📚Capítulo 18📚

37 5 19
                                    

Tres días...

Ese es el tiempo estimado que me ha dado Jardel para aceptar o declinar su oferta, y he de confesar que no tengo una respuesta clara.

Hoy se cumplieron los tres días y debo verlo, pero me aterra lo que vaya a salir de mi boca, porque sé que cuando me siento atacada puedo llegar a decir palabras muy hirientes y no sé hasta cuándo él podría soportar.

Estoy consciente de sus sentimientos hacia mí, pero no por eso él debe aguantar cada palabra dañina. Hay un límite para todo.

Sin embargo, me siento impaciente por no saber qué le diré, se supone que ya yo había tomado una decisión, pero a veces esa valentía que surge en el momento desaparece cuando más la necesitas.

¿Qué se supone debería de hacer? ¿Decirle a mis padres y ya está?
¿Así sin más?

Ojalá mis hermanos estuvieran aquí para ayudarme con esto, es una lástima que se hayan ido.

Dejo salir un suspiro agotador de mis labios y lanzo la almohada hacia la pared debido a la frustración. He dejado a mi habitación hecho un desastre debido a los nervios. Me levanto de la cama y me paro frente al espejo, sin tan solo mi reflejo hablara para decirme qué hacer.

Muevo mi cabeza de un lado a otro como si así fueran a venir las decisiones correctas que debo tomar.

Vaya acto infantil.

Voy hacia el baño y me doy una rápida ducha, termino de asearme y me coloco lo primero que encuentro. Busco mi bolso entre todo el desastre y llevo mis pertenencias conmigo.

Con pasos rápidos trato de salir de la casa para no toparme con mi madre, lo que menos quiero es hablar con ella en este momento.

Ingreso a mi auto y voy hacia la dirección que me ha enviado Jardel hace unos minutos. Aprieto el volante con mis manos y respiro profundo, de lo que hablemos dependen muchas cosas y no quiero hacerlo mal.

Por una vez en mi vida deseo hacer algo bien.

El camino ha sido más corto de lo esperado y llego a una extraña calle, de esas que se parecen a los barrios chinos y aparco a donde me indica el GPS. Me bajo del carro y un bar está frente a mí, un gran letrero se cierne sobre él y dejo salir una carcajada al ver el nombre: Un trago por una decisión.

¿Ha sido obra del destino o ha sido a propósito?

Qué nombre tan peculiar. Me adentro en el y una melodía de fondo me da la bienvenida, las personas que están en este lugar visten muy elegante y cada decoración también lo es. Las mesas están en los laterales con tonalidades de negro y rojo, de manera que el centro queda vacío, no obstante, algo llama mi atención.

Un tono de piel conocido al final del bar está sentado frente a un piano y mueve las teclas como si esa fuera su rutina. Se para un momento y levanta el rostro, es él; pero no se acerca a mí, cambia la melodía que estaba tocando por otra, de inmediato reconozco la que ha comenzado a tocar.

No despega sus ojos de los míos, esa música hace que mi cuerpo se estremezca y un mar de emociones me arrope; ¿acaso él sabe que me encanta esa canción?, ¿sabe todo lo que me provoca cuando la escucho sonar?

Me acerco con pasos lentos, envuelta en aquel ambiente que se ha creado. Me coloco frente a él y cuando menos lo espero abre su boca y empieza a cantar.

I'm going under and this time I fear there's no one to save me
This all or nothing really got a way of driving me crazy
I need somebody to heal
Somebody to know
Somebody to have
Somebody to hold
It's easy to say
But it's never the same
I guess I kinda liked the way you numbed all the pain

Tan solo una sonrisa ✅ [TST. Libro #2]Where stories live. Discover now