La hija del profesor ( la casa de papel )

Perdido

Los viejos reencores reaparecieron y Denver y Arturito comenzaron a pelear por Estocolmo. Debíamos mantener la mente fría. Pero nadie lo había hecho.

Estocolmo termino la discusión disparándole a Arturo.

Y después Estocolmo intentaba desesperadamente salvar a Arturito todos nos manteniamos escépticos ante la idea de que sobreviviera.

Tal vez piensen que soy mala persona pero para mí su muerte era un tremendo alivio. Un violador, cobarde y machista menos o al menos así era como lo veía yo.

- están friendo un muerto por favor déjenlo - pidió Palermo -

Me preguntaba cómo nos vería ahora la gente.

Sacaron a Arturo del banco.

Estocolmo estaba preocupado por el y con razón su hijo había perdido una oportunidad.

El profesor estaba en jaque en otras circunstancias se hubiera dado por vencido pero al igual que Benjamín tenía una hija en el banco más una banda que creía en el.

Flashback
- ¿y tú quien eres? - le pregunté al chico rubio con gafas que estaba en la puerta del monasterio -

- ¿te puedo hacer la misma pregunta? - respondió mirándome -

- yo pregunté primero - respondí -

- Rafael - dijo al fin -

- a entonces eres mi primo - dije contenta - ¿Como estás?

- ¿primo? - pregunto confundido -

- ¡si! ¿no eres hijo de mi Tío Andrés? - pregunté confundida -

- bueno s-si lo soy tu eres Samantha entonces? - pregunto -

- mucho gusto - dije dándole la mano - lastima que seas mi primo por qué estás muy guapo - dije para molestarlo

Nos fuimos a comer con mi padre, Andrés y obviamente Rafael. El pobre le hablaba a mi padre para crear conversación pero el le respondía cortante o simplemente no le respondía. Berlín hablaba por nosotros.

- ¿dónde estaban ustedes cuando mataron al abuelo? - pregunto de repente -

Andrés miro a mi papá quien tenía la cabeza baja, el tema de el abuelo mas el de mi madre eran temas de los que prefería no preguntar. Sabía que eran dolorosos para el.

Al abuelo lo mataron frente a mi padre, cuando el salía de robar un banco lo atraparon y le dispararon. Mi padre lo presenció todo a sus nueve años.

Nos contaba todo con los ojos llenos de lágrimas mientras yo sostenía su mano.

Andrés y Rafael lo veían con tristeza, más su hermano...

Ver llorar a alguien que amas te rompe en mil pedazos. Pero ahora sabía el por qué del atraco ya que mi papá siempre me cambiaba la razón.

Solo en ese momento conoci el sentido verdadero.
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Estaba sentada en el despacho del gobernador, llorando y llorando quería quedarme sin lágrimas quedarme seca. Hasta que se abrió la puerta. Rápidamente seque mis lágrimas.

- no te preocupes porque yo te vea llorar - dijo Denver cerrando la puerta - creo que esto nos quedó bastante grande a todos

Tenía razón este atraco nos había quedado demasiado grande a todos, nadie estaba preparado para la muerte de Nairobi.