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Abro los ojos y me revuelvo entre las sabanas. Me desperezo estirándome completamente sobre la cama. 

Ay, que bien he dormido.

Miro hacia el lado, Harry no está. Me siento en el borde de la cama y pongo los píes sobre el frío suelo. Me levanto, voy en pelotas, después de lo del sofá me llevó hasta la cama y me folló hasta que cayó rendido y se durmió. Me pase un rato mirándole dormir hasta que caí también.

Voy hasta el sillón de la esquina, me pongo mi ropa interior y busco algo que ponerme encima.
Agarro un albornoz blanco que encuentro en la percha del baño. Abro la puerta y salgo al pasillo. No se oye nada, todo está en completo silencio, bajo las escaleras mientras me ajusto el cinturón de el albornoz.

Llego al salón, lo busco pero ni rastro de él, voy hasta la cocina, tampoco está pero me dirijo hasta la encimera cuando veo una bandeja sobre ella. 

Quito la tapa, un sándwich de pan redondo relleno de huevo y bacon, la yema está derretida como a mí me encanta.

Me siento en el taburete y desayuno. Cuando termino voy directa al baño pero antes de subir por la escalera vuelvo a echar un vistazo en el salón...nada.
Subo y entro en el baño, abro uno de los cajones y veo un paquete de cepillos de dientes, ya está abierto y falta uno, levanto la cabeza para ver su cepillo de dientes en un recipiente de cristal. Saco uno, el suyo es de color rojo, he cogido el azul y dejado el verde en el paquete.

Echo un pegote de pasta y me lavo los dientes. Me enjuago y me seco la boca con una toalla.

Vuelvo abajo, salgo por la puerta corredera de cristal, la terraza está vacía, pero oigo el sonido de el chapoteo del agua de la piscina. Acelero el paso y llego hasta ella. Sonrío cuando lo veo haciéndose unos largos. Me siento en una de las hamacas y lo veo llegar hasta el extremo de la piscina. Saca la cabeza y coge aire, el pelo le cae por la cara mojado y se pasa las manos para apartarlo y dejarlo hacia atrás, su piel y tatuajes relucen con el agua, aprieto las manos, me muero por tocarlo.

Se limpia los ojos y vuelve a entrar en el agua, ni se ha dado cuenta.

No sale a respirar en ningún momento, solo sale cuando llega hasta el otro extremo. Vuelve a repetir el proceso, deja el pelo hacia detrás y veo su cara. Dios, es guapísimo.
Me muevo en la hamaca y gira la cabeza rápidamente, lo miro y me mira.
Va hasta el borde de la piscina y se apoya sobre los  codos mientras me mira sin decir palabra. Me levanto y me acerco hasta él. A la vez que me acerco levanta la vista desde mis piernas hasta mi cara, me ha dado un buen repaso.

Quedo delante de él desde mi altura y tengo que agachar la mirada para verle, las puntas del pelo le gotean sobre los hombros y tiene los ojos brillantes.

-Buenos días.- dice y me da una sonrisa matadora. -¿Vienes a darte un chapuzón?

Guiña un ojo para poder mirarme bien, no tengo ni idea de que hora es pero hace bastante sol.

-Puede.- digo con ironía mirando el lugar, hace un bonito día pero sigue sin ser verano y ni de coña me metería.

-No está fría, puedes meterte.

-¿Estás de coña? No hacen ni 20 grados aquí fuera.

-Mete el dedo y me dices.

Me acerco a la escalera y meto el dedo gordo del píe, no está fría. Lo miro con el ceño fruncido. ¿Que tipo de magia es esta?

-¿Que truco has utilizado, Potter?

Señala al fondo de la piscina, ¿qué quiere que mire? Solo veo una caseta de madera.

Naughty (h.s) Where stories live. Discover now