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Les regalo un dulce si comentan ;) ¿trato?

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Lyra cargaba con una canasta a rebozar de panecillos. Se dirigía hacia donde Nicholas solía practicar.

Después de descubrir sobre la "Fons iuventae" comenzó a investigar arduamente, pero descubrió que muchos libros tenían diferentes mapas para llegar a la sagrada fuente. Ninguno coincidía con la ubicación exacta la única información verídica que poseía era que la fuente se había encontrado muy dentro del brumoso bosque.

Hasta que en una de las múltiples comidas que compartía con Nicholas, escuchó a su padre hablar sobre las investigaciones. Resultó ser que el aprendiz de su padre y chico al cual Lyra estaba ignorando obstinadamente, era un gran conocedor del bendito bosque. Había participado en varias expediciones y había regresado con vida, apropiándose así de conocimientos que pocos tenían sobre el lugar.

Así que ella no tenia mas que volver a hablarle para poder ganar su confianza. Ojalá no fuera tan fácil volver a acercarse a él. Todo en él la llamaba, su sonrisa, su voz, era malditamente atractivo. Todo su cuerpo pedía a gritos que volviera a dirigirle palabra alguna. 

Lyra respiró profundamente, repitiendo la razón de su repentina afabilidad necesitaba información no podía ser hostil ni equivocarse.

Llegó, el chico estaba dentro de un gigantesco lago del cual Lyra no estaba segura tener idea que existía. Estaba empapado de pies a cabeza y su ceño estaba profundamente hundido. Con un ademan agigantado abrió ambos brazos, dejando que gotas cayeran por sus dedos, las gotas resplandecían por el sol. Sus dedos estaba abiertos de manera tirante haciendo que sus músculos se crisparan, cerró los ojos, sus pestañas parpadeaban contra sus pómulos. El agua comenzó a evaporarse, quedando claro que el lago había sido creado con magia.

Lyra se quedó súbitamente sin aliento, nunca dejaba de impresionarle de lo que era capaz la magia.

-Maldito arcano. - La voz de Nicholas era más grave de lo normal, estaba enojado pues sus hombros se contraían violentamente. Él chico levantó la cabeza, sus ojos centelleaban con la luz del atardecer. Su mirada se suavizo al verla, y Lyra sonrió en reciprocidad. Su mirada estaba llena de un sentimiento que ella no pudo identificar, la manzana de adán de él se movió violentamente al tragar, parecía apunto de llorar. Cerró el puño dejando que las venas en sus brazos se marcaran, parecía que miles de pensamientos arrasaban inclementes con los rincones de su mente.

- Buenas tardes. -Se adelantó Lyra, su mirada recorrió todo su cuerpo sin vergüenza. Él chico sonrió ladinamente y apareció con un ligero movimiento de mano y un destello de luz una inmaculada toalla, chasqueo la lengua antes de contestar.

-Lyra, cuanto tiempo-. Una sonrisa bailaba en la comisura de su boca.

Lyra asintió con la boca seca, olvidando casi por completo por que estaba delante del chico.

–No tanto tiempo estrellitas ¿día difícil?- Su voz sonó trémula en sus labios.

-Quizás un poco difícil.- Nicholas se encogió de hombros –¿que traes en la canasta? Estoy muriendo de hambre. –Dramático. - La voz de Lyra eres susurrante mientras se desplazaba lentamente a una sombra en el césped para poder dejar la canasta.

Nicholas invocó una fuerte ráfaga de aire caliente que revolvió el cabello de ambos haciendo que su ropa quedara completamente seca. Lyra cayó a la tierra de una manera más bien brusca. La muñeca apoyada en el profundo roció ardió en dolor y la chica retuvo dentro de ella un bufido maniaco, pues la punzada era irónica comparada con la desesperación dentro de su ser.

𝕷𝖆 𝖈𝖍𝖎𝖈𝖆 𝖖𝖚𝖊 𝖘𝖊 𝖆𝖙𝖗𝖊𝖛𝖎ó 𝖆 𝖘𝖆𝖇𝖊𝖗   ... #PGP2022Where stories live. Discover now