CUARENTA Y SIETE

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—Gigi —murmuró Jongho apenas lo vio, y en cuanto notó la mirada del mayor yendo hasta el pelinegro detrás suyo tuvo intenciones de decir algo para que no creyera cosas que no eran, pero se vio interrumpido cuando Mingi agarró su rostro sin decir nada y lo miró de cerca, viendo bien la herida en su pómulo.

—¿Estás bien? Vine apenas leí tu mensaje —comunicó con gesto de preocupación.

—Estoy bien —respondió con una leve sonrisa para calmarlo—, no te dije que vengas, tonto, sólo te avisaba que me iba a casa.

—Lo sé, pero quería asegurarme de que estabas bien —aclaró soltándolo.

Yunho los miraba desde su lugar, siendo cómo una tortura ver al menor en los brazos de otro. Por más que intentara convencerse de que Jongho lo seguía queriendo, la verdad es que al verlos bien ahora se daba cuenta que quizá, después de todo, realmente el Choi lo había superado, y que ahora estaba con alguien que era capaz de abandonar una clase por verlo.

Apretó los dientes reteniendo las ganas de decir alguna cosa en contra del "Sin Ojos", y sólo se quitó con parsimonia el guante y lo tiró junto al algodón que había usado para tratar la herida de Jongho.

—No es grave, estará bien —fue lo único que dijo cuando se acercó a ellos. Ambos lo miraron, y el menor tuvo intenciones de agradecerle aunque sea por haberle tratado, pero Yunho sin decir más sólo pasó por un lado y se alejó por el corredor.

Jongho lo miró hasta que se perdió al doblar al final, sólo ahí devolvió la mirada a su novio que seguía enfrente suyo viéndolo de forma interrogante.

—¿Por qué estaba aquí? No sabía que estaba a cargo de la enfermería —indagó curioso y confundido.

—No lo está, es sólo que apareció y el enfermero se enojó y lo dejó a cargo de mí —explicó mientras caminaban por el desértico pasillo.

—¿Y tú por qué terminaste así?

—Me peleé con un idiota en el receso —contó con la voz cargada de desdén—, y estoy suspendido, por eso te envié el mensaje.

—Osea, que ahora vas a perder días de clases por pelearte innecesariamente con un idiota. En serio, que... inteligente —soltó con sarcasmo, haciendo que Jongho se detuviera y lo mirara con reproche.

—Como sea —masculló pasando por su lado—, cuando estés por salir enviame un mensaje que vendré a buscarte.

Y Mingi sólo lo miró en silencio mientras el menor bajaba la escalera claramente molesto. Tuvo intenciones de ir con él, pero la verdad es que tenía un amargo sabor de boca por la imagen antes vista, simplemente no podía evitar que su estómago se retorciera de inseguridad cuando veía al pelinegro cerca de Jongho. No había querido hacer sentir peor al Choi con su comentario sarcástico, pero no alcanzó a retenerlo por la rabia del momento.

No podía evitar sentirse cómo lo hacía.

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A la salida de sus clases no llamó a Jongho para que fuera a buscarlo, decidió irse a pie a pesar de lo lejos que le quedaba. Supuso que el menor había aprovechado de dormir, y no se equivocó cuando llegó al apartamento y lo encontró boca abajo dormido en la cama, abrazando la almohada. No dudó en tirarse a su lado y apoyar la cabeza en la espalda que se movía suavemente por la respiración tranquila, sin embargo aquello no duró mucho cuando Jongho lo sintió y ladeó el rostro todavía algo dormido, pero al instante se apoyó en sus codos y manoteó el móvil de la mesita para ver la hora aceleradamente.

—Mierda, me dormí —dijo con pena, miró a Mingi y se pasó la mano por el rostro—, perdón.

—No te preocupes, igual quise volver caminando por eso no te avisé —calmó con una pequeña sonrisa que logró su cometido, porqué Jongho nuevamente se acostó boca abajo cómo antes y el mayor no dudó en usarlo de almohada, mientras metía una de sus manos bajo la prenda y acariciaba lentamente la cintura ajena.

Rápidamente el silencio los invadió. A pesar de estar ambos despiertos, ninguno decía nada por estar cada uno en sus pensamientos, sin embargo, sentían lo cargado que estaba el ambiente.

—¿Ocurrió algo hoy, no? —preguntó por fin Mingi, mientras mantenía quieta su mano en el costado ajeno y su rostro pegado a la espalda que se elevó cuando Jongho respiró hondo—, eso es un sí —afirmó tranquilo.

—No quiero causarte preocupación, o que pienses más de la cuenta —dijo el Choi sincero.

—Será peor si no me lo dices.

Jongho suspiró estando de acuerdo.

—Se me confesó —admitió por fin.

Mingi no se sorprendió, en realidad ya se lo esperaba desde hace tiempo. Lo que le sorprendía era que Yunho se haya demorado tanto para serle sincero a Jongho, sí que era un idiota.

—Vaya —fue lo único que dijo, intentando no mostrar lo que le afectaba la noticia.

Entonces, Jongho se dio la vuelta y miró al mayor todavía usándolo de almohada. Sonrió ligeramente mientras acariciaba su cabello y el silencio los invadía de nuevo.

—Igual lo rechacé —dijo luego de un momento, ganándose la mirada inmediata de su novio—, ahora no importa, la verdad.

Mingi no tardó en impulsarse hacia arriba para besarlo, siendo correspondido al instante por el menor que enseguida enredó los brazos en su cuello para mantenerlo pegado a él. Luego de un momento, lo soltó y rápidamente lo empujó para dejarlo acostado y así subirse encima para ser él quien lo besara con demanda.

Cuando se separó, fue sólo para quitarse el suéter y recibir las manos ajenas enseguida acariciando su torso desnudo.

—Estoy contigo ahora, así que no te preocupes por él —dijo sonriendo dulcemente mientras se inclinaba y acariciaba el rostro de Mingi.

El Song no dudó en sentarse y abrazarlo mientras las manos de Jongho sostenían su cara para besarlo con fuerza.

Al cabo de unos segundos la camisa del mayor también quedó a un lado y el Choi nuevamente acostado con él entre sus piernas, meciéndose suavemente y disfrutando de los suaves gemidos que se perdían en su boca.

Estaba encima de Jongho, usando sus codos cómo soporte para no caerle encima mientras las piernas ajenas lo rodeaban y ejercían presión de vez en cuando en busca de más contacto.

Las manos contrarias rápidamente fueron a su pantalón para comenzar a desabrocharlo con calma sin soltar su boca. Mingi no retuvo un gruñido cuando las manos ahí abajo apretaron su miembro y una sonrisa juguetona asomó por los labios rojos y húmedos del chico debajo suyo.
Se separó y rápidamente desabrochó el pantalón de Jongho para quitárselo sin demoras. Se acomodó entre las piernas nuevamente y bajo la atenta y lujuriosa mirada del menor escupió en su mano para humedecer su miembro.

Jongho sonrió mordiéndose el labio, hasta que sintió la intromisión y no retuvo su gemido, mucho menos el impulso de agarrar con fuerza el hombro de Mingi mientras gemía su nombre por lo bajo.
El mayor se acercó y lo besó sintiendo la otra mano ajena presionar desde su nuca, correspondiendo el furioso beso.

Mingi jadeó sobre los labios de Jongho cuando sintió los dedos clavarse en su espalda  seguido de una lenta caricia que le erizó todo.

—Te amo —dijo viéndolo de frente, notando cómo el menor lo miraba unos segundos con sorpresa, pero al instante sonreía y volvía a besarlo de forma más lenta y dulce.

Quizá diciéndole con un gesto lo que no le dijo con palabras.

Malcriado | 2HoWhere stories live. Discover now