_____. La escuela la consideraba una de las chicas más dulces de segundo año. Su cuerpo no era delgado, de hecho, era bastante contundente. Era bastante inteligente, pero no presumía de ello. Su estatura estaba por debajo del 1.60, presidenta el clu...
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Día 33.
— Como te digo, si partes una estrella de mar justo por la mitad, volverá a crecer la otra mitad en ambas. Es como clonarlas, pero con métodos más crueles.
— No puede ser cierto, no son lagartijas.
— A las lagartijas solo les crece la cola, Baji... si las partes por la mitad se van a morir.
— ¿Y por qué las estrellas de mar no?
— No lo sé, solo sé que pueden. Seguramente porque tienen una increíble capacidad para regenerarse.— Ella trataba de reprimir una risa mordiéndose la lengua por la conversación tan extraña que tenían ese día camino a la escuela, de un momento a otro, salió el tema y ahora no parecía querer soltarlo.— Si le cortas una patita, esa patita también puede regenerarse y hacer otro individuo...
— ¿sería muy malo si compro una estrella de mar solo para ver si es cierto?
— ¡Sí, me enojaré muchísimo! — No se le pasó por la mente esa respuesta, por ende, se asustó.— ¡No puedes!
— ¡Está bien!, no lo haré...— Podía vivir sin ver una estrella de mar regenerarse, pero no podría vivir si ella se enojaba con él.— ¿Te gustan las estrellas de mar?
— Sí... me gusta todo lo que sea natural... por eso cuido las plantas de la escuela.— Ella relajó los nervios de a poco, volviendo a caminar a su lado antes de llegar a la escuela, ese día no hacia tanto frío, podría decirse que incluso el clima estaba agradable, por lo que se encontraba con un humor especialmente bueno.— ¿Tú no haces ningún actividad de la escuela?
— Eh...— Lo pensó un poco, terminando por negar con la cabeza al llegar a la conclusión de que quemar autos y manejar su motocicleta no es ningún deporte o actividad educativa.— No me llama nada la atención.
— Ya veo... ¿no quieres ayudarme a cuidar el jardín?, es más divertido de lo que crees.— La verdad era que si podía pasar más tiempo con él, haría todo lo que esté a su alcance. — ¿O estás ocupado después de la escuela?
— Estoy ocupado...— A Baji le dolió hasta en lo más profundo del alma decir esas dos palabras que decía frecuentemente. Había reunión ese día, y no podía darse el lujo de faltar otra vez, pero eso no lo detendría.— Pero... mañana estoy libre.
— Entonces... ¿te quedas conmigo mañana...? — Ella no podía estar más contenta. Aunque se avergonzó por ponerse triste al primer rechazo, estaba más que complacida en ese momento.
— Sí, pero solo te ayudaré con cosas básicas, de plantas no sé nada.— Prefería mil veces ayudarla a cargar excremento para las plantas a arruinar lo que ella a hecho con tanto esmero.— ¿Solo estarás tú?
