¡Cuidado con el Dragón!

Capítulo 4

El amanecer brillante saludaba al puerto pronosticando un abundante año a los trabajadores del lugar. Todos observaban la hermosa vista y acompañaban con alegría a los lugareños.

Sting se encontraba a un extremo de la barandilla mirando el entorno, no lograba sacarse de la cabeza el aroma que rondaba en cada centímetro de aquella chica. Al otro extremo de la barandilla Lucy y Yukino miraban el atardecer mientras hablaban con Happy, Lector y Frosch quien ya pronto decía tener hambre.

— ¿Qué es lo que te inquieta? — Rogue qué permanecía cerca lo miraba como si conociera lo que pasaba por su mente — no le has quitado la mirada desde que regresamos

— ¿Tan obvio soy?

— Puedo decir que incluso Yukino y Lecotr lo han notado... ¿Qué te traes entre manos?

— Nada en particular... Lucy-san... es interesante

— ¿Interesante? — su amigo era más ingenuo de lo que pensaba — pienso que deberías analizarlo mejor o te arrepentirás

— ¿Arrepentirme?

Replicó, una vez más dirigió la mirada a Lucy, sin embargo, en esta ocasión volvió a sentir el escalofrío que lo perseguía desde que caminaban por el festival, fue ahí cuando lo detectó, era Natsu quien discretamente lo miraba de forma amenazante, esas ideas en su mente eran reales o simplemente alucinaba, no lo sabía.

— ¡Hey chicos! — gritó Lucy llamando a los tres dragones — con Yukino creemos que ya es hora de regresar, hemos retrasado demasiado la partida

— Deberíamos ir por nuestras cosas al hospedaje y marchar — argumentó Sting algo insatisfecho

Fue en ese momento que se percató como Lucy al mirar de reojo a Natsu se sonrojo cuando sus miradas se encontraron. Molesto, apretó el puño con fuerza ¿Qué había sucedido entre ellos?

Llegaron al hospedaje y tomaron sus cosas rápidamente. Pasaron por comida para el viaje y una vez más en la estación todos abordaron. Sting tenía la intención de tomar asiento junto a Lucy, pero un dragón muy mareado se le adelantó utilizando de almohada el regazo de la joven. Pudo ver la vergüenza inicial de Lucy, pero pronto retomó la actitud normal que tenía con Natsu y actuaban igual que siempre.

Pasadas unas horas llegaron a la intersección entre Sabertooth y Fairy Tail, así que debían dejar el tren para continuar el resto del camino a pie, pero ya estaba anocheciendo, así que decidieron acampar por las cercanías y cada quien tomar su camino a la mañana siguiente.

La noche era algo fría, pero estaban bien con el calor que proporcionaba la fogata. No tardaron mucho en sucumbir al sueño y los ronquidos se escuchaban en el lugar. Lucy dormía dentro de su saco de dormir junto a Happy, Sting que hacía guardia estaba atento al rostro que se veía tan dulce dormido. Verificando que todos estuvieran dormidos se acercó lentamente, quería darle una pequeña caricia antes de partir mañana, pero una pequeña roca lanzada en su dirección lo detuvo. La roca lo golpeó sin lastimar su mano, era una advertencia.

— No le pongas las manos encima

— Natsu-san...

Natsu se encontraba cerca de Lucy, se despertó fácilmente al percibir su olor cerca.

— ¿Cuáles son tus intenciones Natsu-san?

— ¿Intenciones?

— No puedes impedir que me acerque a Lucy-san. Solamente ella me lo puedo prohibir, una amistad no puede bazarse en la posesión del otro

— Yo no le he prohibido nada

— Esta más decirlo, pero tú no eres nadie para decirme que me aleje. Lucy-san no es solo una maga, también es una chica... actuar como una persona común y tener deseos como tales es algo que sucede, las relaciones se construyen y otras se destruyen