Capítulo 6.5 (I)

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Edward

En cuanto Svetlana sale de la habitación, me dirijo al baño con una sonrisa. Debo admitir que algo se siente extraño, como si no estuviera bien, pero, por otro lado, la sonrisa de Svetlana vale la pena de ver, sin importar el sentimiento que haya detrás.

Hice el amor por primera vez con una chica realmente hermosa, y me gustó, tanto la experiencia como la chica. Hubo un batido de infinidad de emociones mientras lo hacía, incluso pude notar como todos mis sentidos se agudizaron en ese momento; aunque solo para ella. Es decir, solo sentía el calor de su cuerpo contra el mío, la fragancia natural de su cuerpo, y cada pequeño sonido que dejaba escapar, tal vez sin darse cuenta… Incluso el ruido de nuestros cuerpos juntándose provocaba que me estremezca.

Y recién… Recién me sentí de la misma manera, sin importar que solo haya sido simple fricción. Los torpes movimientos de Svetlana sobre mi erección se sintieron mejor que todas las veces que me he masturbado antes. No miento cuando digo que es como una tigresa; y creo que me gusta.

No conocí a una chica como ella antes, es extrañamente interesante.

Suspiro, comenzando con el baño de agua tibia, porque no hay más caliente.

Ella es única, se requiere de mucho valor para alejarte de las personas que amas, y es tanto doloroso como liberador. Entiendo perfectamente como se siente Svetlana, aunque probablemente ella lo haya tenido más difícil que yo.

Sin embargo, me quedé dormido con la idea de pedirle que me acompañe en mi aventura. Ambos estamos huyendo, y creo que no soy el único que cree que nos llevamos bien… Sin contar que necesitaré de su ayuda para comunicarme con las personas, en tanto no aprenda el idioma rápido. Cuando tomé aquél barco de polizón, no creí que terminaría en este país, pero me alegro de haber tomado esa impulsiva decisión.

Tal vez se lo pida ahora.

Con el humor mejorado, trato de tardar lo menos posible tomando el baño, lo cual no es muy difícil, teniendo en cuenta que el agua termina siendo fría en unos pocos minutos, y me visto con la misma ropa que tengo hace días. Bastante poco higiénico. Mataría por un poco de ropa nueva.

En cuanto salgo del baño oigo un fuerte grito; no logro comprender nada, por razones obvias, pero no parece que sea una conversación amable, sobre todo cuando la voz de Svetlana resuena hasta la habitación. Por supuesto, tampoco es algo que pueda entender, pero la oí el suficiente tiempo como para saber que es ella. Sin embargo, cuando encaro a la puerta e intento abrirla, ésta parece estar cerrada con llave, porque ninguno de mis movimientos hace que se abra.

—¿Qué…? —Intento mover el picaporte una vez más, esta vez con mucha más fuerza, sin lograr nada.

¿Pero qué es lo que está pasando? ¿Cómo terminé encerrado?

Los gritos, que más bien se sentían como rugidos, se calman y todo se convierte en un completo silencio. Eso me da una ventaja al momento en que comienzo a aporrear la puerta, intentando derribarla por mis propios medios.

No funciona. Todavía estoy débil para eso.

No sé cuánto tiempo pasa hasta que oigo la cerradura destrabarse, y le puerta se abre ampliamente, mostrando el ceño fruncido del dueño del lugar, o, al menos, del que supongo que es el dueño. Svetlana me avisó que los extranjeros no son bien recibidos aquí, así que su expresión fulminante no me sorprende, mas sí me aterra, solo un poco.

—Oh, chico —dice el dueño en cuanto me ve, probablemente porque estoy hecho un desastre.

—¿Sabes dónde está la chica que me acompaña?

El Inicio del Legado | Clan Crawford #0Where stories live. Discover now