La Chica SKZ | Poliamor [T/N]

1. ¿Quiénes son ellos?

Aún recuerdo como los rayos de luz que entraban por la gran ventana de cristal frente a mi cama, tocaban mi piel ligeramente bronceada, por otro lado el sonido de las olas chocando contra la orilla de la playa y a los pajaritos cantando. Algo en mi me decía que ese sin duda sería un gran día, pero, lo que no sabía era que ese día en particular cambiaría el resto de mi vida.

Estar en ese paradisíaco lugar fue gracias a mi padre; Él posee una gran industria del entretenimiento en México - es donde vivimos -, mi papá firmaría con una importante y conocida compañía de Corea - JYP Entertainment -.

Él y su compañía llevaban meses organizando todo, volando a Corea, en video conferencias todo el tiempo, y por fin llegó el día más anhelado de mi padre, aliarse con JYP.

Decidí no interferir con la agenda de mi padre, yo lo único que quería era disfrutar del mar montando una buena ola, leer un buen libro en el atardecer y broncearme bajo el sol.

Unas inmensas ganas de ir a la playa se apoderaron de mi, así que me cambie lo más rápido que pude, agarre mi mochila, mi tabla de surf y salí corriendo en dirección a las hermosas olas que podía observar desde mi balcón.

Dejé mis cosas sobre la arena - la cual era blanca, tan fina y suave -, amarré mi cabello en una coleta y me coloqué protector solar.

Mi mirada nunca dejo de ver el mar, era de un color azul cielo, casi transparente.

Estaba muy emocionada y realmente feliz, hace mucho no surfearba y ese día no me sacarían del agua tan fácil.

No pude esperar más. Me coloqué mi equipo de surf, antes de agarrar mi tabla que estaba clavada en la arena, me asegure que la tobillera que me une a esta estuviera bien ajustada, y sin más salí corriendo adentrándome en el mar.

Estando ya a varios metros lejos de la orilla, donde ya se comenzaban a formar las olas, esperé unos segundos, hasta que pude visualizar el comienzo de una, hice unas cuantas maniobras, me puse de pie sobre mi tabla y logré montar esa magnífica ola.

Fue increíble, el agua salpicando todo mi cuerpo, el viento moviendo mi cabello, los rayos de luz chocando contra mi piel, las gaviotas volando, era mi lugar favorito en esos momentos, un lugar lleno de secretos, lleno de vida.

Siempre mi familia me decía que en mi vida pasada debí de haber sido una sirena, por tanto amor que le tengo al agua.

Y no los culpo, realmente amo estar en ese elemento.

Te platicaré un poco sobre mi/tú, aún no sé como dirigirme hacia a ti querido lector.

Soy un atleta olímpico por México en el deporte  de natación por lo que estar dentro del agua ha sido parte de mí desde siempre, ya qué llevo en el mundo del deporte 12 años, comencé a la corta edad de 8 años, así qué haciendo cuentas, tengo 20 años. 

Estaba dentro de la ola, mi mano tocaba una de sus paredes azul cielo transparente, al llegar casi al final perdí el equilibrio y obviamente caí, pero fue realmente divertido, al abrir los ojos bajo el agua pude observar todo un hermoso mundo que estaba habitando ahí abajo, salí a la superficie y me coloqué nuevamente sobre mi tabla esperando otra gran ola.

Y así pasó un día entero, bueno, bueno, no voy a exagerar, solo fueron 3 horas -para mi eso es poquito tiempo cuando estoy en el agua-.

Mientras esperaba que se formara otra ola, escuché como a lo lejos alguien gritaba mi nombre, cuando volteé para saber de quién se trataba, vi que era mi madre, - llevaba un hermoso atuendo blanco de lino, su cabello rojizo como el atardecer, ondulado hasta los hombros, su piel bronceada tono canela, sin duda mi madre es hermosa -, me hizo una seña para que me acercara a la orilla, hice caso sin protesta alguna.