Capítulo 33.

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Harry y Jade se movieron rápida pero cautelosamente en dirección a las escaleras.

El corazón se le disparó a Harry hacia arriba en su garganta. Había personas parados en el sombrío salón de abajo, perfilados por la luz de la calle brillando a través de la puerta de vidrio; ocho o nueve de ellos, todos, todo lo lejos que podía ver, los estaban observando.

—Bajen sus varitas, niños, antes de que le saquen un ojo a alguien —dijo una voz baja y en un gruñido.

El corazón de Harry estaba latiendo incontrolablemente. Conocía esa voz, pero no bajó su varita. Jade, en cambio, entrecerraba sus ojos para ver mejor a través de la oscuridad.

—¿Profesor Moody? —dijo Harry inseguro.

—No sé mucho de ser "profesor" —gruñó la voz—, nunca di mucha enseñanza, ¿o sí? Ven acá abajo, queremos verte apropiadamente.

Harry bajó su varita, pero Jade no. Tenía muchas razones para sospechar se esas personas.

—Todo está bien, chicos. Hemos venido a llevarlos.

—¿P-profesor Lupin? —dijo Harry incrédulo—, ¿es usted?

—¿Por qué estamos todos en la oscuridad? —preguntó una tercera voz, ésta completamente desconocida, de una mujer— ¡Lumos!

La punta de una varita se encendió, iluminando el salón con una luz mágica. Harry y Jade parpadearon. La gente de abajo estaba reunida al pie de las escaleras, mirándolos fijamente, algunos estirando el cuello para una mejor vista.

—Oh, ¡se ven justamente como pensé que se verían! —dijo la bruja que estaba sosteniendo su varita encendida. Parecía la más joven de ahí; tenía una cara pálida en forma de corazón, ojos oscuros brillantes, y cabello pequeño y picudo que tenía una violenta tonalidad violeta— ¡Qué tal, Harry! ¡Qué tal, Jade!

—Sí, ya veo a lo que te refieres, Remus —dijo un mago moreno y calvo parado hasta atrás; tenía una voz profunda y lenta y tenía un aro en su oreja—, es igual que James.

—Excepto los ojos —dijo en un resoplido, un mago con cabello plateado que se encontraba atrás—. Los ojos de Lily.

—¿Estás seguro que es él, Lupin? —gruñó Ojoloco—, sería una linda perspectiva si lleváramos a algún mortífago que se hiciera pasar por él. Debemos preguntarle algo que solamente el verdadero Potter sabría. ¿A menos que alguien traiga algo de Veritaserum?

—Harry, ¿qué forma toma tu Patronus? —preguntó Lupin.

—Un ciervo —respondió nerviosamente Harry.

—Es él, Ojoloco —dijo Lupin.

Harry bajó las escaleras, muy consciente de que todos seguían mirándolo, mientras guardaba su varita en el bolsillo trasero de sus pantalones. Jade se quedó en las escaleras, sintiéndose un poco fuera de lugar.

—¡No te pongas la varita ahí, niño! —gruñó Moody— ¿Qué pasaría si se acciona? ¡Mejores magos que tú han perdido el trasero!

—¿A quién conoces que haya perdido su trasero? —la mujer de cabello violeta le preguntó a Ojo loco interesada.

—¡No te importa, solo mantén alejada tu varita de tu bolsillo trasero! —gruñó Ojo Loco—. Seguridad elemental de la varita, nadie se preocupa por eso ya... —se dio la vuelta hacia la cocina—. Y vi eso —añadió irritado, cuando la mujer revoleo los ojos hacia el techo.

Lupin tomó la mano de Harry y se la estrechó —¿Cómo estás? —preguntó, viéndolo de cerca.

—B-bien...

Monamour. |Draco Malfoy|Where stories live. Discover now