Ni siquiera el Fhürer ; scarzzie.

30/ Agosto / 1945 (FINAL)

Scarlett. [PLAY: End title - Clint Eastwood]

He enviado hace dos años los anhelados resultados de tu verdadera familia... No he obtenido respuesta.

He rezado por ti, Elizabeth.

Hace un mes vi al soldado Evans, me ha dicho que le han prometido soltarte siempre que habla de ti... Y que le sorprende que no estés aquí.

A mi también me sorprende... Oh, Elizabeth...

Cada día me enamoro más tu recuerdo y sé que no es para nada sano, querida mía.

Jojo prende una vela para ti todas las noches.

El rosal está hermoso, aquellas flores en agosto sólo crecen y son las más hermosas de todo el sitio.

Gracias por arreglar mi jardín y mi vida. Te he escrito a diario desde que te fuiste y... Ni siquiera así evito extrañarte.

Solamente lo hago más difícil.

Están tocando la puerta... Debo ir a atender.

Te quiere, Scarlett.

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-Señora Johansson. - Dijo el soldado Evans acompañado de un castaño.

Ambos con la expresión aterrada.

-¿Qué sucede? - Pregunté. - ¿Gustan entrar a beber algo?

Ambos asintieron.

Se sentaron conmigo en el jardín y yo les serví un poco de jugo refrescante para el calor de treinta grados que pegaba el día de hoy en la ciudad.

-¿Qué sucede? - Pregunté nuevamente.

-Le... - Comenzó el soldado Evans. Noté sus ojos azules llenarse de lágrimas. - Tenemos malas noticias.

-¿A qué se refiere? - Insistí.

Mi corazón comenzó a latir a mil por hora, algo me indicaba lo que se venía en éstos momentos y quería fingir que no sabía perfectamente cual era la realidad

Quería apartarme del dolor qué significaba perder otra vez a una persona que amaba con el alma...

-Mi más sentido pésame... Ma'am Johansson. - Murmuró el castaño. - Soy el sargento Stan.

-¿Cuándo fue? - Pregunté sintiendo mis ojos arder mientras un nudo se formaba en mi garganta.

-Anoche... - Susurró el soldado Evans. - Estuvo meses cautiva... Lo lamentamos tanto... Hicimos todo lo posible, nuestros superiores no asumieron cometer un error y en vez de aceptar que encerraron a una alemana, prefirieron levantar la alfombra y esconder todo bajo ella... - Murmuró el rubio.

-¡No! - Grité. - ¡Si hubiese sido judía, merecía respeto también!

Me levanté rápidamente molesta, el sargento Stan me abrazó y yo sollocé contra él.

-Lo sabemos, ma'am... Lo sabemos, estamos ansiosos de que esta absurda guerra acabe... - Murmuró Evans. - Ma'am Elizabeth... Sabía que no estábamos de acuerdo con los ideales del Fhürer...

-Fue una gran mujer. - Murmuró el sargento Stan.

-¿Mami? ¿Qué sucede? ¿Ha pasado algo? - Preguntó mi pequeño.

Me he agachado para recibirlo en brazos.

-Oh, cariño... Lizzie... - Susurré.

-¡No! - Gritó. - ¡Mientes! ¡Ella está bien! - Negué y él comenzó a llorar. - ¡Le pedí a papá y Dios que la cuiden! ¡¿Por qué la dejaron irse?! - Volvió a gritar y salió corriendo al jardín.

-¡Jojo!

Lo llamé, pero fue inútil... Fue tan inútil como esperar que estos cerdos infelices no lastimaran a mi amada...

-He pedido su cuerpo, y lo hemos... Incinerado. - Murmuró. - La han colgado sin piedad... - Murmuró. - He reconocido su rostro cuando han quitado las bolsas de sus rostros.

Me dejé caer en el suelo imaginando a Lizzie... Oh, Dios... ¿Por qué haz permitido ésto?

¿Por qué haz permitido que éstos crueles humanos lleven a cabo tal plan en tu nombre? No es justo... No fue justo para mi Lizzie, no fue justo para nadie.

-Lo lamentamos tanto... - Murmuraron.

El soldado Evans me ha entregado una pequeña urna adornada por rosas.

-Es muy... Ella... - Susurré y las lágrimas siguieron su camino hasta chocar con el mármol de tu urna. - Oh, Lizzie...

-¿Hará una ceremonia? Nos gustaría estar presentes...

Asentí lentamente.

Oh, mi Elizabeth.

Como voy a extrañarte... Lamento tanto todo...

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Mi vestido negro y la ropa negra de mi pequeño, acompañados de dos soldados mientras caminábamos con la urna hasta el rosal de Elizabeth.

Mi pequeño me observó sin dejar de llorar y le quitó parte de arriba a la urna. Me agaché a la altura del rosal y acaricie la tierra húmeda.

-Aquí florecerás, amor mío... - Susurré. - Estas rosas son tan fuertes que ni siquiera el Fhürer podría con ellas... - Susurré.

El sargento Stan extendió la bandera alemana mientras que el soldado Evans evitaba limpiarse las lágrimas que caían por sus mejillas... Se siente culpable.

Jojo dejó caer las cenizas de Elizabeth en la tierra húmeda del rosal y pude sentir un aire refrescante entre la calor del verano y mi ropa oscura...

-Te quiero, Lilly... - Susurró el pequeño a mi lado.

-¿Lilly? - Pregunté y él asintió.

-Así llamamos a una mariposa que vimos caer al agua, la metimos a un frasco y la liberamos cuando se mejoró... Era tan bonita como Elizabeth... Ahora ambas son mariposas y se llaman Lilly... - Susurró sonriente.

Asentí y besé su cabellera rubia.

Oh, mi amada Elizabeth.

Jojo se alejó unos metros y el soldado Evans lo abrazó levemente.

-Te promero que era mutuo, pero no estaba lista... Te quiero tanto, Elizabeth... - Murmuré acariciando la tierra. - Te amaré en todas las vidas en las que pueda... - Suspiré ahogada por la situación. - Cuidaré de éstas rosas como debí haber cuidado de ti, y ni siquiera el Fhürer podrá arrebatarmelas. - Sonreí entre lágrimas.

Me levanté y observé el rosal por varios minutos...

Me quedaré toda la vida a cuidar de estas rosas... Sólo por mi amada Elizabeth.

Te extrañaré.