Capítulo 4

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Cuando la habitación se vació completamente y solo quedamos Sara y yo, fui capaz de dejar fluir el sollozo que me atravesaba la garganta desde que había abierto los ojos. Me sentía más vacía que nunca incluso sabiendo que la vida me estaba dando una segunda oportunidad.

— No recuerdo nada, Sara... solo recibí tu mensaje y luego todo es negro.

— No estoy segura de qué fue exactamente lo que pasó, Auri. Yo solo estaba esperándote en la puerta del edificio cuando empecé a oír tus gritos y los de Andrés. — los ojos verdosos de Sara se apartan de los míos y noto cómo le tiembla el labio. — las ventanas del balcón estaban abiertas, no me dio tiempo a reaccionar ... en un segundo estabas cubriéndote de los golpes que Andrés te daba y al otro... — enarcó una ceja, mi cabeza intentaba recordar el momento. Reconstruir la secuencia. Pero no había nada. — estabas cayendo por el balcón y te juro que ... simplemente...— exhaló y se sentó a mi lado en la cama, tomando una de mis manos entre las suyas. — estuviste dos meses en coma Auri, creímos que no sobrevivirías.

De golpe, como si estuviera recibiendo un baldazo de agua congelada, cada una de las piezas empezaron a encajar. Yo escabulléndome por la puerta del departamento. Andrés despertándose por una llamada de su madre. Los gritos. Sus puños ensangrentados. Mi cabeza contra el espejo del salón. Los cristales cayendo a mis pies, uno a uno, como las pocas esperanzas que me quedaban para salir de allí. Recuerdo correr al balcón y pensar que solo estábamos a dos pisos y que con suerte podría saltar y escapar ilesa. Sus manos apretando mis brazos. Sus ojos inyectados en sangre, sedientos de violencia y venganza. Sus palabras, esas que se quedarían incluso marcadas en mi piel, aunque las cicatrices de los golpes curaran poco a poco. Y entonces recordé otra vez sus manos alrededor de mi cuello y su aliento susurrándome aquellas palabras que me sacaron el aliento ... "¿lo sientes? ¿sientes cómo el aire que respiras desaparece? ¿sientes cómo te privo de lo único que te mantiene viva, zorra? ¿lo sientes? Recuerda cada maldito día que solo respiras porque mis manos te lo permiten". Después vino la caída.

Tal vez me tiré sola, o quizás fue Andrés. Eso era algo que no recordaba.

— ¿Dos meses? — susurré.

— Él está... preso. — asintió y respondió a esa pregunta silenciosa que flotaba entre las dos.

— Tiene buenos abogados, los medios lo aman. Va a salirse con la suya y yo voy a seguir temiendo por mi vida.

— En realidad no. — me respondió ella cortándome. — ya lo estuve pensando bien. Las personas no saben lo que pasó, no saben que estabas en el hospital a punto de morir. Ellos solo saben lo que dicen esos periódicos, lo de tu supuesta infidelidad. Una idea pésima para que Andrés te deje por vergüenza y asco. ¿Acaso no pensaste que su reacción podría ser esta? ¿no pensaste que te podría haber matado?

— Si Sara, lo pensé, claro que lo pensé. Como también pensé en todas las veces que estuvo a punto de dejarme sin respiración cuando me ahorcaba por placer. — ahuyenté las lágrimas. No me permitía seguir llorando.

Sara guardó silencio, pensativa. Estaba muy cerca mío y podía verle los ojos cansados, las ojeras que surcaban sus ojos y el pelo castaño revuelto en un moño alto.

— Está bien. Bien... — dijo bajito, mientras seguía pensando en algo. — como te dije, ya lo tengo todo planeado. Vas a irte de la ciudad, de la provincia. Te vas al sur, a buscar a tu abuela. Y te vas a quedar ahí hasta que Andrés esté preso permanentemente.

— No puedo hacer eso ... tengo trabajo, seguramente me llamen a declarar... tengo... mi familia— un silencio doloroso se alzó en la habitación. — ¿Dónde está mi familia?

Se llevó las manos a la cara y se frotó con violencia, como si quisiera arrancarse la piel.

— ¿En serio pensaste que la basura de tu padre iba a venir a verte? Lo siento cariño, pero ese pedazo de escoria no llamó ni una vez para ver como estabas. — asentí. No me sorprendía, pero incluso queriendo evitarlo, me dolía — tu madre llamó un par de veces, pero no apareció, igual tu hermana, pero supongo que tu padre no la dejó venir. — acarició con el pulgar mi muñeca y volvió a hablar — el idiota de tu hermano vino un par de veces. — rodó los ojos e incluso estando dolorida y sabiendo que a mi familia no le importaba, me reí bajito — no te rías, es realmente insoportable. Vino una tarde con ese traje elegante que me grita pobre en mil idiomas, y con esas gafas de sol ... gafas de sol, en un puto hospital. — otra risa más divertida y mis costillas se quejaron por el movimiento. — es un idiota, aunque sea tu hermano. En fin, no te rías, que estuve a punto de echarle café caliente encima en plan... ups fue un accidente, que tonta soy. Pero que conste que no lo hice. — Sara cierra los ojos y sé que está imaginando la escena porque se muerde el labio inferior y después se hecha a reír. No dejaba de hablar ni un segundo. Como siempre. — ¿puedes creer que cuando entró a la habitación me dijo Melissa?, me conoce desde los diez años y no sabe mi nombre.

Sara era mi única y mejor amiga de toda la vida. Sus padres eran practicante mi familia y ella conocía cada secreto de la mía. Mi hermano Thomas y ella nunca se llevaron bien. Mucho tiempo creí que ella estaba secretamente enamorada de él, pero conociéndola me parecía imposible que sintiera algo por una persona tan superficial, egocéntrica e irritante como mi hermano.

— Nunca te dice tu nombre porque le gusta hacerte enojar, supéralo y sigue con tu vida. — dije acomodando el almohadón en mi espalda.

Temí por mi poca integridad física cuando la vi fulminarme con la mirada. Sus mejillas eran cachetonas y tenía algunas pecas sutiles que adornaban el puente de su nariz y sus pómulos. Cuando sonreía se le formaban unos hoyuelos tiernos, pero ella los odiaba porque la hacían ver tierna cuando decía no serlo para nada.

— Espera, que no te dije la peor parte. — se cruzó de brazos encima de su abultado pecho y apretó los labios antes de hablar. — me miró de arriba abajo, como si fuera una desconocida, y me dijo que a esta edad debería preocuparme, cito sus palabras "por tu apariencia física y tu salud, haciendo alguna dieta y actividad física" — la miré sin inmutarme. — será idiota, engreído, imbécil. — hace silencio medio segundo y abre los ojos esperando que diga algo. suspira frustrada. — este es el momento en el que me preguntas que le respondí — moví la mano en el aire instándola a que siguiera — le dije que me sorprendía que en tan poco tiempo haya hecho una segunda carrera de nutrición, sabiendo que la cabeza solo le da para heredar los negocios de papi. — sonrió diabólica y heroica al mismo tiempo.

— ¿Eres consciente de que acabo de despertarme del coma y estás haciendo el monólogo más largo del mundo? — le dije fingiendo estar seria.

— ¿No escuchaste la parte de que estuviste dormida por dos meses? — dice irritada, pero divertida a la vez — no te imaginas lo frustrante que fue no hablar con nadie por dos meses. Tengo que hacer amigos nuevos, si, definitivamente tengo que hacer amigos nuevos. — hicimos contacto visual y como si estuviéramos conectadas, ambas suspiramos y nos empezamos a reír a la vez. 

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⏰ Última actualización: Sep 09, 2021 ⏰

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