23.

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Capítulo 23. - Placer , felicidad y dicha.

No supieron cuanto tiempo habían caminado, pero realmente Yibo quería ir allá, no importaba lo lejos que estaba, valía la pena.
Ahora recordaba todo y aunque pasó mucho tiempo, parecía que no había olvidado el bosque, aún se sentía atraído por este, en especial por cierto lugar.

Zhan sostenía el cuerpo de su madre, no importaba que se le dificultara el avanzar, él llegaría a aquel lugar especial para Yibo, allá ella sería enterrada, el príncipe había ordenado llevarla ahí y sabiendo lo mucho que significaba para Yibo ese llegar, aceptó.

Finalmente después de caminar por muchas horas, ellos llegaron.
Xiao Zhan colocó el cuerpo de su madre en la nieve, luego se acercó a Yibo mientras tomaba su mano y admiraban juntos aquel impresionante árbol.

- Es aquí... - Dijo el mayor.

- Mn... - Suspiró.

- ¿Estás bien? - Tomó sus manos entrelazadas para besar la de el castaño.

Yibo asintió, luego se acercó y tocó el árbol sintiéndose cálido. Después de tanto tiempo había vuelto. Aquel pequeño árbol de su infancia ya era demasiado grande y hermoso.

Se abrazó de él y casi sintió aquel abrazo maternal, se sintió bien a pesar de que el tronco era rugoso y estaba frío, el no lo sintió, lo único que sintió fue calidez y confort, como siempre había sentido cuando se sentía atraído al bosque en busca de aquel lugar donde vio a su madre por última vez.

Susurró algo y continuó admirándolo, estaba feliz de estar ahí, pero también sentía el dolor de la pérdida.
Xiao Zhan lo miró enternecido y suspiró, deseaba que Yibo no hubiese sufrido en el pasado, era solo un pequeño niño cuando él había perdido a su madre a manos de su padre justo en ese lugar.

Zhan lo dejó estar, luego se acercó al cuerpo de su madre para colocar una flor seca en su cabello que él había mantenido en uno de los libros.
El pelinegro acomodó la flor en el cabello blanco de su madre y sonrió ligeramente, era la despedida. Entre sus túnicas había encontrado un sobre que dejó en la cabaña, al volver lo abriría.

Hubiese sido el sacrificio hace días pero la anciana quería darles más días de felicidad ants de que el príncipe volviera.
Yibo ahora tenía ambas personalidades, mantenía la inocencia y nobleza del muñeco y la fuerte personalidad del príncipe.

Tomó una que Yibo había llevado y comenzó a cavar mientras el menor continuaba admirando el grande y logevo árbol donde su propia madre había fallecido.
Pasados unos minutos, Yibo finalmente se retiró hacia donde estaba Zhan cavando.

- Déjame ayudarte Zhan ge.

- Yo lo haré, descuida. - Le sonrió y continuó cavando, sus ojos estaban rojos, estaba cansado pero no iba a detenerse.

Yibo de todos modos se agachó y comenzó a escarbar en la nieve con sus manos desnudas.

- Yibo...

- Déjame hacerlo.

Xiao Zhan soltó la pala y se agachó para tomar las manos de Yibo para detenerlo. Odiaba que pudiese lastimarse.

- Está bien, lo haré yo... tu podrías lastimarte. - Besó sus manos.

Yibo levantó la vista, no iba a enojarse porque Zhan no lo dejara hacer nada como siempre. No importaba cuánto tiempo hubiese pasado, él aún continuaba sobreprotegiéndolo.

- Zhan... ya no soy un delicado muñeco que puede romperse, tampoco soy un inútil príncipe... soy un hombre como tú...

- Y-yo...

The Doll (ZhanYi/YiZhan) Where stories live. Discover now