Un cambio de planes

2.2K 44 2
                                    

Llegamos a la oficina de trabajo sin problemas, el único detalle es que queda al lado de un Starbucks por lo que siempre hay mucha gente alrededor. No sé si me entenderán, pero esa sensación de ser completamente ignorado como que duele un poco... Muy en el fondo, pero duele. Sé que Malcom y Drew probablemente lo ignoran, como lo llevamos haciendo por años y quizás también es por ese mismo motivo por el que aceptamos el trabajo de fotógrafos. La costumbre de ser ignorado por chicas lindas no la tiene cualquiera, rayos, tenemos valor. Algo es algo.

–¿Que los retrasó tanto? –nos pregunta Paul, apenas nos ve.

–Nosotros estábamos... –dice Malcom, intentado inventar alguna excusa que decirle a nuestro jefe.

–Ellos me estaban ayudando a salir de mi casa, me había quedado atrapada porque el estúpido de mi novio se llevó las llaves... y dejó con llave. –interrumpe Abril, una de las modelos.

–Abril cariño, que bueno que pudiste salir, ¿debería hablar con ese novio tuyo?

–No hay de qué preocuparse Paul, pero de todas formas gracias.

–No hay problema, entonces chicos vayan a hacer lo suyo, empezamos en diez.

Diez minutos para engullir. Que corra el tiempo. 

Nos dirigimos rápidamente a la mesa de comida, lo que prácticamente era agua, "light" obviamente, si, agua light, y algunos postres bajos en calorías. Pero aún así, jamás he visto a una modelo comer algo de pastel, es por eso que con los losers traemos un poco de azúcar y le ponemos encima para comerlos. Digo, si no te aporta a los rollos entonces no es rico.

Empezamos poco a poco a arreglar todo; sacamos el equipo, los focos, las cámaras, la iluminación y así fuimos decidiendo cuales serían las mejores tomas . Llega la primera modelo y empezamos con los flashes.

Esperen...

¡¿Qué?!

¿Abril nos ayudó con Paul? ¿Por qué una modelo nos ayudaría?

Toda la sesión me quedo pensando en Abril y en su escusa para ayudarnos. ¿Ayudarnos? ¿A nosotros? ¿Que tan mal está eso?

Ni siquiera sé donde vive, ni conozco a su estúpido novio, ni nada. ¿Por qué nos querría ayudar?

Cuando terminamos la sesión me arrepiento ferozmente por no haber tenido la oportunidad de agradecerle. Tachen eso, por no haber tenido la mente activa como para entender en el momento que su acción fue para ayudarnos.

No sé si reír o llorar... o reír llorando.

Cuando estoy por irme la veo, no es tan difícil por que es la más alta de todas, la más peliroja, la más notable, la más bella.

No espero que me espere cuando grito su nombre, ni menos que voltee a mirarme, digo, soy el loser Johnson. Pero lo hace. ¡Lo hace!

Paso corriendo al lado de mis amigos que a estas alturas ya estaban lo bastante en shock como para entender toda la situación y llego a su lado.

–Tú...–digo intentando acompasar mi respiración– nos ayudaste, en serio nos ayudaste. ¿Por qué harías eso?

–Los vi en un aprieto, podía hacerlo, así que solo lo hice Alex, no es para tanto.

–Por supuesto que es para tanto, nadie había hecho nada por nosotros, ni siquiera un gesto. Y esto que hiciste fue algo grande.

–Alex, te prometo que no es nada, ustedes siempre han sido buenas personas, me sacan unas fotos geniales que a veces ni logro reconocer que soy yo... ¿por qué no ayudarlos?

–Porque somos losers. –digo entre dientes. Pero es que esa es la verdad.

–Sabes... siempre me he preguntado por qué siguen permitiendo que los traten así...

–¿Así como?

–Bueno... hasta ustedes se tratan de losers, si no dejan de hacerlo, los demás no tendrán por qué pensar que ellos también deberían parar.

–Creo que es algo a lo que estábamos destinados...

–No Alex, nadie merece que lo titulen de algo que no es. Y se que ustedes no son losers, solo que no se sacan partido. Si se arreglaran un poco más, si salieran por las noches, si...

–Bueno, tampoco hay que soñar tanto, entiendo eso de que las mujeres imaginan una vida aparte de la real, pero en este mundo, Abril, yo soy un loser y eso es innegable.

–Mira, puedo ayudarte con eso, pero tú tienes que dejarme. No puedo obligarte a algo que no quieras, pero siempre ten en mente que solo quiero ayudar.

–¿Y por qué me ayudarías a mi?

–Porque en algún momento, yo también pasé por esto.

¿La mujer –sexy symbol– parada frente a mí también pasó por esto? Eso es tan difícil de imaginar como que yo fuera a tener novia. Así de imposible.

Aún frente a mi innegable negación de acompañarla al centro comercial, voy tras ella como un perro esperando que su amo actúe.

–Haré de ti todo un galán –me dice con una de sus perfectas sonrisas. No le digo nada porque como que verla sonreír me afecta un poco, pero también porque no tengo nada que perder.

Camino tan rápido como mis piernas me lo permiten, porque en serio, no sé como no he llorado ante la idea de que Abril tiene las piernas más largas que yo.

Pasamos a la primera tienda y la modelo –como era de esperarse– capta la mirada de todos los hombres del lugar. Yo, por mi parte, observo como la cajera me guiña un ojo y parte de mi se siente triunfante.

–¿Ves Abril? Aún no hay cambio y ya estoy arrasando.

–Alex, él no cuenta.

–¿Él? –Joder, no era cajera...

–No puedo creer que sean tan iluso. –me dice, mientras obviamente no puede esconder su risa.

–No es mi culpa, es culpa de mi falta de desconfianza por la sexualidad de las personas.

–Deberías desconfiar más seguido Alex, la gente no es lo que aparenta. La perfección no existe, la belleza es subjetiva, la sexualidad hoy no es nada más que la diferencia que tú quieres mostrar.

–¿Lo que tratas de decirme es que debería desconfiar también de ti?

–¿Necesitas que te demuestre algo? –me dice mientras su mirada no deja mis ojos.

–No, tranquila... solo vayámonos de aquí.

Y eso hacemos. Nos vamos, pero a dar veinte vueltas por el centro comercial hasta que Abril se decide por una tienda.

–Listo Alex... Este es tu nuevo comienzo.

L0SERSWhere stories live. Discover now