¡Cuidado con el Dragón!

Capítulo 5

Desde ese ángulo lograba divisar el reloj en su pared, eran cerca de las diez de la mañana. Acostumbraba levantarse temprano, pero llevaba cerca de una hora sin moverse y es que el bochorno la superaba y temía que si se movía algo extraño sucedería.

Las manos que la tocaban una vez apretaron sin ejercer demasiada fuerza, al menos eso lo agradecía ¿Qué debía hacer? Ser tocada de esa forma tan directamente, sintiendo el calor del otro contra su piel más sensible, ante el menor movimiento perdería la cordura. No sabe en qué momento de la noche sucedió, pero ahora las manos de Natsu se encontraban bajo su camiseta, y cada una sosteniendo de forma firme sus pechos. Debes en cuando esté movía sus dedos rozando sus rosados pezones, en otra oportunidad lo habría pateado, pero últimamente todo era diferente.

— N-Natsu... — intentó despertarlo sin brusquedad, lo que podría exaltar al joven y hacer que apretara con fuerza por error — ¡hey! Natsu... por favor... abre los ojos

— Mmmm — solo emitió un quejido como respuesta

— Necesito que sueltes — giró todo lo que pudo su rostro hacia atrás — vamos... esto es vergonzoso, déjame ir...

Natsu lentamente abrió sus ojos dando con los castaños de Lucy, tenía las mejillas sonrojadas y su cuerpo completamente apegado al suyo ¿sus manos? Sus manos tocaban algo suave, esponjoso y delicado, ya conocía esta sensación, aunque jamás tan directamente. Decidió acomodarse mejor en la espalda y trasero de la chica, esta dio un evidente brinco cuando sintió aquello tan duro contra su trasero.

— N-Natsu... debes soltarme... n-no acercarte más

— Hueles bien — dijo enterrando su nariz en el cuello de ella — siento tu cuerpo más caliente de lo habitual

— ¡Qué cosas dices! — intentó patearlo, pero este rápidamente bloqueo sus piernas. Un dedo nuevamente se movió contra su pezon, esta vez fue apropósito — N-Natsu... ¡ah!

Lentamente mientras jugueteaba de forma suave con su pechos, Natsu se colocó sobre ella, dejándola boca bajo sobre la cama, estaba aprisionada por el cuerpo del joven, no se apartaba ni un centímetro. Sus labios comenzaron a besar la extensión de su nuca mientras buscaba el mejor acomodo para la adolorida erección que tenía esa mañana. Lucy no dejaba de jadear ante cada toque o movimiento que hacía en ella.

Retiró ambas manos de sus pechos y hábilmente la volteo, cara a cara se miraban, Lucy quería evadirlo, pero no se lo permitió, tomó su rostro y con el pulgar tocó su labio inferior, la vista que tenía es ese momento era estimulante. Lucy con su perdida y acuosa mirada, la camiseta mal acomodada dejando ver más de lo permitido, exponiendo la marca que había dejado aquel día en el bosque.

No se lo pensó demasiado cuando tomó posesión de su boca una vez más. Podría volverse adicto a tan dulce sabor, Lucy no colocó resistencia, ella misma se había perdido ante las atenciones del muchacho. Siguieron así por un rato, sin darse cuenta de cuando Natsu se acomodó entre sus piernas, comenzó a sentir como era embestida por sobre la fina tela del pantalosillo de pijama, el ambiente se comenzó a calentar y cada vez las embestidas eran más duras y rápidas. Natsu se detuvo abruptamente, ya no podía contenerse más.

— Lucy...

— ¡Natsu! ¡Lucy!

Para cuando Happy entro en la habitación, Natsu se encontraba en el piso tirado y con un aura de decepción, mientras que Lucy seguía recostada y tapada hasta la cabeza con la frazada.

— Chicos... ¿Qué están haciendo? — el felino no parecía captar nada — que más da. Natsu prometiste de hoy si encontraríamos un pez enorme ¡ya es tarde! Muévete de una vez