Capítulo 14.

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—Creo que no te estoy entendiendo, Harry.

Harry dejó escapar un suspiro muy pesado y me miró un poco cansado.

—¿Qué es lo que no entiendes, Jade?

—Literalmente toda la escuela nos odia —objeté, arqueando una ceja—, estamos a punto de morir en esa... competición o lo que sea, ¿y tú me estás invitando a salir?

Harry se quedó callado unos segundos y después dijo: —sí.

Lo miré incrédula y rápidamente volvió a decir:

—¡No! Bueno, sí, pero a mí no me odian... al menos no todos los de Gryffindor. Y Dumbledore no permitirá que muramos.

Le dediqué una mala mirada— me alegro que a ti no te odien casi todos los de Gryffindor, pero te informo que a mí sí. Y no solo los de tu casa, sino también de las otras. Así que no tengo tiempo para salir contigo, Potter.

Comencé a caminar lejos de ahí, pero él empezó a seguirme.

—¡Jade! ¡Escúchame! ¡No quería decir eso!

Lo ignoré hasta que sentí que me agarró del brazo muy fuerte, me volteé a mirarlo y tenía los ojos oscuros.

Mi corazón se aceleró violentamente, pero muy violentamente, y sentí cómo poco a poco iba perdiendo la razón y entraba en pánico.

—S-suéltame —balbuceé, sin fuerzas.

—No, escúchame... —Harry alzó un poco su mano libre, e instintivamente intenté cubrirme la cara con mi mano derecha.

Mi respiración era irregular y sólo podía pensar en mi abuela diciéndome que respirara suavemente, que no pasaría nada y todo estaría bien.

—¿J-jade?

Abrí los ojos, Harry me veía muy confundido. Ya había soltado mi brazo.

Me alejé dos pasos de él— no te me vuelvas a acercar —dije, con la voz temblorosa pero fría, y antes de seguir pasando vergüenza, me fui.

Draco Malfoy

—Y supongo que eso fue lo que molestó a Ron —terminó de decir Hermione—, de cualquier forma, odio verlos peleados.

—Pero tú no puedes hacer nada —dije yo—, al fin y al cabo es su pelea, no tuya.

—Ya lo sé, Draco —murmuró ella— pero te quería contar eso. Aunque sé que ellos no te agradan mucho...

No le respondí, ya que me distraje viendo a Jade, la cual pasaba muy rápidamente detrás de Hermione, mirando al piso.

Con las cejas fruncidas, me despedí de Hermione y me fui detrás de Jade.

Llegamos a la Sala Común y ella susurró la contraseña, pero me preocupé aún más al escuchar su voz temblorosa, como si tuviera ganas de llorar.

—¿Jade? —pregunté detrás de ella, y vi cómo ella dejó de caminar para después darme la cara, sonriendo.

—¡Hola, huroncito!

Rodé los ojos— ¿estás bien?

—Por supuesto. ¿Por qué? ¿Pasó algo?

La miré con atención.

—A mí no, pero a ti sí.

Ella fingió estar confundida— ¿A mí?

—Ven. —la agarré de la mano y la llevé a mi cuarto. Cerré la puerta y me senté en la cama— ¿Qué sucedió, Jade? ¿Por qué parece que vas a llorar?

Monamour. |Draco Malfoy|Where stories live. Discover now