CAPÍTULO 16 Cambios

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Al día siguiente del cumpleaños de Nieto, a Ly le tocó trabajar en el pub "Viri, Vidi, Vici" de noche. Como de costumbre, se personó a su puesto con su uniforme; un pantalón negro, una camisa blanca con el nombre del pub sobre uno de los bolsillos y unos tirantes de rayas negras y blancas. El pub era pequeño y de estilo irlandés, donde servían muchos tipos de cervezas, y como buena ochentera que era la jefa de Ly, el hilo musical que solía poner allí eran grandes éxitos de la época.

La persona que regentaba aquel local era una mujer llamada Viri, de unos treinta y ocho años. Al ser deportista poseía un cuerpo bien formado y fibroso, adornado con bastantes tatuajes, de ojos oscuros y de pelo semi corto, caoba y con mechas color rojo fuego. A pesar de que el trato hacia Ly era casi como el de una amiga, Viri era una mujer exigente, de gran carácter y muy creyente del mundo astral.

Viri estaba en la barra y cuando vio aparecer a Ly, sonrió y fue al otro extremo de la barra a recoger algo. Ly entornó los ojos porque sabía a por lo que iría. Se metió en la barra y vio aparecer a su jefa con unas cartas en la mano.

—Lyyyyy... —nombró animada Viri, acercándose a ella—. Ya sabes lo que toca cada primero de mes.

—¿Otra vez con eso? Maldita la hora en la que fuiste a ese curso de interpretación de Arcanos Mayores y Menores en Barcelona.

—Oye, me ha funcionado muy bien durante estos meses y lo sabes bien.

—Casualidades, Viri, puras casualidades. No te puedes creer todo lo que dicen unas cartas que tú misma diseñaste dando la interpretación que tú quieras darle.

—Mis cartas están certificadas ante la escuela de Mariló Casals, así que sirven —dejó de golpe en la barra su baraja de cartas astrales—. Baraja y corta el mazo.

—Te doy las propinas de este mes si me libras de este suplicio.

—Baraja y corta. Es una orden.

—Está bien —expresó Ly cogiendo las cartas para barajarlas.

—Además, piensa que te adentrarás pronto en un terreno muy peligroso; el de las empresarias. Querrás saber si te irá bien o no, ¿verdad?

—Me alegro de que te preocupes por mí, pero ni siquiera es seguro de que me vaya a ir.

—Pero si al final te aceptan allí y te va bien, me abandonarás y quiero saber si eso pasará para estar preparada.

—¡Qué tonta eres, de verdad! —exclamó cortando la baraja en dos. Seguidamente, lo soltó sobre la barra—. Ya está, socia.

—Veamos.

Viri continuó barajando con los ojos cerrados durante unos segundos. Al abrirlos, paró de barajar y colocó sobre la barra cuatro cartas del montón de manera pausada. A medida que colocaba las cartas, Viri iba cambiando de expresión facial constantemente. A Ly le desesperaba que su jefa pusiera esas caras cada vez que le sacaba las cartas. Aquella pantomima era como una especie de ritual que celebraba Viri a principios de mes para asegurarse el éxito en su negocio y en su vida personal. Y eso incluía a su fiel empleada, Ly.

—Interesante. Muy interesante... —meditó Viri sin apartar la vista de las cartas.

—Siempre me dices lo mismo.

—No, no, pero esta vez es en serio. No tienen nada que ver estas cartas con tus cartas del mes pasado.

—Coraje me da que te acuerdes perfectamente de todas y cada una de mis cartas.

—Mira, esta nunca te ha salido —señaló una carta que se trataba de un dibujo con un monigote rodeado de personas sin rostro. Ly puso cara de no entender nada—. Se refiere a las relaciones sociales. Igual te verás envuelta en acontecimientos que incluya a personas que te aportarán oportunidades de futuro.

¿Por qué con la becaria?Where stories live. Discover now