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Y aquel tan ansiado día había llegado,  Taehyung había empacado sus cosas en una maleta mediana metiendo todo lo necesario en ella.

Con un abrazo se despidió de su molesta hermana y se fue a la academia donde tres buses los esperaban.

Al llegar camino hasta el jardín principal viendo una gran multitud con ropa de playa y sombreros con gafas de sol, a lo lejos miro a Jimin y yoongi subiendo la maleta a uno de los buses.

— ¡Ya llegué! — grite corriendo hacia ellos.

— Es obvio que ya llegaste — y como siempre Jimin siendo...Jimin.

— ¿Cuando dijeron que iríamos a la playa? — una suave risa de Yoongi llegó a los oídos del castaño, ¿De que se había perdido?.

— Eres un caso perdido mocoso — los dos rieron y subieron al bus, pero a los segundos la cabeza de Jimin se asomo. — por cierto, debes buscar tu nombre en cada bus para saber en cual irás — sonrió pero después de unos segundos siguió. — ¿Me parece haber visto tu nombre en el primer bus? adiós —

— Enano chillón — susurró entre dientes caminando al primer bus  y buscar su nombre, después de unos minutos buscándolo no lo encontró.

Camino hacia el otro haciendo lo mismo por lo que también no lo encontró.

¡Maldito enano!

Caminó a paso rápido hacia el bus cuando la cabeza de Jimin se asomo por la puerta con una gran sonrisa.

— ¡Taehyung ya recordé!, estás en nuestro bus — sus ojos se hicieron en dos medias lunas.

— ¡Te voy a matar maldito enano! — gritó dándole la maleta al chico que estaba metiendo las maletas en el maletero y corrió para subirse al bus

— ¡Yoongi! — grito corriendo hasta el asiento del pelimenta subiéndose en su regazo.

— ¿Que sucede Jimin? — sonrió posando sus manos en la cintura del antes mencionado.

— Taehyung quiere matarme con sus ojos rayo lacer — comenzó a reír pasándose al asiento alado de la ventana.

— Cuando lleguemos allá las vas a ver — lo miro amenazadoramente.

Busco su asiento y saco sus auriculares.

Después de todo sería un gran viaje, después de unos minutos todos comenzaron a subir.

— Muy bien, el viaje dura de 4 a 5 horas así que ¡Haeundae allá vamos! — grito emocionada.

Todos comenzaron a gritar golpeando los asientos con fuerza.








Pasaron aproximadamente 2 horas y Taehyung ya quería regresar todo su desayuno, era por eso que casi nunca salía y prefería quedarse en casa.

— Taehyung, ¿Te encuentras bien? — Jimin se acerco al asiento delantero dónde se encontraba el castaño.

— Si sentir como tú vómito sube por tu garganta es estar bien, entonces sí — recargo su cabeza al asiento delantero.

— Demonios Taehyung — se puso de pie caminando hasta donde él chófer.

El bus volvió a moverse acelerando para alcanzar a los demás, Taehyung se encontraba en el último asiento recostado en los asientos vacíos con el alma en la boca.





Los tres buses se estacionaron frente a un lujoso hotel de 20 pisos, todos comenzaron a bajar del bus observando todo con asombro.

— Enserio mocoso, a la próxima dime si irás para así estar seguro de no estar en el mismo bus — le dió un leve empujón.

— No seas chillón enano — tomo su maleta caminando detrás de la guía del bus.

— Debí dejar que vomitaras sobre tí — gruño.

— ¡Muy bien escuchen todos! — todos se acercaron y pusieron atención. — Gracias al director y a sus padres una cierta parte de la playa a Sido apartado solo para nosotros —

No me sorprende, nuestros padres siempre dan cierta parte de dinero para que nosotros podamos disfrutar cómodamente.

Las puertas del hotel se abrieron mostrando a Jungkook salir con unos shorts negros y una playera blanca con su cabello recogido en una coleta.

Dios, se ve tan jodidamente sexy

— Vengan por sus pulseras y busquen a la persona que les tocó el mismo número, cuando lo encuentren ese será su pareja de cuarto, además con esta pulsera serán reconocidos para entrar gratis donde quieran — dijo con una caja llena de ellas, todos festejaron tomando sus pulseras rápidamente.

— ¿Que número eres? — se acerco al castaño.

—  El 22 — miro el número grabado en su pulsera. —

— Soy el 22 — sonríe yoongi acercándose a ellos.

— Genial, entonces vamos por nuestro cuarto— rápidamente Jimin lo detiene con una sonrisa y un puchero.

— Sabes que te quiero mucho y que eres un gran amigo ¿verdad? — tomo sus manos jugando con ellas.

— ¡Toma! — se quitó la pulsera y se la dió. — me debes una —



























TATA —

UN FUNDASHI SUELTOWhere stories live. Discover now