Capitulo 26

1.9K 231 126
                                    

Algunas veces me he preguntado cómo hubiera sido mi vida si aquel verano no hubiera tomado la decisión de ir a ver a mis abuelos al pueblo, si nunca hubiera conocido a Belial y todo ese fascinante mundo tras él, qué hubiera ocurrido si aquel día no me hubiera encontrado en la playa, en ese desafortunado instante donde había aparecido una de las criaturas de Nerik y todo mi mundo hubiera dado un giro extraordinario.

Puedo imaginar que hubiera seguido siendo una chica normal, una más de diecisiete, dieciocho o diecinueve años, una humana más a los veinticinco o treinta años donde ya tendría una carrera universitaria, puede que hubiera tirado por psicología, puede que me hubiera convertido en arquitecto o médico. Nunca lo había tenido suficiente claro pero seguramente me hubiera arrastrado con la idea inicial hasta el último momento aceptando las consecuencias. Estaba claro que hubiera seguido saliendo con mis amigas, reuniéndonos en los mismos lugares de siempre, una y otra vez mientras nuestras vidas poco a poco iban cambiando y lentamente separándose, conociendo gente nueva y manteniendo las amistades más importantes.

Estaba claro que en algún momento de ese proceso me habría enamorado. Habría conocido a alguien que me habría hecho perder la razón por unos instantes y comportarme como una boba, puede que más de una vez y seguramente no siempre llegaría a ningún lado, otras veces no funcionaría pero terminaría viviendo con alguien, tal vez, con suerte, perduraría con esa primera persona, puede que fuera con la segunda, pero decididamente terminaría formando una familia, una pareja, una casa y en algún momento unos hijos.

Tampoco tenía muchas dudas sobre mi familia, cada uno por su lado, cada uno siguiendo su propio camino y reuniéndonos en algunas ocasiones, algunas navidades, algún acontecimiento especial donde Sarah y yo nos recordaríamos todo el desprecio que nos teníamos, algo que ni siquiera seguiría cuando en algún momento de mi vida mis padres faltasen o ya no nos viésemos obligadas a compartir necesariamente espacio por alguien más, olvidándonos de la existencia de la otra y todo lo que significaba.

Posiblemente en esa realidad mi vida no tendría ese matiz tan amargo, esa sensación de desconsuelo y vacío porque no habría conocido nada más, porque no habría saboreado un amor y una pasión tan avasalladora que me hacía perder los sentidos y provocaba que todo a mi alrededor perdiera directamente el sentido, como si no hubiera nada más o ni siquiera importara, porque no habría conocido ese increíble mundo de fantasía que había hecho que la realidad chocara tan fuertemente con la ficción que había hecho tambalear todos los cimientos de mi credibilidad, transportándome a algo más especial, más sórdido, oscuro y fascinante de lo que jamás una mente humana podría imaginar siquiera.

Nunca lo sabría realmente.

Belial me había dado la oportunidad de intentar llevar una vida normal aún teniendo la oportunidad de mantener esa magia en mis recuerdos.

No lo había soportado.

Vassago me había dado la segunda oportunidad de ser solo una humana más, alguien efímero e inconstante, alguien normal borrándome todos los recuerdos que cada vez me arrastraban y me ataban más a todo aquello.

Mi mente no lo había soportado.

Jamás diría que fue mi corazón quien no pudo sobrellevar una pérdida tan grande, una sensación de anhelo, de desesperación ante la seguridad que no era capaz de recordar algo importante, posiblemente lo más importante en mi vida que aquella parte que había ido despertando lentamente dentro de mi, azuzada y espoleada por la sangre de Nerik, la sangre de dragón que había sido inyectada entre la mía, había explotado con tanta intensidad que no sólo había intentado arrasar con todo lo que me rodeaba como un fuerte tornado, sino que mi cuerpo no había sido suficientemente fuerte para soportar todo su poder, destrozándome junto a todo lo demás.

SHADES (silence 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora