en la vida. Siempre había podido contar con él. Ese chico tan roto como ella era lo único que tenía; y ahora no sabía qué iba a pasar con él.

-¿Qué van a hacerle?

-No lo sé -respondió Jisoo con la voz ahogada por una rabia que apenas podía contener-. Ese hijo de puta sigue vivo. Esperemos que no la palme. Si se muere, acusarán a Taehyung de homicidio.

-Nada de esto está bien. Debe haber pasado algo muy grave para que él haya hecho algo así. Tae solo se ha defendido, estoy segura.

-Yo también. Pero las dos sabemos que solo era cuestión de tiempo que ocurriera. Con o sin motivos, las cosas iban a acabar así en esa casa. Lo único bueno de todo este asunto es que no es Taehyung quien va en esa ambulancia.

Se giraron hacia el vehículo y se quedaron mirando cómo los paramédicos empujaban la camilla con el cuerpo de Joshua Kim, machacado por un bate de béisbol.

-Se lo merecía. Espero que no pueda volver a ponerles una mano encima nunca más -masculló Jennie.

-Ojalá. Sin Taehyung, Lia y Soobin están en peligro con ese tipo.

-¿Crees que van a encerrarlo?

-No lo sé. Pero la última vez que lo detuvieron, la abogada de oficio le dijo que, con todos sus antecedentes, se arriesgaba a ir una larga temporada a un centro de menores si volvía a meter la pata. Esto es mucho más serio que meter la pata.

La cara de Jennie se contrajo con un nuevo ataque de llanto. Se cubrió la boca con la mano y respiró hondo, tratando de que el aire llegara a sus pulmones.

-Voy a acercarme a la comisaría para ver si averiguo algo -dijo Jisoo.

-Voy contigo.

-Es mejor que no, Jen. Vete a casa y descansa. No tienes buen aspecto.