capitulo 4: pesadilla

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Llevamos varios días en la misma rutina, en donde el "querido" señor sonrisas hace sus preguntas, pasó el tiempo acordado para su tonto juego y aún insiste en hablar conmigo, aunque tengo que admitir que ahora no me siento tan incómoda con este plan, pero no puedo decir que me agrade pero sí que me quita un poco de trabajo de encima al momento de su llegada. Nuestras clases se han convertido en conversaciones, es el único momento donde puedo decir que somos "amigos" y simplemente es porque estoy obligada a lidiar con su presencia pero cuando acaban las clases mis sentidos vuelven a ponerse alerta, después del primer mes, logré volver mí y nuestra relación se ha vuelto pacífica e incluso "amistosas" entre nosotros, poco a poco logré recordar porque no debía actuar como una niña..... aunque ya nada es lo mismo que ayer aún puedo solo ignorarlo, ya no puedo hacerlo igual que antes.

Hoy estoy en uno de esos momentos, en donde no lo siento como una amenaza y solo tenemos conversaciones después de una corta clase.

-Dime, querida Vagatha ¿a que aspiras en este lugar?- una pregunta llena de curiosidad después de una charla tranquila donde se hablo de algunas cosas al azar.

No respondí, estaba distraída pensando en esta extraña relación que tenemos y solo preste atención cuando sentí 2 manos en mis mejillas.

-Vagatha querida, me he dado cuenta de que te distraes con facilidad -puse gentilmente mis mano en su cara para que me mirara y delicadamente, volteo su rostro en mi dirección, mi intención es exaltarla, por supuesto que lo logre, no toma muy bien el contacto físico y adoró la actuación que me muestra.

Creo que puse una expresión rara, él me está observando con esa sonrisa petulante que tanto me molesta. Reclino mi cuerpo ligeramente para apartarme de sus manos.

-estoy pensando, la gente hace eso -levantó una ceja mientras lo observo, aún escuchando mis pensamientos.

Alastor asiente con un risa, no lo decepcionan sus respuestas, tan duras y contundentes, pero algún día lograría volver a ver a la misma mujer que hace un mes le sonrió y confundía las palabras solo por una mirada.

-pero ahora tengo una nueva observación, no sueles sonreír con frecuencia -iba a picarle la mejilla con el dedo pero ella le dio un manotazo, fue uno suave solo para detener su progreso.

-No tengo nada por lo que sonreír -me acomodó en mi lugar sentándome de lado, con las piernas recogidas y cuidando que mi falda cubra mis piernas, con mi mirada puesta en otro lado.

-Si no tienes nada que te alegre, eso significa que no hay nada que te guste en este lugar -desde hace mucho e notado la infelicidad de vagatha, por no decir desde el principio, incluso ella a dicho que tenia inconformidad, pero aún así tiene que tener algo que la retenga -y aún así aquí estás,así que vuelvo preguntar ¿qué aspiras aqui?-.

¿Qué propósitos tengo? Esa pregunta también me atormenta, si lo pienso bien, de aquí no deseo nada, si hubiese podido elegir ni siquiera estaría aquí, pero no tengo elección a este punto del juego.

-Con sinceridad, no sé -no tengo un amor especial por esta profesión -pero me adelanto a lo que dirás y aquí estaré con o sin razones -no iba a contarle mi verdad, pero era una realidad que me quedaría aquí e incluso sería monja, si eso le da una oportunidad a mi madre de vivir.

Se ve que no quiere dar explicaciones, bueno, esta bien, seguiré buscando otras formas.

-¿Tus razones son tan amargas que te obligan a estar en un lugar que te disgusta? -hay cosas obvias y su desdén por esta vida es una de ellas, a este punto no podría negarlo y tampoco es que tenga la intención de hacerlo.

casada con Dios (RadioX)Where stories live. Discover now