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FREY

—Como diga Señor Stein—dice sonriendo

Se comienza a sacarse la camisa sin dejar de mirarme, sigue con el short y me mira

—¿Me haría el honor de sacarme el corpiño?—dice acercándose

Rio—Un placer—digo desabrochándole el mismo, cuando se lo saco sus senos rebotan levemente y yo me relamo los labios—Sácate las bragas

—Sus pedidos son órdenes—dice sacándose las mismas

—Acuéstate—ordenó recogiendo el chocolate

Ella lo hace sonriendo pícara. Comienzo a echar el chocolate encima de su cuello esparciéndolo por sus senos, abdomen bajo, muslos internos y abro sus labios ella gime ante el toque, pero decido no echar, no estoy muy informado y no sé si le puede causar alguna infección, echo un poco más en sus muslos y pongo el chocolate en la mesita de noche. Pasó mi lengua por su cuello bajando hacia sus pechos tomándome el tiempo de mirarlos, agarro uno mordisqueándolo y chupándolo, el otro con mi mano masajeándolo, después suelto uno y voy con el otro, chupando y mordisqueándolo, dándole la misma atención. Sonrió a escuchar sus jadeos. Bajo hacia su abdomen, pasando la lengua por ahi, no me tomo mucho tiempo y bajo hacia sus muslos torturandola un poco, pasó la lengua lentamente por sus muslos mirando cada expresión de su cara, jadea, arruga la nariz, abre los ojos, me mira. Sigo con mi labor pasando la lengua suavemente

—¿Te puedes apurar?—dice mirándome con la nariz arrugada

—Mientras más me apures más me demoro, tu decides—digo y ella se queda callada a regañadientes

Sonrió para seguir subiendo hasta su feminidad, pasando la lengua por sus pliegues ya separados por su humedad a lo que ella suspira cerrando los ojos

—No, quiero que me mires—le digo parando a lo que ella habré lo ojos mirándome con frustración

No dice nada y yo sigo pasando la lengua por sus pliegues saboreando su humedad y ella gime bajo, meto un dedo sin previo aviso a lo que ella gime más alto, sigo lamiéndole alrededor de su clírotis y alrededor de su centro, meto otro dedo moviendo más rápido los mismos, siento apretarse su interior avisándome que su orgasmo está cerca y con el dedo pulgar comienzo a acariciar el clirotis y saco mi cara de ahí sin dejar perder el ritmo hasta que se corre y saco mis manos de ahí, me pongo encima de ella sin poner todo mi peso, cuando abre los ojos me chupo los dedos con su orgasmo en ellos y ella sonríe levantando sus caderas haciéndome jadear por el contacto de su feminidad desnuda y mi erección entre mis pantalones

—¿A si que la señorita quiere que la folle?—digo acariciando sus pezones

—Si Señor Stein, folleme—dice desabrochando mi camisa

—Eso me puso más duro—digo en su cuello

—Eso me mojo más— me susurra en la oreja desabrochando también mis pantalones—Tienes mucha ropa—dice frunciendo el ceño

Me levanto para sacarme la camisa y los pantalones junto con el bóxer

—Cuanto te mide exactamente—dice recorriendo todo mi falo con su mano sacándome un jadeo—por que no es para nada pequeño —dice y sonríe

—¿Exactamente?—digo suspirando y ella asiente —Creo que 23.7–digo recordando

Ella no dice nada , yo paso mi polla por su entrada resbalando y entro de una sola estocada, llevándome un gemido inesperado de su parte, ella enseguida se empieza a mover, sacándome gruñidos, comienzo a moverme al compás de sus movimientos, sintiendo esa sensación tan exquisita de estar dentro de ella

—¿De quien eres?—pregunto sonriendo

—De nadie—dice entre gemidos

—¿Ah si?—digo moviéndome más rápido

—S-si—Dice interrumpida por sus propios gemidos

—¿segura?—digo estimulando su clirotis

—No—dice en un gemido—soy tuya—dice bajito

Doy estocadas más profundas y rápidas

—¿Eres mía?—digo abriéndole más las piernas dándome más espacio para follarla más profundo

—Solo tuya—dice tocando mi abdomen

Cambia de posición, quedando ella encima mío

—Pero ¿De quien eres tú, uh?—dice con dificultad saltando encima mío

—Si tú eres mía—jadeo—yo tuyo—digo sintiendo el orgasmo de ambos aproximarse

Salta un poco más encima mío y nos corremos al mismo tiempo.

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-Señorita Morningstar de Stein-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora