La hija del profesor ( la casa de papel )

Apocalipsis

Nos mantuvieron horas de rodillas, mis piernas comenzaban a flaquear. Estaba débil, con mil heridas por el cuerpo y además con la garganta seca.

Aunque todos sabíamos que esto podía pasar, el miedo nos invadió. Cómo le pasa a la mayoría con la muerte, no por que sepas que inevitablemente pasará hace que de menos miedo y es lo más natural, si no la vida que valor tendría?
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Flashback Viena

Fui a buscar a mi padre con mi hija en brazos, no la quería cargar frente a la banda creo que nunca le gustaba demostrar sus sentimientos.

- buenos días - dije -

Estaba en la habitación que utilizaba para dar clase. Como siempre anotando sabe que en su libreta.

- papá joder es domingo - me queje - deja descansar tu mente cinco minutos y recupera tu trabajo de abuelo

Abrió los brazos y recibió a su nieta - no es tan fácil como crees cariño - explico - este no es el golpe de la casa de la moneda y a todos los noto distraídos...

- papá - me apresure a interrumpirlo - así ataquemos Gringotts este atraco no va a fallar te digo por qué?

El me miro atento, después de acomodarse sus gafas.

- por qué tú estás en el - explique - y aunque las cosas se pongan mal tu eres nuestro mejor plan B aunque nos tengan doblegados  sabemos que siempre nos queda el profesor

- la banda...

- no es una simple banda papá - dije - es una familia, un escuadrón de guerra que no caerá mientras tú lo dirijas.

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Un hombre sin armas, herido, derrotado... supuestamente doblegado entra al banco de España. El hombre que ha puesto en jaque a todo el estado...

El profesor entro al banco. Parecía casi imposible el hecho de volver a verlo, le regale la mejor sonrisa que pude poner en ese momento al igual que Lisboa.

- Dígame dónde está el oro - dijo Tamayo estando cara a cara con el profesor -

- no lo sé - respondió seco el profesor -

- ya me lo imaginaba - dijo después de una pausa - cabrón

Tomo al profesor bruscamente y lo puso delante de Rio.

- ¿cuántos años tienes niño? - pregunto -

- 23 - respondió a regañadientes -

- ¿a si? Pues haste a la idea de que esa ha sido toda tu vida por culpa de este cabrón sin contar que a la interminable lista de delitos se le va a sumar la muerte de seis soldados.

¿Estocolmo? - dijo poniendolo frente a ella - ¡Mírala pedazo de cabrón! Cuando ella salga su hijo tendrá 47 años ¿Disfrutas del dolor que causas?

Lo puso frente a Lisboa - ¿la querías de verdad? Pues piensa que si no te hubieras acercado a ella ahora tendría una hija ¡Una madre!

Parecía que se hablaban con los ojos, luego lo puso frente a mi.

- mira, mira nadamás como le has arruinado la vida a tu propia hija cabrón - decía, mi padre me miraba como pidiendo perdón - ella entrara con cadena perpetua en cuanto salgais de aquí no volverán a verse de nuevo ¡Nunca! 

Lo levanto y dió una vuelta con los brazos abiertos. - ¡está es tu obra maestra! - dijo para después comenzar a reír como psicópata -

- me alegra que este tan feliz por qué se acercan días sombríos - respondió el profesor sin expresión alguna -

- de rodillas - dijo Tamayo -

Le decían que arrodillara, pero el no lo hizo Andrés por qué me estaba mirando...

Mi padre me miraba.

Ni siquiera se movió, hasta que lo golpearon en las piernas haciendo que cayera

Tamayo utilizo el último recurso que podía utilizar, ofrecerle una vida nueva a cualquiera de la banda dispuesto a hablar.

Eso para mí ni siquiera era una opción.

Denver comenzó a sacar los viejos rencores en contra del profesor. Lisboa, el profesor y yo le dijimos que se callara y gracias a eso nos aislaron de los demás...

- ¡A ella no la toquen hijos de puta! - gritaba Madrid -

Nos esposaron al techo.

Mi padre le pidió matrimonio a Raquel, pasará lo que pasará eran una gran pareja, después Tamayo llegó y le dió un golpe al profesor directo al estómago.

- ¡No! - gritamos Lisboa y yo al unsonio -

Lo volvió a golpear.

- ¡Pare! - grite -

- ¡Basta! - grito Lisboa -

- ¡¿Por qué tú lo dices?! - pregunto Tamayo apretando su mandíbula - ¡Hija de puta!

- ¡Déjela! - grité -

- vale - dijo - Te lo voy a preguntar una última vez ¿Dónde está el oro?

El profesor se quedo callado.

- ¿No piensas decirme dónde está el oro? - pregunto Tamayo de nuevo -

De nuevo silencio.

- Vale - dijo soltando las esposas que mantenían mis manos en el techo, cai violentamente contra el suelo - vamos a ver cuánto te importa tu hijita, o me lo dices o la mato aquí mismo - puso un arma contra mi cabeza - veamos si es cierto que un padre daría todo el oro del mundo por un hijo. 

- ¡No puede hacer eso coronel! - grito Lisboa - ¡No puede!

- ¡Tú te callas! - le respondió -

- a ella no la meta en esto - pidió mi padre - ella no tiene nada que ver, esto es entre usted y yo

- el único cabrón que ha metido a su hija en esto has sido tu - explico - así que tú decides el oro o la vida de tu hija tienes 30 segundos

Comenzó a contar, mire a mi padre y su mirada era de impotencia y desesperación. Supe que por lo menos ahora el no tenía el oro.

Cuando Tamayo seguía contando pase mi pie detrás de su pierna haciendo que este cayera y soltará el arma. Intenté tomarla pero el me sujeto.

- ¡hija de puta! - me grito -

El profesor con su pierna herida la lanzo hacia mi y pude tomarla, le apunte a Tamayo a la cabeza mientras me ponía de pie.

- no sea corrupto Tamayo - dije - no se puede amenazar a los detenidos

Oficiales entraron apuntandome sabía que otra herida de bala sería más que mala para mí, tal vez mi cuerpo no lo soportaría.

- ¡ponga el arma en el piso y manos a la cabeza! - grito uno de los oficiales -

Hice lo que me dijeron me esposaron de nuevo, cuando iban a esposarme al techo de nuevo Tamayo dijo que me llevarán con los demás así que obedecieron.

Mire a mi padre y a Raquel de reojo ambos me miraban orgullosos, les regale una sonrisa que ellos respondieron.

Me llevaron con mis compañeros en la habitación se encontraban Rio, Bogotá, Madrid y Tokio.