— ¿Ya puedes respirar?
— Mierda... me asusté.
— Es culpa tuya, ¿nunca te enseñaron que no debes agarrar a las personas por la espalda?
— ¡Tú eras la persona sospechosa!
— Silencio, mocoso. Estoy tratando de escuchar.
Mitsuya tuvo que apretar los labios para no decirle nada más, agarrándose firmemente el estómago donde le había llegado ese impresionante puñetazo. Nunca pensó que el molesto hermano era la persona sospechosa que habían visto.
Esa apariencia, acompañada de una horrible energía oscura no era precisamente discreta.
Mikey buscaba con la mirada a su hermano mayor. Siempre estaba con ese chico, estaba un poco sorprendido de verlo solo, especialmente cuando se supone que ese día tenía una reunión importante.
— ¿Está bien que estés aquí, hermano mayor? — A pesar del honorifico, seguía usando un tono irrespetuoso, sin querer.— ¿Shinichiro sabes que estás aquí?
— Eh... no.— Volteó su mirada apenas unos segundos para verlo de reojo, moviendo un cigarro entre los labios.— Tampoco debe saberlo, ¿entiendes?
— Sip... — Esa mirada pesada que claramente fue una advertencia no lo movió ni un poco. Su mejor amigo lo miraba peor, a estás alturas ya nada lo sacudía. Se dio la vuelta en su eje sabiendo que ese chico ya no le prestaba atención a nada más que a su amigo de cabello largo con su hermanita esperando su comida tomados de la mano, sacando su teléfono una vez detrás de Draken.— Hermano... sí, aquí está. — Susurró con algo de malicia escondida en la superficie, haciendo suspirar al más alto que no le dijo nada al pensar que sería buena idea que vengan por él.
— Ese maldito niño... — Susurraba presionando la esquina de la pared. No podía creer el descaro que tenían al tomarse de las manos en plena vía publica.— Ya decía yo porque te arreglaste más para salir... maldito seas, mocoso de mierda... — Todos tomaron un paso de distancia, sospechando que se estaba poniendo sensible.
— Aunque... se ve linda, realmente nos sorprendimos.— Mitsuya trató de comprenderlo. Al ser hermano mayor, podía comprender esa inseguridad.
— Es obvio, mi hermana siempre es linda.— Bufó. Pero todos soltaron un poco de aire al ver que se destensó sin darse cuenta.— Pensar que cuando era una bebé odiaba a los niños...
— Puedo imaginarme eso.— Nahoya soltó una risa, recordando el primer día de clases de su primer año.— Ella nos repelía completamente el año pasado.
— ¿Por qué dejó de hacerlo?
— Por culpa de Mikey.
Todos voltearon algo aterrados por la voz nueva en ese grupo, sintiendo que los problemas se acumulaban como polillas a una linterna.
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¡Esfuérzate, Baji!
Fanfiction_____. La escuela la consideraba una de las chicas más dulces de segundo año. Su cuerpo no era delgado, de hecho, era bastante contundente. Era bastante inteligente, pero no presumía de ello. Su estatura estaba por debajo del 1.60, presidenta el clu...