CAPÍTULO 6 Noche de gala

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Eran mediados de mayo. Ly solía levantarse por las mañanas alrededor de las 8:00 AM, pero esa mañana la despertó unos mensajes de WhatsApp que no dejaban de entrar a su móvil. La becaria, medio dormida, miró quién era la persona que le escribió con tal urgencia. Era Figueroa. Ly abrió los ojos a una velocidad de infarto y leyó esos mensajes con mucha atención.

Lo que quería Figueroa es que fuera a la papelería de confianza a recoger unos carteles sobre el gran evento que tendría lugar a principios de Junio; la "I Exposición sobre Mujeres Empresarias y Emprendedoras". Ly tenía que colocarlos por toda la zona centro para que todo el mundo se hiciera eco de la noticia. También pidió que fuera de noche a un hotel que le indicaría más tarde para ayudarla a cargar y descargar varias cosas. En ese mismo hotel tendría lugar una cena de gala exclusiva para socias de AMEE. Todas estas acciones tendrían una recompensa para la becaria, ya que Figueroa le pagaría por ello.

Ly suspiró con fuerza porque le esperaba un día muy duro. ¿Quién le iba a decir que iba a ganar más dinero siendo becaria que trabajando por cuenta ajena en cualquier otro sitio?

Por la mañana, Ly se dedicó a colgar carteles del gran evento de AMEE por el centro, tal y como pidió Figueroa. Pero aparte, también guardó unos pocos carteles para colgarlos en otros barrios menos ostentosos. La becaria pensó que era una buena idea que todo el mundo tuviera la oportunidad de asistir a ese evento y no solo gente adinerada y de gran renombre.

Después de una tarde de largas caminatas, la becaria terminó de colgar los carteles y se marchó a su casa a refrescarse y a esperar más indicaciones de Figueroa. No tardó mucho, su tutora laboral, en mandar la ubicación del hotel donde se celebraría la cena de gala entre las socias de AMEE. Por supuesto, iría en calidad de trabajadora, no como una invitada más.

La noche de gala tenía lugar en uno de los mejores hoteles de toda la ciudad. El hotel lo regentaba una de las socias de AMEE, de manera que las expectativas de la cena estaban más que cubiertas. Al llegar Ly al hotel, fue en busca de Figueroa que la esperaba en su coche para que descargara unas cosas dentro del salón del hotel.

—¡Buenas noches, Figueroa!

—¡Buenas noches, Ly! —saludó saliendo de su coche. Llevaba un vestido largo rojo con un broche adornando su escote. Ly nunca la había visto tan maquillada como aquella noche.

—Estás muy guapa —halagó con sinceridad la becaria.

—¿De verdad? —preguntó, mirándose a sí misma—. Es posible, pero a mí el tanga me está matando. Eso de que esté metido por el culo no lo llevo muy bien.

—¿No dicen eso de que la belleza duele? Pues en este caso, la belleza molesta —Figueroa se partió de risa ante la ocurrencia de su becaria.

—Anda, porfa, lleva estas cajas de vino al almacén. Sé que son muchas, pero conociendo a las socias de AMEE, faltarán incluso.

—No te preocupes, por algo estoy aquí.

—Después, cuando termines, me buscas. A no ser que esté hablando en público, ahí no me interrumpas, que te mato.

—No se me ocurriría hacer eso.

—Ya lo sé, tonta, como si no supieras ya después de estos meses que siempre estoy de coña contigo. Corre, a trabajar.

Ly se puso manos a la obra. Empezó a cargar y descargar todas esas cajas en el almacén. Necesitó varios viajes para poder descargar todo lo que tenía el coche de Figueroa. En uno de esos viajes, mientras pasaba por el hall del hotel para dirigirse al almacén, observó que hizo acto de presencia su empresaria favorita, Nieto.

¿Por qué con la becaria?Where stories live. Discover now