Katya despierta casi todas las noches agitada en su cuarto, con el extraño sentimiento de haber soñado algo real e importante, pero por algún motivo lo único que recuerda es un rayo violeta. Antes de mudarse, tiene una visión en un sueño, en donde p...
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No quería volver la conversación más larga de lo que estaba siendo. Me alteraba pensar en que Deniel podría necesitarme. Tal vez ya lo habían dejado ir y querría hablar conmigo. Así que conté lo primordial. Hablé de cómo el hermano mayor casi consigue terminar con mi existencia.
Reproducir la manera tan despectiva en que Logan habló de su hermano menor me destrozó, no quería que Nathan escuchara esa parte de la historia. Lo hablé porque sabía que era necesario, me hice a la idea de que sería un intento de que por fin Nathan dejara esa creencia de esperanza. Mi corazón lloraba, el deseo más profundo del castaño era recuperar a su hermano y esa persona que él quería devuelta se esfumó en el viento. Ambos lo sabíamos.
— ¿Cuál crees que sea tu castigo si descubre que has tenido este tipo de conversaciones conmigo? —pregunté haciendo una pausa en el relato.
—No hay peor castigo que presenciar como mi hermano cree que soy un traidor por hablar con la pequeña chica cuya familia me acogió en su hogar y me hizo sentir perteneciente en el mundo. Por mí que haga lo que quiera —expreso.
Sus palabras eran firmes, pero sus párpados temblaban, los ojos cristalizados delataban su verdadero sentir. Guardé silencio igual que en los funerales colectivos, cuando cientos de vidas se han perdido. Nathan es solo uno y su dolor asemeja como si fuera el de miles más.
Opté por contar el resto del sueño, sin volver a mencionar las rudas amenazas del mayor hacia el menor. Evadí causar sufrimiento en él. No lo merecía.
Le conté todo, el momento de tortura en cuanto me sentí envuelta en llamas, esa sensación de que cada una de mis células se carbonizaban al paso de los segundos. Mi desesperación al no poder contraatacar de manera efectiva.
—Me sentí inútil, mis ataques no le hacían rasguños. Demasiado lenta y débil —dije decepcionada de mi desempeño en el campo de batalla.
—Por ahora. Siéntete orgullosa de lo que has avanzado por tu cuenta en esta nueva vida. —animó el de ojos azules.
No me sentía defraudada del todo. Muchas veces adoraba mi trabajo, pero jamás lo reconocí porque temía caer en la egolatría. Viendo la circunstancia desde otro ángulo, Nathan decía la verdad. En pocos días había descubierto habilidades que hasta ese entonces eran un mito.
Abracé mi cuerpo por instinto. La golpiza que recibí fue nueva, una experiencia que no quería repetir, en sueños o despierta. Él me pegaba como si fuera cualquier cosa abiótica, estuve cerca de serlo. ¿Qué sería de mí ahora? Si hubiera muerto, ¿estaría en este momento con mamá y papá? ¿Con Abi?
Pienso en mis padres adoptivos. ¿Cómo estarán? Hasta cierto punto deseé que no me extrañaran tanto como yo a ellos. Igual y algún día, a este ritmo deberán despedirse de mí. Si moría... Mi último deseo sería que me borraran de sus recuerdos. No quiero que vivan con la culpa de haberme enviado al matadero intentando hacer que descubriera quien soy.
