Embriagador.

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Elizabeth.

La luz del sol ha sido muy abrumadora el día de hoy, los militares no dejan de pasar fuera y he decidió ofrecerles algo de agua al ver lo cansados que se veían, pobres chicos jóvenes.

Evans se apellida uno... El pobre muchacho de ojos azules odia lo que debe hacer...

-Evans, debemos irnos. - Murmuró un castaño de ojos azules.

-Ya voy, Stan. Estoy algo cansado. - Suspiró.

-¿No gusta un vaso de jugo? - Pregunté y el hombre asintió lentamente sonriendo.

Les serví jugo y ambos lo bebieron mientras charlaban conmigo acerca del Fhürer.

Hitles, Adolph Hitler... Un hombre con ideales extraños... Ninguno estaba de acuerdo con su política, sin embargo ahí estaban.

-Nos ha enviado a... Analizar la situación y ver... Las razas. - Murmuró el rubio.

-¿Razas? - Pregunté.

-A quienes no sean arios. - Murmuró el castaño. - A lo judíos, homosexuales y demás. - Murmuró.

-Oh... - Asentí lentamente. - ¿Y eso por qué?

-Nos ha pedido hacer un conteo en cada pueblo, no lo sabemos, son órdenes del comandante. - Murmuró el joven Evans.

-Debemos irnos, gracias señora...

-Olsen. Señorita Olsen. - Sonreí y ambos estrecharon mi mano despidiéndose.

-Algo me dice que es un mal momento para ser judía y homosexual. - Murmuré al verlos marchar.

El sonido de la campanilla de la puerta me obligó a girarme.

-Buenas tardes, Elizabeth. - Murmuró Scarlett. - He venido a agradecerte las rosas... - Sonrió y observó el suelo. - Te he traído helado de vainilla.

-¿Helado de vainilla? - Pregunté. - Es mi...

-Favorito, lo sé, me lo dijiste. - Murmuró completando mi oración. - ¿Podemos hablar? - Asentí. - Mi hijo me ha dicho que habló contigo y te extraña.

-Me he disculpado en la carta.

-Y yo acepto tus disculpas. Dios me insta a amar, jamás a repudiar... Tu amor debe ser libre con una mujer que pueda corresponderte, sin embargo yo no puedo. - Murmuró observando su anillo. - Mi querido William Chase es... El único amor de mi vida.

Haz sonreído y he asentido. Me siento abrumada, por un lado valoro que Scarlett ha venido y por otro me duele muchísimo saber que jamás me verá como yo a ella.

-Lo entiendo. - Sonreí levemente. - ¿Quieres comer helado conmigo? - Pregunté y asintió.

Nos sentamos a comer helado charlando sobre tu esposo, quien curiosamente ha nacido el mismo día que yo y ha muerto el cuatro de julio, hoy estamos a diciembre, cerca de las festividades.

-Cada día lo extraño más, pero duele menos. - Murmuró. - Jojo... Consiguió aliviar eso en ti... Dice que físicamente son similares. Mi amado William. Fue un gran hombre.

-Un gran hombre... - Asintió. - Me alegro de ello, Scarlett.

Me levanté hasta el ventanal y tomé una rosa blanca y dos rojas, las puse dentro de un ramo y te las di.

-Para que puedas adornar tu jardín. - Murmuré.

Mordiste tu labio inferior y me abrazaste rápidamente en agradecida.

Te separas sin soltar tus brazos de mi cuello, tus ojos brillan y tu respiración se vuelve pesada.

-Lindos ojos verdes. - Murmuraste. - Realmente se parecen a los de mi William.

Sonreí nerviosa por tu cercanía. Tu aroma es embriagador, casi sublime, Scarlett.

Nos observamos fijamente unos segundos y unes tus labios con los míos.

Intenté tomar tu cintura, pero te alejaste y te fuiste corriendo.

Haz olvidado las rosas.

Nota de autor:

¡Hey! ¿Cómo están? Lamento no haber actualizado mucho hoy, estuve estudiando y han sido muchas emociones en un día con respecto a todo lo que ha pasado.

Siempre recordar que la privacidad es importante en la vida de nuestra querida rubia, pero podemos emocionarnos mucho. En ésta casa ya amamos a Cosmo *chilla*.

-Codex.

Ni siquiera el Fhürer ; scarzzie. Where stories live. Discover now