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ATENEA

Agarro la navaja y la reviso.

—"Frey stein"—susurre.

La guardo, le prendo fuego a el cuerpo y me voy.

Camino hacia algún lugar buscando donde obtener efectivo.

Entro a un banco y voy directamente a el cajero a sacar dinero.

Salgo a la calle y paro un taxi.

—Hey—digo agachándome y apoyándome en la ventana —llévame a la mejor concesionaria de carros.

—Ok—dice el señor.

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—Ok señorita, hemos llegado—dice el señor—son 20 dólares.

—Gracias—le digo mientras le doy el dinero y me bajo del auto.

—Señorita—le digo a una mujer que está a la entrada entretenida con su celular.

—¿S-si?—pregunta aquella chica mirandome.

—Vengo a comprar un auto ¿por donde voy? —pregunto con diversión al ver cómo se me queda mirando embobada.

—S-si , venga por aca—dice mientras me guía hacia los carros—¿qué tipo de auto desea?—dice.

—Un auto rápido y que tenga modo automático—digo.

—¿Este?—me menciona un carro que ni sé de qué marca es.

—No, quiero un carro más exclusivo—digo mirando el auto, no está mal tampoco.

Me enseña algunos carros que nada que ver y solo me mira.

—Mira, primero que nada no busco ofenderte, segundo, tampoco busco que me mires, mucho menos vine aquí para eso—digo ya hastiada—dale, te lo repito, un auto rápido y que tenga modo automático—la chica se pone seria y baja la cabeza.

—Ok, esta este—dice sería, alado de un auto negro Ferrari.

—Okey, este me llevo—digo sonriendo—Viste que si sabes.

—¿P-paga en plazos o de un solo pago?—dice evitando mirarme.

—Me vez cara de pagar en plazos—digo divertida Dándole la tarjeta.

━━━━━━━━༺🚂༻━━━━━━━━

Llegue a una tienda de trenes, se preguntaran ¿trenes?, si trenes de juguete, siempre me gustaron pero papá siempre decía que era para niños pequeños y yo me los compraba a escondidas, pero hace unos meses papá me descubrió y yo le dije que eran para niños huérfanos y pues si fueron para niños huérfanos, mamá se los dio.

Compré como 10 trenes diferentes y exclusivos, y 5 paquetes de vías adicionales.

Me subo al auto y conduzco hacia mi casa.

Después de un rato.

—Llegue—digo bajando de mi auto.

Agarro mis llaves y abro el garaje, estacionó el auto y entro a la casa.

Exploró la casa y me voy a mi habitación, me baño, abro un par de trenes y armo dos cajas de vías por mi habitación, los demás trenes los apilo a un lado de mi closet.

El tiempo se me pasó volando y me dio hambre.

Bajo a la cocina y cocino cerdo horneado , pero creo que se me fue la mano, cociné demasiado y de verdad DEMACIADO.

—Mierda, creo que cocine mucho—digo sacando la bandeja del horno—igual dejo para mañana el desayuno—digo sirviendo una parte para mi.

Escucho que tocan la puerta, arrugo las cejas extrañada.

—Yo no estoy esperando a nadie—Frunzo el ceño confundida.

Abro la puerta y veo a una señora desde 35 años aproximadamente con un Pastel en sus manos acompañada de quien (supongo) es su esposo, un Señor de la edad de la señora o tal vez un poco mayor, 3 chicos bromeando en alemán , dos chicos y una chica, uno de más o menos mi edad, con el pelo negro y los ojos grises, la chica casi igual y el otro es un rubio ojos azules yo le pongos 3 años mayor que los otros dos.

Espera...

-Señorita Morningstar de Stein-Where stories live. Discover now