23 de agosto

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°•.*·Fresa·*.•°

❥2do año de la academia→

*•★•*

- ¡¡¿Cómo?!! ¡¿Nunca has comido una fresa?! -preguntó con tragedia Mina sentada en el sofá en diagonal del pelirojo

Este sonrió pequeño, pasando una de sus manos por detrás de su nuca- No... ¿Tan extraño es? -preguntó con confusión

De un momento a otro Hagakure había comenzado a hablar sobre aquel tan delicioso postre de fresas que un chico le había invitado la semana pasada.

La invisible rió con ánimos, exclamando aquel dichoso sabor del postre que había consumido.

Pero entonces, al haber sentido una repentina curiosidad por aquella fruta anteriormente mencionada por la fémina, Kirishima interrumpió sus palabras para preguntarle por la textura de aquella roja fruta.

Terminando, finalmente,  con los ojos de todos los presentes puestos con curiosidad e incredulidad sobre él.

Kirishima jamás había comido una fresa.

- ¡Claro! Las fresas son deliciosas, no sabes de lo que te pierdes -volvió a declarar la chica de piel color rosa

Y Eijirō giró sus ojos con expresión divertida ante el dramatismo de su amiga, negando con su cabeza antes de dedicar una fugaz mirada a su novio que estaba sentado a un lado de él.

Katsuki no había actuado con sobresalto después de su declaración, pero Kirishima notó que se encontraba sorprendido.

Por lo que, luego de mirar a su costado contrario y acabar por confirmar que nadie los estaba mirando, pasó sus dedos de manera discreta sobre el brazo el rubio que estaba cercano a él, viajando hasta aterrizarlos en su mano y así poder entrelazarlas.

Mientras Katsuki, por su parte, luegi de sentir el contacto del otro viró sus ojos hacia él con duda, viéndolo serio, pero correspondiendo con la misma discreción el agarre del pelirojo sobre su mano.

- ¿Tú has comido una alguna vez? -preguntó el teñido, usando un tono bajo, cómplice

Evitando llamar demasiado la atención.

- Si -asintió con simpleza el cenizo

Eijirō sonrió pequeño- ¿Y?, ¿Qué tal son? -volvió a preguntar

Con curiosidad en su mirada carmín.

Y Katsuki pensó. Viendo hacia un lado para tratar de concentrarse en lo recientemente preguntado por el otro.

Hasta que, rendido, volvió sus rubíes hacia los ojos de su novio que no había dejado de ver su perfil en espera de una respuesta- Hmm, son jodidamente dulces... Y suaves -murmuró Bakugō, achinando un poco sus ojos ya de por sí rasgados

Son ricas. Asintió para sí mismo, tratando de pensar en una mejor definición para Kirishima.

Quien, a pesar de todo, pareció conforme con su explicación. Luciendo una sonrisa que Bakugō no demoró en notar.

Y casi suelta una risa inquieta cuando, al bajar la mirada a sus rojos labios, un nuevo pensamiento para acompañar la definición de fresa bailó en su cabeza.

Es como dar un beso...

Un beso de Kirishima, específicamente (para él).

Dulce y suave, apetecible en cualquier momento.

Por lo que, repentinamente antojado de uno de ellos, el cenizo se inclinó a un costado hasta estar lo suficientemente cerca del pelirojo para poder dar a este un corto ósculo sobre sus labios sabor fresa.

Pero no sabía del todo como explicarle a este la sensación, el gusto, el placer de besarlo. Sin embargo, si podía ayudarle a entender mediante el ejemplo más claro.

El cual vendría siendo, por supuesto, comer una fresa.

Por lo que, con un nuevo plan en mente, dejó pasar los días, las semanas y los meses.
Rogando en su interior que a nadie de su estúpida clase se le ocurriera comprar una caja de fresas y darle a probar a su novio. Ya que eso arruinaría por completo su sorpresa.

Sin embrago, el 16 de octubre, finalmente, se marcó en el calendario.

Llegó el cumpleaños de Kirishima. Y Bakugō, juntando parte de sus ahorros, compró una caja pequeña de fresas adornada por un moño de chillón color rojo.

- ¡Bakugō! ¡¡Esto es genial!! No puedo creer que recordarás que nunca las había probado -exclamó con alegría Eijirō, viendo con sus ojos ilusionados la caja de fresas que Katsuki sostenía entre sus manos como un presente para él

El rubio elevó una de sus cejas- ¡¿Eh?! Por quién me tomas, claro que lo recordaba, idiota -se quejó, chistando su lengua contra su paladar al final de sus palabras

Logrando que Kirishima solo sonriera aún más- ¡Gracias! -volvió a exclamar, revolviendo el cabello del cenizo con una de sus manos, mirando emocionado la fruta que aún sostenía el otro, tomándola con cuidado de sus manos y acercándose al sillón de la sala común para poder abrir esta y probar las tan anheladas fresas

Todo siendo seguido desde cerca por un extrañamente tranquilo Katsuki, quien se sentó junto al pelirojo y robó cuántos besos pudo, saboreando la fresa de estos con deleite.

Y es que, a pesar de no ser fan de las cosas dulces, admitía que los suaves labios ajenos mezclados con un dulzor extra que le proporcionaba la fruta roja eran de las mejores cosas que había probado en su vida.

*•★•*
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La fruta en Japón es cara, así que hice esto pensando en eso (a pesar de que no creo que Kirishima sea de una familia pobre, por el tipo de mochila que lleva a la academia y la escuela media en la que estudiaba).

En fin, detalles✋ Espero les haya gustado el cap💖

Sweetie    [KrBk Month 2021]Where stories live. Discover now