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Era el chico más dulce que jamás habías conocido, tenía el alma más pura que cualquiera pudiese imaginar. Eso era lo que te atraía de el, lo inocente, amable y cariñoso que era.
— esto es tuyo — de la gran maleta con la que a llegado después de un año de gira, saca un brazalete, es muy lindo, una cadena dorada fina sostiene varios colguijes de diferentes formas.
— mío — ella lo toma con una sonrisa, al prestar mas atención de aquel cuelgan algunos países de a los que fue de gira o cosas significativas de cada uno.
— Australia — un canguro pequeño está ahí
— Inglaterra — un rayo, sabe por qué es ambos aman Harry Potter
— Irlanda — un trébol de cuatro hojas
— México — es el país, pero tiene un corazón en el
— Canadá — una hoja de miel de Maple —
— es precioso — admite mirándolo con atención, es todo tan pequeño, haciéndolo ver tan frágil.
— déjame ponértelo — ella extiende su muñeca, el lo coloca — algún día iremos juntos a todos esos lugares — le afirma con una sonrisa
— gracias — ella tiene una sonrisa — por tomarte el tiempo de esto
— nunca me olvidaría de mi chica — te besa, es un beso tierno, que demuestra cuánto es lo que se han extrañado.
Por más de seis meses habías esperado volverlo a ver, solo lo viste a mitad de gira, pues tuvo que regresar a EUA a dar conciertos, era el país donde vivían pues ahora todo era más facial ahí, la disquera, tu trabajo en una revista prestigiada como editora.
— te extraño muchísimo — le susurras, sientes como sus labios tienen una sonrisa.
— no tienes idea de cuánto te extrañe — le afirma mientras coloca una de sus manos en su nuca, trayendola a el aún más, intensificando el beso.
Era algo especial, no tenían que decirse todo lo que sentían con palabras, entre besos y miradas se lo decían y el otro lo entendía.
Con movimientos torpes, los cuales hicieron que la maleta llena de ropa callera al suelo lograron quedar recostados sobre la cama.
— creo que tendrás que doblar todo eso de nuevo — ella se burla mientras el solo le da una mirada rápida
— valdrá la pena — le afirma, coloca sus manos sobre la cintura de su chica, a pesar de los años que llevaban justos aun tenían esa conexión, esa que cuando el la tocaba sentía electricidad recorrerle y el se sentía el más afortunado al poder hacerlo.
Sin más poco a poco se quitaron de encima la ropa, que más bien parecía una barrera ahora mismo, el cabello de Ash siempre te había gustado, los rulos que se le formaban en ese cabello dorado caían sobre su frente de una manera delicada. Era claro que estaban enamorados, más de lo que nunca lo habían estado.
— eres preciosa — el también te está mirando, te roba algunos besos dulces. Ese era tu Ash, el chico que te olvida loca.
sus dedos algunas veces seguían el camino de besos que dejaba por tu cuello y pecho, eran besos que te erizaban la piel
— Ash — el te mira con una sonrisa inocente, claro que ahora mismo sabías que solo ocultaba una sonrisa llena de picardía.
— shhh — de nuevo está en tu cuello, mientras poco a poco da algunas embestidas, besos, caricias por parte de ambos como unos amantes apasionados diciendo que se aman.
claro que lo dulce quedó de lado unos momentos después, dónde la exitación fue más, ahora ella tomaba el cabello del chico entre sus manos, mientras el tenía sus manos en su cintura y la embestidas era mucho más rápidas, algunos gemidos salían sin permiso, hasta que ambos llegaron al mismo tiempo, las piernas de _______ temblaron y Ash callo aún lado de ella, abrazandola.
