Sweetie [KrBk Month 2021]

24 de agosto

°•.*·Ángeles y demonios·*.•°

❥AU sin quirks→

*•★•*

Kirishima es un ángel . Pero uno muy desobediente...

Y es que hay un hombre realmente hermoso en la tierra. Un hombre al cual el pelirojo no se ha podido resistir.

Por lo que cada noche sin falta Eijirō baja y trata de conquistar al rubio de facciones duras y ojos rasgados.

Generalmente visita a este en sueños y en sus pensamientos. Pero, sin embargo, llegado un momento de osadía de parte de Kirishima, este decide presentarse físicamente ante el humano. Mismo quien estaba asustado y maravillado en partes iguales por su presencia.

Es decir, aquel ser de grandes ojos rojos parce brillar ante sus ojos.

Su rojo cabello cayendo suavemente por su piel besada por el sol, dándole un aire sensual y, a la vez, adorable que el rubio no fue capaz de ignorar fácilmente.

Entonces, sonriendo con sus pulcros dientes perfectamente alineados, el ángel pelirojo trató de seducir al cenizo frente a él.

Pero Katsuki es una persona difícil. Y a pesar de todos los encantos del ángel, no cedió ante sus insinuaciones y, en cambio, le acabó por pedir que se marchara de su casa y le dejara en paz.

Porque aún se siente un poco más asustado que maravillado como para ceder a siquiera tener la presencia de aquel ser de luz cercana a él.

Y el pelirojo decide cumplir, despidiéndose afectuoso de Bakugō, deseándole las buenas noches antes de desaparecer.

Sin embrago, como se ha dicho antes, Kirishima es terco. Y de ese momento en adelante se presenta cada tarde, cada noche, con el rubio. Mismo quien comienza a aceptar con algo más de naturalidad las visitas del de reluciente sonrisa pasado el tiempo.

Y, con ello, los mismos coqueteos de este hacia él.

Esta cediendo. Y Eijirō siente al humano desearlo con la misma intensidad que él a su persona.

Su perseverancia ha rendido frutos. Y apesar de que sabe que sus desapariciones han estado llamando la atención en el cielo, se decide a arriesgarse aquella noche y bajar hasta la casa del cenizo. Visitando a este con unas intenciones particularmente transparentes y previsibles.

Mismas a las cuales, esta vez, Katsuki decide ceder.

Acepta y se deja cautivar por el otro aún mucho más de lo que ya está.

Porque el rubio es atento. Y nota que, mucho más allá de su buena apariencia, el ángel que lo visita tan insistentemente es mucho más brillante por dentro de lo que lo es por fuera.

Por lo que, tras tomar, una bocanada profunda de aire. Se inclina hacia adelante y le permite al de piel algo más tostada que la suya sostenerlo entre sus manos.

Ambos se dejan llevar aquella noche. Se aman apasionadamente bajo la luz de la luna llena y los ojos críticos, atentos, del cielo.

Mismo quien sería juzgador de un pecador ángel pelirojo que había tenido la osadía de cometer aquel acto de seducción contra un simple mortal.

Contra un mortal que, a pesar de ceder ante Kirishima, no tenía ni idea de en lo que se estaba metiendo.

Y a la mañana siguiente, ante los intentos del pelirojo por volver al cielo, una fuerte luz mucho más allá de la solar lo cegó. Le quemó la piel e hizo a sus ojos irritarse de manera profundamente dolorosa.