Capítulo 2

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Las mohosas paredes conformaban parte del decorado del lúgubre pasillo, iluminaban tenuemente el camino la luz del poder mágico que emanaba de Lucy.

Sting era capaz de percibir la esencia de Rogue, Lector y Frosch cerca — le preocupaba no percibir a Yukino y Natsu — así que probablemente pronto se encontrarían. Avanzaban cuidadosamente, el suelo era inestable y no sabían que podían encontrar dentro, pero estaban seguros de algo, una poderosa presencia dominaba el lugar, un enorme poder yacía sellado en el interior. La tierra comenzó a temblar ligeramente.

— ¿Otra vez? — Lucy buscó inquieta por temor a que se abriera otra compuerta y cayeran — ¿qué será esta vez?

— Descuida, me encargaré de lo que sea

— No deberías preocuparte por mí, te recuerdo que puedo cuidarme sola — le pareció algo tierno el comentario del joven — pero contaré contigo si la situación lo amerita

— Pe-Perdón... sé que puedes... perdón

Lucy le hacía gestos despreocupados con las manos para que se olvidara del tema. Sting solo intentaba ser educado, ante sus ojos Lucy era una chica más, pero no debía olvidar su enorme fortaleza, se avergonzó una vez más de sí mismo por sus torpes comentarios. Llevaba haciendo el tonto desde el día anterior, debía comenzar a comportarse como el maestro que era.

Siguieron avanzando, después de unos largos pasillos y escaleras que descendían, lograron llegar a una habitación donde en el centro se encontraba un peculiar altar donde descansaba una roca similar al cuarzo, pero el color de esta era peculiar, así como su aura, esta era un atemorizante color violeta algo lúgubre, pero dentro se lograba observar destellos de llamas azules.

— ¿Qué... rayos...?

— Su aroma... es como el de mil cadáveres juntos ¿cuántas almas estarán encerradas ahí?

— ¿Almas? — se asustó por comentarios del joven — quizás es por eso que este lugar atrae la magia de espíritus celestiales

— Si es así, Yukino pronto se encontrará acá al ser atraída por esa fuerza, pero... esto no me agrada nada, no sé si debemos preservar esta roca o destruirla

— ¡Sting-sama!

Al otro lado de la habitación, no habían notado la otra puerta que conducía al pasillo en dirección contraria, de ella, Yukino se asomaba con una enorme cara de alegría por verlos — ¡Lucy-sama! Que alegría que se encuentren con bien — la muchacha se acercó a ellos siendo iluminada por la llama a su espalda, era Natsu quien se encargaba de dar algo de luz al lugar. La cara de Natsu era seria como pocas veces se le ve.

— ¿Rogue-sama no se encuentra con ustedes?

— Creo que es difícil que se acerque a nosotros, después de todo, él no posee magia celestial que lo ayude a encontrar el camino en este laberinto — comentó Sting — de momento, concentremos en esa extraña roca

— ¿Qué es esa cosa? — preguntó Natsu

— No tenemos idea — Lucy

— Apesta a muerte — comentó Natsu concordando con Sting — tan solo deberíamos destruirla

— Espera... ¡Natsu no!

Ya era tarde, Natsu la había partido en dos tirando de la piedra contra la pared. Misteriosamente nada sucedió, creyeron que quizás realmente esa había sido la solución, pero se percataron que obviamente no lo era cuando la tierra comenzó a temblar con mayor fuerza. Los agudos oídos de Natsu le permitieron captar como el piso bajo sus pies se agrietaba, era peligroso seguir ahí, sin pensarlo mucho agarró bruscamente el brazo de Lucy alejándola de los demás, y como era costumbre ella se abrazó firmemente a su cuello, que Natsu actuará así significaba una sola cosa.

¡Cuidado con el Dragón!Where stories live. Discover now